En la mañana del lunes 8 de septiembre, en el marco de la Expo Prado 2025, el Instituto Nacional de Carnes (INAC) organizó la conferencia “El Agro que Somos: contribución de la cadena cárnica al país”, una instancia que contó con la disertación del economista Alfonso Capurro, socio de CPA Ferrere, y que luego dio paso a un conversatorio con referentes del sector productivo e industrial.
Capurro inició su intervención aclarando que no se trataba de un trabajo inédito, sino de una recopilación de antecedentes e información económica para ordenar datos y poner en contexto la relevancia de una de las cadenas más emblemáticas del país.
Producción y evolución del stock
En su repaso histórico, Capurro señaló que en los últimos 20 años el stock vacuno se ha mantenido estable en torno a 11,5 millones de cabezas, lo que implica un millón más respecto a los años noventa. Ese crecimiento se dio en paralelo a la caída del stock ovino, que liberó espacio para la ganadería vacuna, aunque también compitió con el avance del área agrícola y forestal.
Más allá de esa estabilidad, el cambio más significativo se reflejó en la producción: desde fines de los noventa la producción de carne aumentó 40%, pasando de 265.000 toneladas a más de 1,2 millones de toneladas en pie, con solo un incremento del 10% en el stock. Ese salto productivo estuvo acompañado por mejoras en la capacidad de faena, mayores tasas de extracción y una evolución positiva de los indicadores de eficiencia, especialmente en la fase de invernada, con una reducción marcada en la edad de faena.
Exportaciones y liderazgo en el podio
El economista repasó los números más recientes: en los últimos 12 meses a agosto, el sector exportó más de 3.600 millones de dólares, entre carne, subproductos y ganado en pie. Con estos registros, la carne vuelve a posicionarse como el principal rubro de exportación del país, superando a la celulosa y a los servicios no tradicionales, que en los últimos años habían disputado ese liderazgo.
“Este año, con precios récord, la cadena cárnica recupera el podio del comercio exterior uruguayo”, afirmó Capurro.
Empleo, PBI y territorio
El impacto económico de la cadena no se limita a las exportaciones. Capurro remarcó que la ganadería genera entre 80.000 y 90.000 empleos directos, el 75% vinculados a la fase primaria, y que es probablemente el mayor generador de trabajo entre los agronegocios uruguayos. Además, destacó su cobertura territorial, con presencia en los 19 departamentos y más de 10 millones de hectáreas ocupadas.
En términos macroeconómicos, la cadena cárnica aporta alrededor del 5% del PBI nacional en valor agregado, un impacto comparable al de la forestación y entre cuatro y cinco veces mayor que el de la lechería, el arroz o la soja.
Desafíos de productividad y políticas públicas
Capurro advirtió que el margen de crecimiento extensivo de la ganadería es limitado y que la oportunidad hacia adelante radica en la eficiencia y la productividad. Si bien existen tecnologías disponibles, su adopción masiva enfrenta desafíos por la heterogeneidad de los sistemas de producción, los suelos y la racionalidad de los productores.
“Sabemos que hay espacio para mejorar, pero lograr una adopción generalizada requiere condiciones de mercado y también un marco de políticas públicas que acompañen”, señaló. En ese sentido, subrayó la importancia de las señales de precio y de estabilidad institucional para impulsar inversiones y cambios en los sistemas de producción.
El disertante cerró con un mensaje de cautela y expectativas. Recordó los vaivenes de precios y la sequía de 2022, pero sostuvo que la coyuntura actual es diferente y ofrece una oportunidad histórica: “Si los precios se consolidan, la posibilidad de invertir y crecer en productividad es real. El futuro de la ganadería uruguaya dependerá de cómo el sector privado y las políticas públicas aprovechen esta coyuntura”.