A pesar de las incertidumbres dentro y fuera de fronteras, el arranque del 2025 muestra un escenario sin cambios drásticos para los agronegocios, aunque sí con ajustes en precios y márgenes.
Las exportaciones del agro terminaron el año 2024 con signo positivo y hay fundamentos para el optimismo a mediano y largo plazo. Pero el 2025 arranca con más incertidumbres que certezas.
Últimos tres días de año, típico momento de balance de cómo fue el desempeño, sea a nivel personal, de país o sectorial. En lo que al sector agropecuario refiere, cierra un año 2024 que tuvo más de las buenas que de las malas para la mayoría de los sectores. Tras un 2023 con extremas dificultades desde el punto de vista climático por la más intensa sequía de las últimas décadas, el año fue llovedor, a tal punto que los excesos hídricos de la segunda mitad del otoño y principios del invierno fue una de las principales complicaciones.
La economía y los sectores agroexportadores van cerrando un 2024 con signos, en general, positivos en la actividad. Continuar los avances en años próximos resultará más desafiante, por razones propias y ajenas.
El panorama agrícola se muestra alentador en la mayoría de las chacras y cultivos. Las cifras de URUPOV confirman una buena área de invierno. Pero los mercados están en baja.
El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) publicó su informe mensual de oferta y demanda mundial de productos agrícolas en diciembre, generando diversas reacciones en el mercado de granos. A continuación, un análisis exhaustivo de sus principales hallazgos y sus posibles consecuencias para el 2025.
Los resultados de Fucrea del último ejercicio muestran mejoras notorias luego de los golpes de la sequía y los vaivenes de mercados. Pero aún quedan secuelas y el actual ejercicio es clave para superar definitivamente los problemas.
Pero más allá de que se llegue finalmente a buen puerto, ahora el poder negociador de Uruguay deberá concentrarse en lograr la mejor distribución posible entre los países del Mercosur, posiblemente dando alguna otra moneda de cambio de algún otro producto que no sea tan emblemático y crucial para la economía uruguaya como la carne vacuna
Después de casi dos años de dificultades, el clima y los mercados están mostrando mejor cara a la producción lechera. Suben los precios y mejora la remisión, pero el sector tiene que seguir atento a los cambios externos.
Considerando que el 31 de diciembre es la fecha de cierre de un número importante de las empresas de nuestro país, nos pareció interesante comentar algunas medidas que pueden ser de utilidad para generar un ahorro en el Impuesto al Patrimonio (IP) de los contribuyentes.
El episodio de Carrefour con la carne vacuna refleja las dificultades actuales que enfrentan hoy las iniciativas de apertura comercial, en especial el acuerdo Unión Europea-Mercosur
En lo que va del siglo se han hecho comunes los fondos de inversión en ganadería que permiten a ahorristas de dentro o fuera del sector participar del negocio ganadero sin la necesidad de contar con tierra, ganado, ni saber absolutamente nada del negocio
A pesar del fortalecimiento global del dólar y la baja en el precio de los granos, carne y lácteos han mostrado un significativo aumento en los precios de referencia. ¿La vaca les gana?
Se va confirmando una muy buena cosecha de invierno. Al trigo y la cebada se suman buenos números de la colza. Pero los mercados no dan paz y no sobra agua.
Más allá de la tormenta geopolítica...
Con base en proyecciones, es bastante claro que Estados Unidos seguirá siendo un gran demandante de carne vacuna uruguaya, posiblemente creciendo respecto al volumen de este año, con los exportadores trabajando fluidamente por fuera de la cuota de 20 mil toneladas, pagando un arancel de 26,4%
La presión social que se ha generado en torno al cambio climático ha motivado una serie de modificaciones relevantes en la forma que encaramos la producción de alimentos y en particular la ganadería. Si tuviéramos que elegir un mojón que dio inicio a este cambio de paradigma, sería sin duda, el documento desarrollado por FAO denominado, “la larga sombra de la ganadería” publicado en 2006. Si bien esta institución ha venido desandando mucho del camino que esta publicación desencadenó, gran parte del daño en realidad ya está hecho.
Las exportaciones van cerrando un año de recuperación y crecimiento. Si no marcan un récord, quedarán cerca. Pero no todos los rubros tienen la misma dinámica, y el escenario externo es desafiante
A mediados de año cambió el viento en el mercado internacional de la carne vacuna. Tras un año largo en el que estuvo de frente, pasó a ponerse de cola y eso se comenzó a reflejar en los precios del ganado a faena y en las últimas semanas en el valor medio de exportación de la carne vacuna.
Los cereales de invierno se encaminan a otra muy buena producción. Ante la baja en el precio de la soja, trigo y cebada siguen siendo claves para el negocio agrícola. Los fundamentos y perspectivas.
Un escenario global con mayores incertidumbres es el trasfondo para los agronegocios locales, que se muestran dinámicos más allá de los problemas de costos y limitaciones de mercados.
Varias proyecciones para la carne vacuna en 2025 indican que está todo dado como para que los precios del mercado internacional se ubiquen un escalón por encima del de este año. Y dado que el valor medio de exportación es el principal determinante del precio medio del novillo a faena, son buenas noticias para el complejo ganadero