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El complejo ovino mira hacia Japón

Embajador nipón visitó compartimento de “Santa Leopoldina” para conocer el sistema.

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Equipo. Productores, técnicos y jerarcas del MGAP trabajan unidos para seguir abriendo mercados de alto valor para ovinos con hueso.[/caption]

El trabajo para abrir Japón.

Se le mostró a las autoridades japonesas en Uruguay que este compartimento está inserto en un establecimiento que es exitoso en la producción agrícola, en la producción de carne ovina y bovina, productor de carneros y que, también incursiona en la lechería. La idea era mostrarle a Shindo cómo el sector privado trabaja en conjunto con el sector público, garantizando productos y proteínas de elite, para los consumidores más exigentes del mundo.

“La apertura del mercado japonés ya se viene trabajando desde hace tiempo. Cuando se negoció el reingreso de Uruguay a Japón (para carne bovina, madurada y desosada) se planteó enseguida lo de la carne ovina. En la reunión anual de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) se volvió a plantear y el delegado nipón aceptó estudiar la posibilidad de entrar con carne ovina con hueso del compartimento”, contó Jorge Bonino, delegado de la Asociación Rural (ARU) en la OIE.

En el encuentro del viernes, el embajador remarcó su confianza en el sistema de certificaciones de Uruguay e hizo especial hincapié en que el país es el único libre de fiebre aftosa con vacunación que exporta carne bovina a Japón, mientras el resto de los países de la región aún están tramitando la habilitación del mercado.

El diplomático explicó a los presentes que la apertura lleva una serie de etapas que deben cumplirse, además de tiempo y dijo que informará a las autoridades de su país lo que vio en “Santa Leopoldina”. Posteriormente, la decisión será técnica y política. Shindo destacó, según supo El País, la gestión de la Dirección de los Servicios Ganaderos, la del ministro de Ganadería Enzo Benech y la relación que tiene Japón con el actual gobierno uruguayo.

Mercado.

Según un estudio realizado el año pasado por la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Tokio, el mercado de la carne ovina en Japón alcanza las 24.154 toneladas, con un valor cercano a 180 millones de euros. No existe prácticamente producción nacional y en este segmento, a diferencia de lo que sucede en la carne bovina, depende 100% de las importaciones.

El relevamiento mostró que en los últimos cinco años, las importaciones de carne ovina en el país del sol naciente aumentaron 750 toneladas al año y es el noveno mayor importador mundial de carne ovina.

Australia es el exportador que lidera las ventas de carne ovina al mercado japonés, sea en carne fresca, congelada o refrigerada (representa el 61% de la importación). Su principal competidor es Nueva Zelanda, que representa el 38% del total de la carne ovina importada por Japón. Entre ambos se reparten el 99% del mercado. También son abastecedores Islandia, Estados Unidos y Francia. En este rubro, a diferencia de lo que pasa en el vacuno (el arancel es 38,5%), el arancel es 0% para las importaciones de todos los países, según marcó el estudio citado.

Visión.

Para el gerente del Secretariado Uruguayo de la Lana, Romeo Volonté, Japón es un mercado de alto potencial y representará un gran logro para la cadena ingresar allí. El compartimento ovino de alta bioseguridad motiva a producir un cordero de mayor calidad, con una sanidad extrema, que le permita expresar todo su potencial productivo, expresó.

“Es un comprador que paga muy bien por los productos que importa” y puede abrirse en un momento en donde la industria frigorífica está replanteando los negocios para lo son corderos del compartimento, indicó Volonté.

Por ahora, esta herramienta sirvió para entrar con carne ovina con hueso en Estados Unidos, mercado que quedó abierto en septiembre de 2017.

Cuando se concrete la apertura, Japón será el segundo mercado de alto valor para la carne de los compartimentos ovinos uruguayos. En el corto plazo, se sumaría Perú, que puede ser una buena salida para carcasas de animales adultos, creando un nuevo canal de comercialización para esta categoría.

Volonté recordó que la fijación de precio que regía el año pasado, en general, se está viendo modificada este año, porque la industria considera que pagó sobreprecios a fines de 2019 que quedaron fuera de mercado. Sin embargo, si se pretende que el rubro crezca, el productor también deberá recibir señales de precios que lo incentiven a mejorar la encarnerada y el destete de corderos.

El gerente del SUL dijo ver hoy al rubro ovino “con muy buenas perspectivas”, en el sentido que “parece irse destrabando el mercado de la lana, a raíz de la solución al conflicto comercial entre Estados Unidos y China”. El mercado lanero internacional empieza a mostrar un dinamismo que no tenía sobre fines de 2019, a valores menores que lo fue la zafra anterior, pero los productores están empezando a vender la lana. “Los precios son muy buenos para los valores a los que estamos acostumbrados históricamente”, destacó Volonté.

Por otro lado, mirando el segmento de la carne ovina, saliendo de estas situaciones coyunturales como sucede con China, “las perspectivas son buenas. Los industriales tendrán que ir fijando nuevas posiciones de precios. Sabemos que hay escasez de carne, la oferta está acotada a nivel mundial y Uruguay tiene una calidad de carne y la posibilidad de acceder a mercados importantes. Por ese lado también hay buena expectativa”, ratificó el ejecutivo del SUL.

Actualmente, desde el punto de vista productivo, las majadas están en muy buenas condiciones, “fruto de buenas situaciones forrajeras”.

Se van a faenar unos 20.000 ovinos.

Uruguay cerró el año pasado con 10 compartimentos ovinos de alta bioseguridad en funcionamiento, consolidando la oferta de corderos con hueso para Estados Unidos y comenzará 2020 con un total de 15 emprendimientos. En 2019 las dos plantas frigoríficas que exportaron carne con hueso hacia Estados Unidos -Las Piedras y San Jacinto- industrializaron 16.000 corderos procedentes de los compartimentos ovinos, pero se precisa incrementar más la oferta.

Hoy los negocios de la industria frigorífica están centrados en carcasas de hasta 18 kilos, pero hay posibilidades de mercado para carcasas de más de 20 kilos. En este segmento se competirá con la carne ovina que exporta Australia y Nueva Zelanda, países que tienen un fuerte arraigo dentro del mercado y que además, tienen otras ventajas.

“Hay cinco compartimentos que están prácticamente prontos para comenzar a funcionar, esperando el destete de los corderos para hacer los análisis sanitarios e ingresarlos”, confirmó a El País el asesor privado y exdocente de Facultad de Veterinaria, Jorge Bonino Morlán. “Pensar en 20.000 corderos para esta zafra no es descabellado”, consideró Bonino, pero aclaró que todo dependerá de la demanda del mercado y del precio que logre la industria en sus negocios.

El compartimento ovino de alta bioseguridad logró valorizar el cordero y la apertura de otros mercados como Japón, será fundamental para el crecimiento de esta herramienta.

“En la medida que tengamos más mercados y mejores precios, la cadena ovina se fortalecerá, incentivando al productor criador a que entregue corderos de mayor calidad a los invernadores, que a su vez, se dedicarán a engordarlos y remitirlos a la industria para que cumpla con sus negocios. Desde que se abrió Estados Unidos se favoreció mucho al sector criador y el precio del cordero se fortaleció”, remarcó Bonino, defendiendo al segmento de la cría.

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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