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Protagonistas del Agro en Dolores: pasión, intuición, tener algo de suerte e “ir para adelante” siempre

Lucía Basso, Néstor "Cacho" Gerpe y Felipe González fueron los elegidos para la segunda edición de este 2025

Protagonistas del Agro 2025.
Protagonistas del Agro 2025.
Agropecuaria de Dolores.

Destinamos buena parte del día a nuestro trabajo. Destinamos también 5, 6 o hasta 7 días de la semana a nuestras labores en ocasiones. Más allá del éxito económico o no que cada uno tenga, más allá incluso de la presencia o ausencia de la pasión y el gusto en las tareas que realizamos, es preciso preguntarse: ¿cuántas veces nos ponemos realmente a escuchar la historia de vida del otro? ¿Cuántas veces nos permitimos ver la nuestra? Observar el camino recorrido no es tarea sencilla, pero es una experiencia espectacular.

Cada uno tendrá su respuesta, pero la Asociación Agro-Pecuaria de Dolores, con mucho esfuerzo y corazón, prepara dos instancias al año donde 3 protagonistas del agro ponen su corazón sobre la mesa. Generalmente, como es pertinente, suelen ser recompensados con el propio cariño de la gente y se retiran de Dolores entre aplausos y abrazos. ¿Son historias extraordinarias y absolutamente fuera de lo común? No, o quizás sí. Pero de cada uno de ellos siempre hay algo para aprender, para reconocer, para homenajear.

Protagonistas.

Néstor “Cacho” Gerpe empezó como camionero, pero hoy es un importante y diversificado empresario, director de Myrin, una empresa que empezó con camiones y hoy se dedica al sector agroíndustrial y en el rubro almacenaje, entre varias otras tareas.

Lucía Basso es ingeniera agrónoma forestal, trabajó durante años en la Dirección General Forestal, durante otros tantos en fondos de inversión y en proyectos de certificación internacional y a los 57 años, con dos socios, se embarcó en su propio proyecto: Plantesia.

Felipe González es ingeniero agrónomo, comenzó administrando campos en el norte del país pero luego “se tiró al agua”, y cuando más necesitaba estabilidad económica para la crianza de sus hijos, con dos socios salieron del molde y fundaron Procampo, empresa líder en semillas en el agro uruguayo.

Entre esas 3 historias, vinculadas al agro en algún punto pero tan distintas entre sí, estuvo la segunda edición de Protagonistas del Agro de 2025. En donde sí podemos establecer puntos en común, es en algunos conceptos que marcaron su vida y que deberían quedar como enseñanza para todos: trabajar duro, intentar hacer lo que a uno le apasiona y donde la intuición lo lleva, tomar riesgos y entender que nunca es tarde para proponerse un proyecto nuevo.

Al cierre de la edición, a Gerpe se le consultó por un sueño hacia adelante. Emocionado, contestó: “¿qué me queda por soñar, si tengo mucho más de lo que nunca soñé?”. “Cacho” es el mayor de 10 hermanos y creció en el Cerrito de la Victoria, en Montevideo, en un hogar muy humilde. Su padre era camionero, y lo recuerda como una persona muy estricta, pero que le marcó a fuego el hábito de trabajo. En estudios, “Cacho” llegó a terminar sexto de escuela.

Lucía Basso creció en Melilla, siendo la menor de 3 hermanos, con varios años de distancia hacia cualquiera de ellos. ¿Su pasión? El ballet, algo que practica hasta el día de hoy. La música clásica que acompañó el video inicial con sus fotos y su historia de vida, así la caracteriza. Sus padres la incentivaron a estudiar una carrera terciaria, y es por eso que Lucía comenzó en agronomía, sin abandonar nunca el deporte.

Felipe González nació y creció en Montevideo. Su padre era ingeniero en IBM, pero Felipe “soñaba con ser peón de estancia”. Una vez recibido, se fue al Salto a administrar campos de la familia Vejo. Al poco tiempo se casó y recuerda que Vero, su señora, siempre lo acompañó.

