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“El dólar bajo es nuestra retención”: Gonzalo Ducos y las luces y sombras del momento ganadero

El coordinador ganadero de FUCREA y director de Campo Capital analizó el presente de la ganadería uruguaya: precios históricamente altos, márgenes desafiantes, riesgos de escala, presiones de costos y un dólar que condiciona la rentabilidad estructural

Gonzalo Ducos en Hablemos de Agro.
Gonzalo Ducos en Hablemos de Agro.

Para Gonzalo Ducos, el actual escenario ganadero es tan prometedor como complejo. “El dólar bajo es nuestra retención”, sintetizó, aludiendo a cómo el atraso cambiario erosiona la rentabilidad pese al buen momento de precios. En su visión, la foto muestra un negocio con valores excepcionales para el ganado, pero cuando se suman tierra, rentas y estructura, la rentabilidad real se vuelve mucho más ajustada. “Es un momento muy bueno que ojalá dure, pero para transformarlo en resultados sostenibles tiene que prolongarse más en el tiempo”, advirtió.

“El momento ganadero es único, pero no quiere decir que sea eterno”

El coordinador ganadero de FUCREA, asesor de empresas y director de la consultora Campo Capital, Gonzalo Ducos, reflexionó sobre el presente de la ganadería uruguaya y la coyuntura internacional que sostiene los precios. En Hablemos de Agro, de Canal 10, repasó su experiencia profesional, el impacto limitado de los fondos ganaderos en el mercado y los factores estructurales que hoy condicionan el futuro de la cría a nivel mundial.

Gonzalo Ducos en Hablemos de Agro.
Gonzalo Ducos en Hablemos de Agro.

Fondos ganaderos: impacto acotado

Consultado sobre los mal denominados fondos ganaderos, reconoció que su incidencia real fue menor a lo que se esperaba. “Manejaban apenas un 5% del rodeo nacional y arrendaban unas 100 mil hectáreas, frente a un stock de 14 millones de cabezas. ¿Cuánto ruido iban a hacer? Poco. Y fue poco”, apuntó. Según explicó, su influencia más visible se notó durante unos seis meses en el mercado de la vaca preñada: “Compraban vientres, los ponían en sus campos y operaban fuerte en ese segmento, lo que retrasó los precios. Hoy la vaca empezó a caminar, porque estaba atrasada, y los números de la pieza de cría volvieron a cerrar”.

Para Ducos, la foto actual del negocio es excepcional: “El momento es único. Si no nos quejamos, es porque andamos bárbaro”, expresó. Reconoció que el clima ha sido un aliado, aunque con señales de alerta: “Agosto cerró con buenos perfiles de humedad, arriba de 100 mm, pero septiembre apenas sumó entre 40 y 50 mm en distintos puntos, y octubre arrancó con 10 a 15 mm. Si aprieta el calor por diez días, se puede complicar. Hay un pronóstico de lluvias a mediados de octubre que sería la cereza”.

El analista también puso en perspectiva los fundamentos del ciclo actual. “Es una pregunta jodida, porque fundamentos hay, pero no quiere decir que sean sostenibles de acá al resto de la historia. En los últimos 20 años hubo varios picos de precios —2008, 2015, 2019, 2022 y ahora 2025— que duraron entre 4 y 8 meses. Este ya lleva 10 meses. ¿Cuánto más puede durar?”.

El panorama internacional explica parte del fenómeno: “Estados Unidos tiene el menor stock vacuno en 50 años y no puede recuperarlo: los productores envejecen, los jóvenes no quieren dedicarse, y corrieron a la inmigración que hacía el trabajo. Australia retuvo hembras tras la liquidación por sequía, Argentina debería tener 54 millones de vacas y tiene 47. Brasil también bajará la faena. No hay vacas en el mundo, y esa fase artesanal de la cría es insustituible: sin ternero, no hay nada después”.

En este escenario, Uruguay se ha beneficiado de condiciones comerciales favorables: “Las relaciones de intercambio están buenas, no caímos en el arancel del 50% que aplicó Estados Unidos a Brasil. Ese pleito se va a arreglar, porque nadie más puede colocar 250 mil toneladas en el mercado americano. Brasil, en tanto, se dio vuelta rápido hacia Asia y hoy vende incluso más allí que a Estados Unidos. Eso marca la diferencia respecto a 2022, cuando se cayó la estantería de golpe. Hoy no veo un riesgo tan inmediato, aunque eso no significa que no pueda existir”, advirtió.

Gonzalo Ducos en Hablemos de Agro.
Gonzalo Ducos en Hablemos de Agro.

“Las empresas ganaderas cerraron un muy buen año y ahora deben capitalizar el momento”

El ingeniero agrónomo Gonzalo Ducos profundizó en los desafíos que plantea el actual escenario de precios firmes. La pregunta de fondo es cómo transformar esta bonanza en resultados duraderos para las empresas.

