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La zafra 2024/2025 pasará a la historia por acumular un volumen récord de producción de granos en el país

La cosecha récord, es el resultado de años de inversiones, incorporación de tecnología y -este año- un escenario climático favorable

Nicolás Lussich.jpeg

El clima durante este otoño se ha puesto del lado de los productores, con lluvias moderadas intercaladas entre días soleados y relativamente secos, muy buenos para la ganadería y casi ideales para permitir las cosechas que avanzan a todo ritmo en las principales zonas agrícolas. Se esperaban buenos rindes, pero los datos que muestran las cosechadoras van dando registros por encima de los previstos, tanto en el caso de la soja como del maíz. Así, las principales empresas y los productores están ajustando al alza las proyecciones de producción.

La seca corta que hubo entre diciembre y enero llevó a tener cautela en las proyecciones iniciales de rendimiento. Pero luego el ciclo de la soja se acomodó, tanto para los cultivos de primera como -sobre todo- en los de segunda. La cosecha todavía no llegó a la mitad del área sembrada, pero ya se puede prever que los rendimientos van a ser muy buenos, con un promedio que seguramente estará entre los mejores de la serie histórica. Con un área similar al año pasado, varios ya están estimando una cosecha sojera en torno a 3,5 millones de toneladas. Es una cifra superior a los 3,2-3,3 millones que se venían estimando previamente. En una proyección conservadora, si el rinde promedio fuera 2.700 kg/ha, la producción supera las 3,4 millones de toneladas, pero -si todo sigue acompañando- la producción seguramente será mayor.

Producción de granos.

En el caso del maíz las buenas estrategias de siembra y la tecnología acumulada en el cultivo ya por muchos años han permitido también consolidar una producción cuya cosecha comenzó hace varias semanas y culminará hacia junio-julio, después de levantada la soja, con la cosecha de los maíces más tardíos. Pero ya puede preverse -dados los rendimientos que se van registrando- que la producción de maíz será igual o superior a la del año pasado, que ya había sido un récord histórico; seguramente este año se supere. Hay numerosas chacras sin riego que están dando en torno a 9.000 kg/ha, excelentes rindes. Y recién ahora se avanza con la cosecha por las mejores chacras.

Si bien aún es prematuro plantear un número preciso, una estimación conservadora con un rendimiento maicero de 6.800 kg/ha promedio lleva la producción por arriba de 1,6 millones de toneladas (estimando un área de 240.000 hectáreas, algo inferior a la que oficialmente plantea la DIEA). Los temores por la expansión de la chicharrita no se concretaron -por suerte- y la producción maicera se reafirma en la agricultura uruguaya.

En el cultivo del arroz sucede algo parecido, con rendimientos muy destacados y un área que aumentó sustancialmente respecto al año pasado. Con una estimación preliminar de 9.000 kg/ha de rendimiento, en un área que superó la 180.000 hectáreas, la producción se proyecta por encima de 1,6 millones de toneladas, con una cosecha que ya está avanzada en más de 80%.

Precio de la soja.

En todos los casos -por supuesto- la producción no se concreta hasta que está en el silo, el galpón o la bolsa de acopio. Pero sumando estas proyecciones -que hoy, en general, resultan más bien cautas- la producción agrícola uruguaya marcará un nuevo récord histórico en esta zafra 2024/25. Después de las muy buenas cosechas de invierno, se están concretando las referidas cosechas de verano y -en el acumulado, tal como se muestra en la gráfica adjunta- la producción total sería cercana a las 10 millones de toneladas, cuando no algo superior. Es un logro notable de la agricultura uruguaya, producto de la acumulación de tecnología, inversiones, investigación y desarrollo comercial y logístico a todo nivel.

Precios y logística

Mientras los rindes se destacan, los precios son, en general, poco estimulantes y cercanos al promedio histórico. Después de cosechas de invierno en las que diversos problemas de calidad hicieron bajar los precios promedio, la actual zafra sojera ofrece valores por debajo de lo que aspiraban los productores. Estos pretendían 400 U$S/ton, valor que quedó atrás, y hoy aspiran a vender a al menos a 370 U$S/ton puesta en depósito, pero esta cifra aún no se ha generalizado y no es seguro que se dé en las próximas semanas de manera abierta. Algunos lotes se consiguieron vender a ese valor, pero son excepciones que confirman la regla. La guerra comercial desplegada por EEUU -por suerte- no parece haber tenido gran impacto en el comercio agrícola, aunque puede haber sorpresas en cualquier momento.