Suerte.

Los tres protagonistas coincidieron en que tener suerte es una parte importante en la vida.

El padre de Cacho comenzó con un Chevrolet 51. A Cacho no le gustaba estudiar, de hecho él mismo se define como una persona “medio bruta, pero honesta y de trabajo”. Así comenzó como peón, después manejando un camión con él, hasta que en 1996 se asocia con Américo Deambrosi y comienzan Myrin, como una alianza entre la operadora portuaria Nobleza Naviera S.A. y la transportista Bautista Gerpe Ltda.

En 1997, Cacho recuerda una de las veces en las que la vida lo cruzó con la suerte. “Me llamó el Ing. Rufener, presidente de Isusa para reunirnos al otro día, no dormí en toda la noche pensando en la metida de pata que podía haber cometido”, indicó. “Cuando llegué resulta que se quería asociar con nosotros, mi manera de defenderme es con trabajo”, sostuvo.

Para Basso, la suerte fue comenzar a trabajar en la Dirección Forestal en 1990, poco después de que se promulgara la ley forestal. Lo recuerda como una etapa de mucho aprendizaje, en una expansión muy importante de la forestación de la que somos testigos al día de hoy.

González en tanto, busca que la suerte lo encuentre siempre con actitud positiva. Su momento de emprender se dio cuando estaba trabajando administrando campos en el norte, pero se asoció con su amigo Germán Verdier y otro participante argentino, y comenzaron con una empresa que hoy es líder y referente en el sector agropecuario uruguayo.

La Universidad de la vida.

González enumeró, en varias ocasiones a lo largo de la disertación, casi de memoria sus claves para el éxito: “ser genéticamente optimista, perseverancia frente a las adversidades y pasión por lo que uno hace”.

Gerpe estuvo de acuerdo, ya que si bien su empresa se ha diversificado, sostiene que su pasión siempre han sido los camiones. Igual Basso, quien luego de su labor en el MGAP, participó en fondos de inversión y proyectos de certificación. Esto le permitió observar un abanico muy amplio de lo que sucede con el mundo forestal no solo en nuestro país, sino en el mundo.

¿Los hijos en la empresa?

Basso tiene tres hijas mujeres. Afirma nunca haber incentivado a ninguna para que siga sus pasos, sino para que hagan lo que quisieran, aunque una de ellas es ingeniera agrónoma. Además, se considera una abuela muy presente (ya que dos de sus hijas están casadas y con hijos) y tiene una relación excelente con su ex marido, padre de sus hijas.

Gerpe tiene una historia diferente. Tiene dos hijos, su hija trabaja en la empresa y su hijo tiene su propia empresa de camiones, que comenzó por impulso del propio Cacho. “A los 18 años la madre le ofreció comprarle un auto, pero yo le ofrecí venderle un camión, le dije que si le iba mal yo lo ayudaba, pero si le iba mal por desbolado lo dejaba que se funda, lo hice firmar conformes durante varios años”, comentó entre risas.

Así fue como comenzó su hijo, porque Cacho dice que “en su empresa manda él y el dia que ya no esté, ahí si que hagan lo que quieran con ella”.

Felipe tuvo 5 hijos, de los cuales solo uno le siguió sus pasos. Actualmente trabaja en Cargill, y Felipe dijo que siempre prefirió que no estén trabajando en la empresa, incentivándolos a que hagan su camino, que obtengan sus propios logros, que se desarrollen afuera.

En ese momento, Felipe recordó una anécdota divertida. “Una vez me acuerdo que estaba grabando el contestador del teléfono en casa, cuando los teléfonos eran fijos, no existían los celulares, y mis hijos estaban haciendo un ruido bárbaro, dos peleándose, otro gritando, otro corriendo y me acuerdo que lo que dije fue “en este momento, obviamente, no te podemos atender”.