“Las empresas ganaderas cerraron un muy buen año. Eso lo vamos a ver reflejado cuando se publiquen los datos del plan, pero ya está claro que los números son muy positivos”, señaló Ducos. Desde su experiencia como asesor, explicó que el análisis debe hacerse en el día a día: “Me gusta trabajar con el flujo financiero, ver cómo evoluciona el resultado, qué ingresos de capital hay, qué variación patrimonial se genera. Si las empresas que vendieron mucho en este primer semestre consolidan esos negocios, y los precios se mantienen hasta fin de año, el resultado va a ser aún mejor”.

Para Ducos, el punto central es medir con precisión el costo de producción por kilo de carne. “No es lo mismo a cuánto vendo, sino cuánto resulta producir dentro del establecimiento. Un colega insiste desde hace años con la idea de producir por debajo de un dólar el kilo. El promedio implícito de los últimos diez años está en 1,76 dólares: en un año promedio, el productor gana 0,76 por kilo. Pero en años como este, con márgenes financieros más holgados, hay oportunidad de apalancarse y potenciar la carga en momentos clave, como antes de la primavera”, detalló.

El asesor mencionó prácticas que pueden marcar diferencias importantes en el resultado: incrementar las pasturas, mejorar el campo natural, usar estratégicamente nitrógeno en verdeos o apostar a reglas bien manejados. “Hoy hay productores que aplican 80 o 100 kilos de fertilizante, cuando podrían llevar el rendimiento de 7.000 a 12.000 kilos de materia seca. Claro que después hay que transformarlo en carne, lo que implica acceso al agua, manejo de parcelas, personal y carga animal adecuada. Las empresas que lo hacen logran un diferencial muy importante”, remarcó.

El costado comercial: vender, no reponerDesde el punto de vista del mercado, Ducos recomendó cautela en la toma de decisiones. “Nunca es aconsejable reponer carga en el pico de primavera. Si lo hacés en el tope de precios, podés pegarte un golpe fenomenal si el ciclo se corta. El 2022 no está tan lejos”, advirtió.

El momento, dijo, es más para vender que para comprar. “Si un productor está con deudas que lo venían apretando, hoy se encuentra con un activo que se valorizó un 40%. Es la oportunidad de cancelar parte o toda la deuda. Cada empresa debe analizarlo según su sistema, pero lo que está claro es que las decisiones de reposición debieron tomarse en junio o julio, incluso asumiendo un costo de suplementación. Con granos baratos y relaciones favorables, esa estrategia paga”, concluyó.

“La previsibilidad del negocio es fantástica y los corrales seguirán creciendo”

Por otra parte, analizó la intensificación ganadera y el papel creciente de los corrales en la faena nacional. También se refirió a la situación de la industria frigorífica y al debate político en torno a la propiedad de corrales por parte de la industria.

Ducos recordó que hace tiempo advertía que la participación de los corrales en la faena crecería gradualmente, pero reconoció que el proceso se aceleró: “Hoy alrededor del 30% de la faena proviene de corrales. Yo decía que iba a ir de a poquito, pero la verdad es que venimos creciendo rápido”.

Señaló que este crecimiento tiene dos motores: los corrales propios de la industria frigorífica y los emprendimientos de grandes empresas agrícolas, que buscan dar salida a los granos en regiones donde el flete encarece su colocación. “Transformar un grano de maíz o una cebada forrajera en un kilo de novillo de corral genera un margen enorme, incluso mayor que la agricultura en sí misma. Por eso los corrales siguen expandiéndose con fuerza”.

El consultor destacó que esta dinámica aporta un elemento clave al negocio: previsibilidad. “Una recría puede vender hoy un novillo a precio cerrado, con entrega futura, aun sin haber terminado los kilos. Eso permite proyectar márgenes con certeza: si compro un ternero a tres dólares y sé que lo voy a vender a tres dólares, ya tengo la cuenta hecha. Eso es lo fantástico de la ganadería”, sostuvo.

En cuanto a márgenes, explicó que “hoy el corral deja unos 100 dólares por novillo, con un riesgo de inversión de 900 o 1.000 dólares. No es un gran margen, pero es positivo, y con el grano barato sigue siendo atractivo”.

Gonzalo Ducos en Hablemos de Agro.
Gonzalo Ducos en Hablemos de Agro.

La industria frigorífica, bajo presión

Consultado sobre la situación industrial, Ducos fue claro: “La industria está estresada. El valor agregado industrial por debajo del 20% la coloca en una zona de incomodidad. Con un dólar a 38,50 y menos de 400 dólares de valor agregado, no sé si están ganando mucho o poco, pero seguro están bajo presión”.

Sobre la relación entre exportación y precio del novillo, indicó que se ubica en torno a 1,03, por encima del promedio histórico de 0,92: “Ese diferencial se sostiene mientras el mercado internacional lo permita. Si los valores externos no acompañan, la industria no puede seguir pagando indefinidamente”.

