Comienza a aparecer la garrapata y vuelven a manifestarse casos de tristeza parasitaria que podían haberse prevenido vacunando los ganados.
El Programa de Control y Residuos Biológicos que garantiza el acceso a los mercados, rastreando trazas de productos prohibidos o nocivos para la salud de los consumidores, comenzará a incluir en sus rastreos a los piroplasmicidas, que se usan para combatir los estados febriles causados por la tristeza parasitaria. Este principio activo tiene siete meses de espera antes de que el animal al que se le haya aplicado se pueda enviar a faena.
Este cambio generará una mayor demanda de la hemovacuna a nivel de las invernadas, para vacunar animales adultos, además de los bovinos menores de 9 meses.
“La tristeza parasitaria es una enfermedad que está vinculada con la garrapata, pero que también puede ser transmitida por el hombre al usar agujas, descornadoras o cualquier instrumento que lleve sangre de un animal a otro”, recordó a El País el Dr. Rafael Carriquiry, veterinario de campo del Instituto Plan Agropecuario (IPA) para la zona norte. La enfermedad es transmitida por tres agentes distintos que son dos babesias (las transmite sólo la garrapata) y un anaplasma (puede ser transmitido por el hombre con malas prácticas).
Carriquiry explicó que en los predios ganaderos donde hubo diagnóstico de tristeza parasitaria “hay que empezar a usar la hemovacun, que es muy eficaz y segura, con una relación costo-beneficio muy favorable”.
En el mercado local hay dos vacunas. Una congelada que es producida por un laboratorio privado y la hemovacuna inactivada que produce la Dirección de Laboratorio Veterinario “Miguel C. Rubino”. Según afirmó el veterinario del IPA: “las dos, desde el punto de vista de la seguridad y la eficacia son iguales, están bien probadas y son seguras”.
Recomendaciones. Los veterinarios insisten en vacunar a los bovinos menores de 9 meses contra la tristeza parasitaria, pero cuando surge la enfermedad los productores se preocupan y quieren vacunar todo, que también se puede hacer.
“Se pueden vacunar los animales adultos y de hecho, muchas veces lo hicimos, pero hay que tener ciertas precauciones, porque algunos animales tienen reacciones. Es una vacuna viva y en algunos animales les puede reproducir la enfermedad y hay que tratarlos antes de que les afecte”, dijo Carriquiry.
Para eso hay dos alternativas. La primera es controlar las reacciones de los animales durante dos semanas. “Eso implica revisar los animales vacunados todos los días, tener la certeza de que no tienen fiebre y que no están manifestando la enfermedad”, detalló el profesional.
La otra alternativa que se está difundiendo mucho “es el día 10 después de la vacunación, darle un producto químico que controla las posibles enfermedades. Es una buena alternativa pero compromete un poco el resultado”, advirtió el veterinario del IPA.
La inmunidad del rodeo no va a ser tan fuerte como de la otra manera. “En los lugares donde por logística los lotes son grandes o no se pueden controlar los animales, es necesario usar esta alternativa, pero la preferencia es no usarla”, argumentó el entrevistado.
Ventas. Hubo un crecimiento importante en el uso de la hemovacuna, debido a su costo beneficio y cada vez hay más productores aplicando esta herramienta en su ganado.
“Siempre hay que recomendar que la primera vez que se use la vacuna que se haga con un veterinario, que sea un profesional el que haga el procedimiento, porque eso le va a dar tranquilidad al productor, porque es una vacuna viva”, dijo Carriquiry. Según su visión, el hecho de no poderse usar los piroplasmicidas “puede generar una demanda extra por las hemovacunas para las invernadas”.