
“Los árboles no llegan hasta el cielo”, decía un reconocido integrante de la industria frigorífica. El precio del novillo a faena aumentó más de 40 centavos de dólar en las últimas cinco semanas, pero empezó a haber señales de que, aunque el mercado se mantendrá firme, la fuerte escalada estaría dejando lugar a cotizaciones relativamente estables.
Como todo pronóstico, puede fallar, pero las señales están. La demanda es algo menor desde algunas plantas de faena, en especial las que estaban trabajando con equipos kosher que se están retirando en estos días. Esto lleva a que haya una menor necesidad por animales pesados. Algunas de estas plantas intentaron —por el momento con escaso éxito— bajar sus precios de compra.
La operativa con el mercado israelí se retomará a principios de mayo. Desde fines de abril, buena parte de la industria estará abocada a una nueva ventana de cuota europea 481, de animales terminados en corrales de engorde, lo que reduce su interés por animales de pasturas. Aunque en las últimas ventanas no se dieron bajas en los precios del ganado terminado a pasto, el mercado se mantuvo con referencias estables y hubo que esperar a que se cerrase la producción de cuota para que diera comienzo la mencionada alza de precios.
Estos factores juegan a favor de un amesetamiento de los precios del ganado a faena, posiblemente en el eje de US$ 4,50 el kilo para los novillos y hasta US$ 4,30 para las vacas.
En cambio, la muy escasa oferta de novillos de exportación en Argentina juega a favor de subas adicionales de los precios. Argentina es la referencia en el mercado dentro de la cuota Hilton y los europeos encuentran una oferta insuficiente que mantiene muy firme y en alza el precio del enfriado que se embarca a Europa.
Entre estas fuerzas y con una oferta doméstica relativamente exigua se dirime la tendencia de los precios del gordo en las próximas semanas.
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