El riesgo.

Las tres historias tienen similitudes y diferencias, pero hay otro denominador común: el riesgo. Cuando la situación lo ameritó, cualquiera de los tres “se tiró al agua”.

Cacho compró la parte de Myrin de su socio, pagándola con trabajo, lo mismo que en la operación de Isusa. No titubeó, la intuición y la confianza en su propio trabajo, fueron armas muy efectivas.

Lucía, en un momento de su vida donde las nietas le demandan y las amigas le dicen “Negra, retirate”, asumió la presidencia de la Sociedad de Productores Forestales, en épocas turbulentas y siendo la primera mujer en la gremial.

Felipe en tanto, desarrolló uno de los primeros pooles de siembra del país, pagándolo con trabajo. “Asumimos el riesgo, si me sacaban el campo era justamente lo que yo estaba pagando con trabajo”, aseguró.

Adversidad.

Cacho no mencionó momentos especialmente difíciles, pero dijo que su vida ha sido de sacrificio. Formar una empresa con “tan poco estudio” y teniendo que discutir constantemente con personas que lideran multinacionales, no ha sido sencillo. “Yo los peleo un poco, me gusta”, cuenta, riéndose.

Felipe recordó también atravesar el cáncer de uno de sus hijos, quien afortunadamente está recuperado. “Nosotros íbamos cantando a hacer el tratamiento, todo tiene que ver con una cuestión de actitud”, contó.

Basso en tanto, como un momento bisagra en su vida recuerda que una vez llegó de un viaje y una de sus hijas, había hecho un dibujo describiéndola y decía “mamá trabaja de viajar”. Después de eso, contó que la vida le abrió los ojos de dedicar más tiempo a lo realmente importante.

Felipe vendió parte de Procampo en la última etapa, si bien sigue trabajando en la empresa. “Me encanta vender”, comenta, aunque ahora disfruta de otras libertades como poder navegar en un velero que se compró con parte de ese dinero.

Ser creativo.

“No me gustan los no se puede”, dijo Gerpe, aludiendo que en su vida ha transformado los obstáculos en oportunidades, como sucedió en el momento en que su empresa se expandió a la construcción, o en un momento donde incursionó en la logística y el acopio, expandiéndose a todo el país.

“Las barreras te ayudan a ser creativo, nos obligan a encontrarle una solución a un problema”, comentó Felipe. “Una vez, le regalé un ternero a cada uno de mis hijos. El de Felipe hijo se murió, así que tuvo 100% de mortandad”, agregó entre risas, “pero entienden que las cosas cuestan trabajo”.

Basso en tanto, destaca su espíritu emprendedor de fundar Plantesia con 57 años. “Nunca es tarde para empezar”.

Sueños.

Cacho Gerpe, emocionado, dijo que no puede soñar más, ha hecho lo que ha querido, le ha ido bien y hoy pide por la salud de sus hijos y nietos Yo tengo 70 y sigo trabajando, pero me gusta fumar algún cigarrito y tomar whisky, hasta los 120 no voy a vivir”.

Basso en tanto dijo que el éxito es hacer lo que te gusta y siempre “ir para adelante”. ¿Un sueño? “Ver a Plantesia seguir creciendo”, finalizó.

“No hay que olvidarse de los amigos, te atrapa la vida y cuando te das vuelta hace 20 años que te podés haber olvidado de eso, de los que te conocen de verdad desde el principio”, remató González.

Cerró una nueva edición del Protagonistas del Agro, y el mensaje de Basso, Gerpe y González mostró más que optimismo: mostró que cuando uno hace lo que le gusta, confía en su capacidad de trabajo y no tiene miedo de “ir para adelante”, la vida generalmente trae sorpresas muy lindas.

Carlos Becco, Ismael Turban y Hernán Zorrilla estuvieron en la inauguración de El Sauzal Agronegocios en Treinta y Tres

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