Debate político sobre los corrales

Finalmente, Ducos se refirió al proyecto presentado en el Parlamento por el senador Sergio Botana, que busca limitar la propiedad de corrales por parte de la industria frigorífica. Aunque aclaró que no leyó el texto, fue tajante: “Me parece una muy mala idea. ¿Qué tipo de negocio que funciona se toca? La ganadería nacional se transformó a partir de la Cuota 481 y de los corrales, impulsados en gran parte por la industria. Eso cambió la recría, las pasturas y la ganadería entera. ¿Y ahora vamos a ponerle un freno al motor de esa transformación? Estamos todos locos”.

A su juicio, el mercado ya se regula solo: “Cuando el precio del ternero sube a 3,30 dólares, la exportación no lo paga y se frena. No hay necesidad de intervenir. Hoy un novillo cuota vale lo mismo que un ternero, entonces, ¿qué problema hay en que la industria tenga corrales? Limitar eso sería un error grave”.

“El negocio ganadero es bueno, pero la rentabilidad real sigue siendo baja”

En el último tramo de la entrevista, Gonzalo Ducos abordó el tema de la rentabilidad estructural de la ganadería en Uruguay, la relación con el valor de la tierra y el impacto de nuevas iniciativas como el proyecto ProCría.

Aunque reconoció que los precios actuales del ganado son históricamente altos, Ducos advirtió que la foto no debe confundirse con una rentabilidad extraordinaria. “Hoy el negocio deja un 10, 12 o 15% sobre el activo semoviente. Pero cuando sumamos el activo tierra, la rentabilidad cae a menos del 2% sobre el activo total. Como negocio puro, es mala”, explicó.

Señaló que en la última década los campos ganaderos subieron en promedio unos 200 dólares por hectárea en dólares corrientes, pero que el verdadero análisis es más complejo. “Muchas familias han vendido novillos para comprar tierras y reestructurar sus empresas. En ese movimiento, la ganancia está más en la valorización de los activos que en la caja inmediata”, dijo.

El peso de las rentas y el dólar

En cuanto a los arrendamientos, subrayó que el valor real es mayor al que se suele citar. “Cuando hablamos de 100 o 110 dólares, en realidad, expresado en kilos de carne, las rentas rondan los 140 dólares. El problema es si estás poblado o no, si vendiste y compraste, si te quedaste expuesto con menos stock y la renta valorizada. Comprar caro en un ciclo que ya lleva más de lo habitual puede ser muy riesgoso”.

También apuntó a un factor de contexto clave: el tipo de cambio. “Vamos a convivir con un dólar bajo durante todo este gobierno. Eso significa costos altos, porque el costo de vida de la gente del campo aumenta no solo por la inflación en pesos, sino también por la caída del dólar. Ya lo vivimos en 2014 y 2015”.

Sobre la escala, fue categórico: “En Uruguay no existe la economía de escala, existe la deseconomía de escala. Los campos no quedan pegados, hay que mover gente, camionetas, duplicar estructuras. Al final, los costos se multiplican”.

Ducos diferenció entre la ganancia contable y la realizable. “En algunas regiones todavía no se recompuso la seca de 2022-2023. Ahí los productores están reteniendo vientres y terneros, y esa ganancia queda en stock, caminando en el campo. No está en la caja. Por eso no es tan sencillo decir que la rentabilidad es extraordinaria. Es un momento muy bueno, sí, pero para que se convierta en algo estructural tiene que durar más”.

El proyecto ProCría

Finalmente, Ducos se refirió al programa ProCría impulsado por el Ministerio de Ganadería. “La idea es buena: trabajar sobre la base de la cría para aumentar la marcación. Pero cuidado: para la ganadería que yo sueño, con un millón más de hectáreas de pasturas mejoradas, inversiones en agua y mejor calidad de vida para nuestros trabajadores, tres millones de terneros no alcanzan. Necesitamos más”, señaló.

Advirtió que el mayor desafío está en la implementación: “El riesgo de estas políticas públicas es cómo se estructuran, quién las maneja, cómo se auditan. La idea la comparto, pero el funcionamiento puede tropezar en cualquier momento. Por eso, hay que tener mucho cuidado en cómo se arma”.

Mira la entrevista completa:

Licenciada en Comunicación por la Universidad ORT (2017) y máster en Dirección de Comunicación Corporativa (2024). Desde agosto de 2020 forma parte del equipo de Rurales El País. Actualmente colabora con la revista de la Asociación Rural y produce el programa #HablemosdeAgro, que se emite los domingos por Canal 10. Además, acompaña a empresas del sector agropecuario en el diseño y la implementación de sus estrategias de comunicación. Anteriormente trabajó como periodista agropecuaria en El Observador y fue productora del programa radial Valor Agregado, en radio Carve.

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