En el caso del maíz, los precios han estado más firmes y muchos lo adjudican a la potente demanda que se está planteando desde la ganadería y la lechería, sectores que están transcurriendo por un periodo de excelentes valores. De todas formas, en la medida que la cosecha avance y la oferta se acumule, no se descarta cierta presión sobre el mercado. En cualquier caso, las buenas noticias que se están dando por el lado de los rendimientos permiten superar la frustración por los precios.

Precio de la tierra.

La aspiración a tener precios mejores ha demorado las ventas, particularmente en el caso de la soja. Esto -sumado al propio aumento de los volúmenes- podría traer problemas logísticos que hoy se presentan como el mayor riesgo en esta gran zafra que transcurre. Los operadores de mercado alientan a los productores a fijar precio y entrega, para ir secuenciando los barcos y la salida de la producción.

Las inversiones que se han concretado en puertos y rutas, y las buenas capacidades de transporte y depósito, facilitarán el ritmo de comercialización de la zafra. Pero Uruguay es un país pequeño en un mercado agrícola global de gigantes, y muchas veces -en la dinámica de la logística marítima- paga algunos costos de espera por quedar atrás en la cola. En este plano, la mayor dinámica de Montevideo como puerto granelero, complementando a Nueva Palmira, es muy buena noticia y mejora las posibilidades logísticas. Sin embargo, el gran aumento de la producción de los últimos años le sigue poniendo presión a la infraestructura. En el sector persiste la preocupación por la falta de decisiones políticas que anticipen los problemas y faciliten el trabajo; por ejemplo con una mayor habilitación a bitrenes y tritrenes (ni hablar de combustibles más competitivos).

Hasta ahora el clima ha jugado a favor, pero si sobreviene un periodo de lluvias más intenso, que demore las cosechas o complique la sanidad, pueden generarse pérdidas que bien podrían evitarse con una previsión mejor desde las decisiones políticas y regulatorias, que anticipen la jugada y no la corran de atrás. Desde las empresas y la producción se han hecho los deberes y hoy las capacidades de cosecha y transporte son muy altas, con la posibilidad de levantar y transportar grandes volúmenes en pocos días.

El valor de la tierra

Mientras se van concretando las cosechas de verano, los productores ya van definiendo la próxima zafra de cultivos de invierno 2025/26. La perspectiva es de un aumento importante en el área de colza, cuyo precio -en este caso sí- es muy atractivo. Su inclusión es, además, altamente ventajosa en las rotaciones, por diversificar y permitir, además, las siembras tempranas de cultivos de verano de segunda.

Mirando en el largo plazo, la notable expansión de la producción agrícola del Uruguay es una de las explicaciones principales para la histórica valorización que ha tenido la tierra en el país. Esta semana la DIEA actualizó los datos del mercado de tierras, informando el promedio general correspondiente al año 2024 que quedó casi en 4.000 U$S/ha (gráfica). En términos de dólares corrientes es un nuevo récord histórico, aunque -como se ve en la segunda gráfica- al ajustar por inflación internacional (EEUU) en términos constantes el precio se ha mantenido básicamente estable los últimos años y por debajo de los valores pico de 2010-2016.

Hectárea de tierra

Aún así, es una trayectoria positiva y uno de los síntomas de la mejora de la economía uruguaya de las últimas décadas. Desde el punto de vista económico y para los negocios en general, si bien el escenario externo sigue planteando una gran incertidumbre tanto a nivel global como regional, los principales desafíos hoy están fronteras adentro, con la tarea pendiente de corregir el déficit de las cuentas del Estado y su eficacia, para dar lugar a una mejora genuina de la competitividad. Si la aspiración es crecer más, la agricultura ha hecho un aporte como nadie. Hay que acompañarla.

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