Cuando usted esté leyendo esta columna se estará a pocas horas del inicio de una de las instancias más trascendentes para el comercio de alimentos, como lo es la feria del Sial en Shanghái, China. La presencia uruguaya en esta instancia es importante, no solo, pero fundamentalmente, en el caso de la carne vacuna con el stand del Instituto Nacional de Carnes (INAC) del que participan la amplia mayoría de las plantas exportadoras, así como brókeres y traders.
La instancia es clave para el “cara a cara” entre exportadores e importadores y es usual que desde el lado de la oferta se “reserve” algo de producto para tenerlo disponible durante el encuentro con los clientes. Eso hace que la operativa se reduzca en las dos o tres semanas previas a la feria.
En estas actividades siempre hay “temas salientes”, los que dominan las conversaciones en los corredores de los enormes galpones en los que se realiza la feria. Con toda seguridad la guerra arancelaria desatada por la administración Trump, con sus idas y vueltas, será uno de los que esté en el tope de la agenda. Desde el miércoles pasado los aranceles recíprocos entre China y Estados Unidos se redujeron sustancialmente, aunque seguirán siendo más elevados de lo que lo eran anteriormente.
En el caso concreto de la carne vacuna, de acuerdo con la publicación australiana Beef Central, la tasa para el ingreso de carne vacuna estadounidense pasó a ser de 32%. Esto porque el arancel incluye tres impuestos: 10% como retaliación por la taifa impuesta por Estados Unidos por el tema del fentanilo, 10% por la retaliación recíproca y 12% base para naciones más favorecidas.
Australia, como sustituto natural de la carne de alto valor que Estados Unidos coloca en China, es de los más interesados en ver cómo se desarrollan estas negociaciones, pero desde América del Sur —fundamentalmente desde Argentina y Uruguay— también se ve con expectativa la posibilidad de ocupar espacios dejados por el producto estadounidense. Hay que tener en cuenta, además, que Beijing dejó vencer la habilitación de alrededor de dos terceras partes de las plantas y cámaras de frío estadounidenses habilitadas para exportar a China, y que este vencimiento se mantiene al día de hoy.
Por lo tanto, de acuerdo con analistas australianos, entre los precios récord de la carne vacuna en el mercado estadounidense, el arancel de 32% y la suspensión de plantas, lo más probable es que la operativa de exportación de Estados Unidos a China se mantenga limitada por un tiempo prudencial, abriendo el espacio a competidores.
Los exportadores estadounidenses coinciden con esta visión australiana: “Las tarifas que mantendrá China siguen dejando a la carne vacuna y de cerdo estadounidense con una desventaja significativa”, dijo la Federación de Exportadores de Carne de Estados Unidos (Usmef) en un comunicado.
Por lo tanto, la feria podría ser una instancia fundamental para los exportadores uruguayos para ganar terreno en el segmento de cortes de alto valor en el mercado chino, fundamentalmente carne terminada en corrales de engorde, que es el grueso de lo que colocaba Estados Unidos en el mercado chino.
Otro de los temas que ha predominado en las últimas ferias es la cantidad de carne vacuna importada almacenada en cámaras de frío en China. Esto ha sido utilizado como argumento bajista por parte de los importadores en 2023 y 2024, dado que los stocks eran muy elevados. Sin embargo, este año son menores. De acuerdo con la publicación OIG+X, la cantidad de carne vacuna importada que se encontraba en cámaras de frío en China en abril era alrededor de 20% inferior a la de abril de 2024. No quiere decir que sea poca, pero las cámaras no están atiborradas de producto.
Las exportaciones de carne vacuna a China en los primeros cuatro meses de este año han evolucionado algo por debajo de las 200 mil toneladas mensuales. De acuerdo con las proyecciones de importación para el global del año realizadas por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, China debería importar unas 245 mil toneladas mensuales para satisfacer sus requerimientos. Por lo tanto, la expectativa es que durante el segundo semestre del año el ritmo de compras se acelere. Deberá competir con los importadores de Estados Unidos, que seguirá con muy altas necesidades de compra en el mercado internacional.
En definitiva, la feria del Sial en Shanghái volverá a ser un termómetro de cómo está evolucionando el mercado internacional de la carne vacuna. Las marchas y contramarchas de la administración Trump no son nada buenas, porque complican la mirada de mediano plazo, algo esencial en este tipo de comercio, donde la mirada de mediano plazo es clave. Sin embargo, en el caso concreto de la carne vacuna, la expectativa es de un mercado firme y posiblemente en alza, sustentado por la enorme necesidad de importación de Estados Unidos y por las necesidades de China. Son los dos principales importadores mundiales, no es poca cosa.