Publicidad

Tormentas en Río Negro y Paysandú afectaron 28.925 hectáreas agrícolas, según estimaciones

Soja y maíz fueron los cultivos más comprometidos por los inconvenientes climáticos

tormenta, lluvia
El MGAP informó que se extendió la emergencia agropecuaria por 90 días para todo el país. Además de la ganadería, lechería, hortifruticultura y agricultura, se incluyó a los rubros avícola, apícola y forestal. Hasta la fecha se han inscripto 1300 productores para usar el Fondo Agropecuario de Emergencia.

Según información del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), el temporal del pasado viernes 14 de febrero impactó severamente en los departamentos de Río Negro y Paysandú, afectando un total de 28.925 hectáreas de cultivos.

El mayor daño se registró en soja, con 25.211 hectáreas comprometidas, seguido de maíz con 3.317 hectáreas y otros cultivos que suman 397 hectáreas.

Los productores continúan evaluando el impacto en la productividad de los cultivos, mientras las autoridades monitorean la situación para definir posibles medidas de apoyo.

Por su parte, la aseguradora MAPFRE está en plena evaluación de los siniestros para determinar con precisión el impacto económico, con una estimación inicial que ronda en los 3 millones de dólares.

Desde la empresa aseguradora señalaron a Valor Agrícola que ya están en contacto con los productores afectados. “Hemos destinado todos nuestros peritos para trabajar en la zona y evaluar los daños. Estamos priorizando los cultivos de maíz, ya que se encuentran próximos a la cosecha”, dijo Ponciana Montes de la sucursal de Young.

El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos, participó de reuniones con actores del sector para evaluar la situación. Si bien desde MAPFRE no participaron directamente del encuentro, destacaron la importancia de la presencia del ministro y la necesidad de generar herramientas que permitan atender estos eventos con mayor eficacia en el futuro.

En este sentido, desde la aseguradora se mencionó la posibilidad de crear un fondo público para la atención de catástrofes climáticas y tomar como referencia el modelo implementado en Valencia, España, donde un esquema público-privado se hará cargo de las pérdidas. “El Estado también pierde cuando suceden estas cosas y no están cubiertas”, indicó Montes.

Ante la creciente frecuencia de fenómenos climáticos adversos, la principal herramienta de protección sigue siendo el seguro agrícola. Montes destacó la importancia de que los productores comprendan la necesidad de estar asegurados de manera adecuada, y que una mayor cobertura a nivel general permitiría a las aseguradoras ofrecer mejores condiciones comerciales.

Publicidad

Publicidad