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Monte nativo amenazado por especies exóticas invasoras

En Uruguay hay 850.000 hectáreas de bosque nativo

Monte nativo
Sebastián Ferreira

El monte nativo ocupa un 5% del territorio nacional según la última cartografía realizada. Si bien es representativo a todas partes del país, es en el norte y este de Uruguay donde se encuentran la mayoría de los bosques serranos y de quebrada, además de la cuenca del río Queguay en Paysandú.

Este crecimiento ha brindado un beneficio importante a Uruguay en lo que tiene que ver con la sustentabilidad ambiental, debido al secuestro de carbono, la disminución de emisiones de CO2, la conservación de la flora y fauna y la posibilidad, por ejemplo, de certificar carne carbono neutra. En el futuro, no se descarta el pago por servicios ambientales a aquellos productores que tengan un bosque nativo bien conservado.

Al día de hoy, el bosque nativo enfrenta una gran amenaza que es la de las especies exóticas invasoras. “Debido a la microtala, sobre todo cercana a los centros poblados para el uso como leña, las especies exóticas ven nichos ecológicos con grandes claros llenos de materia orgánica y comienzan a crecer y dominar, desplazando las especies nativas”, aseguró a Rurales El País el Ing. Agr. Andrés González, técnico de la Dirección General Forestal. Las principales especies nativas son el Blanquillo, el Coronilla, El Tala y el Chal-Chal, asegura González. A su vez, las especies exóticas invasoras son principalmente el Ligustro y la Gleditsia como especies leñosas. Esta segunda, también conocida como “espina de Cristo”, tiene en la chaucha del fruto una melaza dulce que el ganado consume. Inicialmente fue pensada como forrajera, pero con el tiempo se demostró que, por el contrario, causa perjuicios al ganado.

“Desde la Dirección General Forestal ponemos especial énfasis en que los productores se centren en erradicar esas especies exóticas invasoras. La forma es la tala rasa y corta total de ellas. Además, se debe aplicar un producto químico sobre el tocón, porque en caso que rebrote las consecuencias pueden ser peores”, aseguró González, quien añadió como incentivo que la Gleditsia por ejemplo funciona muy bien como leña, y el productor puede comercializarla sin solicitar permisos o guías de tránsito. “En el caso del Ligustro se ve también el renovar que hay cuando se lo corta, y por suerte el ganado se come algunos plantines y ayuda a eliminarlos”, afirmó.

Luego de la Segunda Guerra Mundial donde se cortaron muchos bosques nativos para usarlos como leña y carbón para suministro de las tropas, Uruguay recuperó este preciado recurso, similar a lo que sucede con las pasturas naturales y los beneficios que trae desde el punto de vista ambiental. La erradicación de las especies exóticas invasoras forma parte del nuevo desafío en la conservación de los montes nativos del país.

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