Los altos stocks de carne vacuna y las dificultades por las que atraviesa la economía de China no impidieron que los importadores aprovecharan la baja en los precios de sus principales proveedores e importaran volúmenes récord en julio.
Tal como se podía prever considerando los volúmenes exportados fundamentalmente desde Brasil y Argentina en mayo y junio, a lo que se sumaron los embarques que habían quedado pendientes de ingresar desde Brasil en meses anteriores (cuando la suspensión de la corriente comercial debido al caso de vaca loca atípico de fines de febrero), se alcanzó un volumen récord de exportación en julio que, de acuerdo con cifras divulgadas en las últimas horas, fue de más de 290 mil toneladas.
El volumen supera al récord de agosto de 2022 que había sido de 278 mil toneladas.
De ese total, más de 140 mil toneladas llegaron desde Brasil, aprovechando los bajos precios que los exportadores de este país pudieron aceptar debido a la caída en la cotización del ganado a faena.
Esta tendencia bajista se mantuvo e incluso se acentuó en las últimas semanas, con el macho a faena en los principales estados ganaderos de Brasil cayendo a menos de US$ 2,70 el kilo carcasa.
Considerando las proyecciones de importación china de carne bovina realizadas por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés) para 2023, de 3,5 millones de toneladas carcasa, y la proporción de los embarques de carne con hueso y desosada, los requerimientos mensuales para cubrir esas necesidades son de unas 227 mil toneladas, por lo que lo ingresado en julio supera en más de 60 mil toneladas ese volumen.
Es posible que este elevado volumen permita a los importadores chinos manejarse con soltura al momento de participar del mercado en estas semanas.