
Las mujeres pisaron con fuerza las sierras de Minas e hicieron historia. Julieta Roux y Mercedes Paiva fueron las dos jinetas que se consagraron ganadoras de las 54a. Marcha Funcional de caballos Criollos “Alejandro Giorello”, que finalizó el pasado domingo. Y así casi sin darse cuenta, o mejor dicho sin caer en la cuenta, además de cruzar la meta y pisar el podio marcaron un hito en esta prueba de selección y comportamiento de la raza, ya que es la primera vez que la ganan dos mujeres, una en cada categoría.
Puede sonar a casualidad o a “capricho del destino” pero no lo es. Esta prueba crece y tanto hombres como mujeres están participando activamente en las competencias de resistencia de la raza. En esta edición fueron 10 las mujeres que corrieron alguna etapa de la prueba o más de una, y ellas dos se convirtieron en protagonistas ya que luego de montar los quince días obtuvieron el triunfo. “Me parece que en este deporte las mujeres y los hombres tienen las mismas oportunidades de llegar al triunfo. Y en esta ocasión en especial se dio así ya que hay más mujeres compitiendo” dijo Mercedes.
Un clima que no acompañó, una topografía dura que vuelve a Minas una cancha difícil, un nivel de animales muy bueno y el desafío de ir siempre una legua más. Y vaya si lo conquistaron, después de recorrer 750 kms cruzaron la meta corriendo, demostrando todo lo que “Baruyera La Chinita” y “Corralera 969” tenían para dar, quedándose con el triunfo.
Esa conquista tiene una historia, es el fruto de una pasión de mucho tiempo y de buscar un camino que siempre estuviera acompañado de un relincho que le diera sentido a todo. Y ambas saben que esa es la clave de esta pasión que en ambos casos se despertó en la niñez y quedó latente, como esperando una señal para dar rienda suelta al disfrute y el trabajo profesional dedicado a este noble animal.
Caballos desde siempre.
Mercedes tiene muy latente un recuerdo que seguramente la marcó: “Un día salí con mi abuelo Manino al piquete a dar una vuelta de tiro, en un rosillo que fue en el que aprendí a andar. Venían mis primos en camioneta con mis abuelos paternos a los gritos y el caballo se le escapó a mi abuelo y disparó conmigo rumbo a la casa y llegué arriba, ahí tenía dos años. Ya a los tres años empecé a andar prácticamente sola, según me contaron mis padres” recordó.
Julieta sabe por cuentos que desde muy chiquita estuvo vinculada y arriba de los caballos, más o menos desde que tenía 4 años, pero menciona no recordar mucho esa época. Sin embargo, sí tiene otras vivencias muy presentes: “en vacaciones íbamos al campo de la abuela “Doña Pilar” en Pueblo Cuaró y fue ahí que monté por primera vez al “Arapey”, un zaino malacara que era el caballo de los gurises en la estancia”, relata como si fuese algo que pasó hace no mucho.

Así dio inicio esta pasión. “Los Criollos desde siempre” dijo Mercedes, recordando que su padre Pablo fue quien inició con la cría y su cabaña Don Salvador en 1990. “Yo empecé a correr en una yegua marca de Dolz, la “Corralera 606”, una mora enorme, esto fue en un raid de 10 km en el año 2009. Después corrí mi primer Enduro en otra “Corralera”, la 608, en Tacuarembó, obteniendo un segundo puesto en el año 2010. Y ese mismo año esa yegua fue a la Marcha de Salto, donde también corrí una etapa. En el año 2011 empezamos a correr enduros, ya con la marca de mi padre. Corrí ese año “La Escondida 27”, con la que salí campeona nacional de Enduro y gané dos fechas de 80 km. Además, participamos en un chasque de 60 km en Bonilla y ganamos. Este mismo año corrí mi primera Marchita de octubre en Salto con “La Escondida 31”, clasificando”. Así hizo un racconto de su historia en las cruces de los Criollos y cómo paso a paso se iba acercando adonde está hoy.
Selección y entrenamiento.
Julieta es una de las titulares de Cabaña La Chinita junto a su pareja, Héctor Sorondo. La manada inicia como una pasión compartida e incentivados por Gustavo Souza y con el apoyo de Gonzalo Souza. “Ellos nos dieron la oportunidad de correr yeguas de El Rumbo, nos permitieron comprar sus yeguas y armar una manada dentro de la cabaña mismo y numerar sus hijos con su propia numeración. Esto fue hasta el momento en que nos hicimos cargo de La Chinita en 2015 y empezamos con la numeración y marca propia” recordó.
Mercedes, que ya venía corriendo y tenía clara su pasión por los Criollos, quiso empezar a hacer trillo en el mundo del entrenamiento para pruebas de resistencia. Comenzó trabajando en un stud donde aprendió del trabajo con caballos. Luego, en 2022 se fue al pensionado equino de Alberto Leites y llevó para empezar a cuidar a “Madrina Don Salvador”, una yegua de su padre. Haciendo memoria de aquellos años contó “ahí me empezaron a caer oportunidades de cuidar más caballos, terminé agarrando 12 caballos (tenía un gran equipo detrás de estos caballos). Acá es cuando Borges me dio la oportunidad de cuidar a “Ambiciosa Simpatía”, yegua con la que ganamos la Marcha en 2023 en categoría menores”.
Con esa cantidad de animales a su cuidado, Mercedes decide alquilar una chacra para poder amanecer con los caballos al lado y no tener que trasladarse a diario, y así es como surge en agosto de 2022 el Centro de entrenamiento La Escondida. En 2023, acompañando un proyecto personal, el Centro se radica en Tacuarembó y comienza a trabajar a la par de Alejandro Bonini, su pareja.
Rodeadas de caballos, aprovechando la jornada para el vareo o el trabajo de campo como entrenamiento arduo, así viven ambas jinetas su día a día de preparación y cuidado de estos animales. Puede variar la locación o lo específico de cada cuidador, pero en ambos casos coinciden que estar presente en la diaria y ser parte de los detalles hace a la diferencia en el cuidado para este tipo de pruebas tan exigentes, que requieren un nivel de conocimiento del animal único.
La huella Dolz.
Como si dos mujeres no fueran suficientes, hay una tercera protagonista de esta historia ya que “Corralera 969” o “Banana” como la han apodado, es propiedad de Karina Dolz, que eligió y confió en Mercedes para prepararla y correrla durante la Marcha realizada en Minas. “Que haya estado conducida por Mercedes no fue una casualidad, tiene un significado más que especial. Compartimos mucho con ella y tiene la misma visión que nosotros como mujer. Además, con su juventud y energía nos contagia y transforma cualquier actividad en algo divertido donde no hay jerarquías y disfrutamos todos”, contó Karina.
Karina Dolz es una de las hijas del reconocido y recordado Carlos A. Dolz, cuya influencia en la raza Criolla y en las pruebas de resistencia es invaluable y su legado permanece en la ruta y en muchas cabañas hasta hoy. Sus hijas han continuado con la cría y se hacen presentes en cada Marcha dejando huella, compartiendo cada legua en familia y traspasando con su alegría y solidaridad. Su esencia permanece y vuelve al ambiente en sus hijas y su familia, “creo que papá estaría orgulloso que pudiéramos disfrutar de las Marchas en familia como lo vivimos nosotras y si es con un triunfo mucho mejor, pero es algo que nunca nos condicionó el disfrute porque él nos enseñó que la rueda de amigos, un truco, una copa de vino hacen los mejores momentos”, aseguró Karina.
Se terminó una Marcha Funcional de caballos Criollos más, que marcó un antecedente que no hace más que confirmar que esta pasión tiene lugar para todos y que tanto mujeres como hombres pueden animarse a disfrutarla en las cruces del noble criollo, que sigue impresionando con su resistencia y recuperación en una de las pruebas más exigentes del caballo. Ojalá la próxima largada encuentre muchas “Julietas y Mercedes” con la ilusión intacta, inspiradas por estas dos mujeres y con ganas de seguir haciendo historia.
“Baruyera” y “Banana”, las protagonistas de la Marcha 2025
Otra coincidencia que no es casualidad, porque es sabido que los pedigrees aportan la cuota de información sobre un cruzamiento que da algunas garantías sobre el futuro. Las dos yeguas ganadoras de la Marcha Funcional “Alejandro Giorello”, de los caballos Criollos realizada en Minas este año, tenían antecedentes y su elección no fue al azar. Fueron cruzamientos pensados, planificados y decididos y luego vino el trabajo posterior que es tan importante para afianzar y dar sentido a esas características de la raza.
“Los papeles dicen todo, una madre comprada y elegida en un remate (Avispa) y un padre (Pinche Fuerte Rumbeador) que nos prestó Gonzalo Souza, dio origen a Baruyera que nació en la estancia en 2016. En 2022 se entregó de doma y se empezó a cuidar, debutando ese mismo año en diferentes pruebas. Es una yegua que tiene destacados antecedentes deportivos: 6 Marchitas ganadas consecutivamente y ahora se consagró con el premio mayor que es ganar la Marcha Funcional y eso nos llena de orgullo y alegría a todos los que fuimos parte del proceso y nos confirma algo que ya sabíamos y es que esta yegua es diferente dentro y fuera de su casa” sentenció Julieta.
“Banana”, como apodaron en la Estancia El Sarandí a la baya de cabos negros que se consagró ganadora, llegó a Mercedes luego de la Marcha de Artigas en 2024, cuando su propietaria habló con ella para empezar a cuidarla. Mercedes recuerda claramente cómo fue el inicio: “El 12 de julio del 2024 llega “Banana” para cuidar. De ahí arrancamos cuidando con trabajo de campo primero para después empezar a salir a la calle, en noviembre vamos a correr el Enduro de 50 km en San Gregorio, no clasificamos, pero sirvió de vareo. Después fuimos a Salto a correr una Marchita en Colonia Gestido donde obtuvimos un primer lugar con ella. Desde ahí se siguió vareando normal hasta la concentración de la Marcha de este año en Minas”.
Resistencia de pura cepa, esta yegua estaba destinada a correr. “Desde que nació supimos que su destino era la Marcha porque su madre Corralera 708 fue ganadora en la Marcha Minas 2013 y su padre es Revolcón, sangre de Matilde Gallinal.
Después, con el paso del tiempo, en equipo con el personal de El Sarandí vimos que cumplía con los requisitos físicos y temperamentales para empezar a cuidarla; y así lo hicimos, primero nosotros en el establecimiento y luego fue a lo de Mercedes” repasó Karina Dolz sobre los primeros pasos de la ganadora “Corralera 969”.
Los primeros puestos, pues ganadores fueron todos
En yeguas mayores de 7 años, ganadora: “Baruyera La Chinita”, con Julieta Roux, de cabaña La Chinita, en un tiempo total de 65:57. Segunda: “Agraciada Paulista”, de Cabaña Paulista, con Edipo Arce. Tercera: “Malandra San Telmo”, de cabaña San Telmo, con Elder Dornelles. El Cuarto y quinto puesto fueron ejemplares de Los Olivos de Caraguata: “Mazangano Diligencia”, con Gonzalo del Campo Saravia y “Mazangano Chiclana”, con José María del Campo Gigena.
En la categoría de yeguas menores de 7 años, la ganadora fue “Corralera 969 de El Sarandí”, con la monta de Mercedes Paiva y un tiempo de 66:04. El segundo puesto fue para “Rosada de Verdes Mares”, de Cabaña San Francisco con la monta de Francisco Dutra Da Silveira. El tercer lugar fue para Álvaro Coore, criador y propietario de “Carta La Orientala”. El Cuarto puesto fue para Puesto Blanco con la yegua “Bacinada La Invernada”, con Carlos Pintos de jinete. El quinto puesto fue para “Locamanía Molles” de Cabaña La Lucila con la monta de Francisco Peluffo.