Es Ingeniero Agrónomo y director de Agronegocios del Plata (ADP), una empresa líder en la producción de alimentos y fuerte impulsora de tecnología en agronegocio. En entrevista con El País que “de repente el negocio agrícola no es lo suficientemente interesante para el gobierno como para defenderlo o que la economía, la competitividad es algo que te mueve o te muele”. El empresario recordó que en agricultura “hoy la tecnología ya te pasó por arriba” y afirmó que para la empresa que maneja, que en su momento tuvo de socio al grupo argentino “Los Grobo”, el desafío más importante es adaptarse a los cambios” que se están dando en la producción mundial de alimentos.
P. Antúnez y F. Tiscornia.
-¿En qué etapa está la agricultura uruguaya luego de pasada la revolución que trajeron los argentinos y el boom de precios?
-Creo que está en una etapa de encontrar un equilibrio. La agricultura en Uruguay está necesitando cultivos que lideren, la soja es líder sin duda, pero empieza a tener algunas labilidades. Podría dar mucho más la agricultura pero el entorno en que está o con la estructura de país, está en el tamaño que se puede manejar. ¿Por qué digo la estructura de país? Porque nuestra producción va toda para exportación, el ser competitivo en este negocio es ser competitivo con el mundo, entonces ahí tenemos una restricción de la que no se zafa si la estructura del Estado, los impuestos, las negociaciones entre países o los aranceles no acompañan.
-¿Antes eso estaba tapado por el precio alto de la soja?
- Sí. Con una soja de US$ 600 por tonelada todas esas cosas pasan a un segundo plano, se puede explotar igual y crecer, pero hoy no hay una soja a ese precio. Hoy hay una producción mundial de soja que acompaña muy bien la demanda.
-Pero es difícil que se vuelva a ver cultivos de soja en zonas alejadas de los puertos.
-Alejado de los puertos en Uruguay son 400 kilómetros, es muy poco. En los países que mueven la agricultura del mundo como Brasil, Estados Unidos o Rusia (en el trigo), son muy pocos kilómetros. Tenemos distancias muy cortas pero lo que pasa es que estructuralmente somos tan caros, que es por ahí que lo que está más alejado no funciona.
-¿Por qué dice que estructuralmente es tan caro producir?
-Últimamente se debate mucho. Hay muchas cosas en las que el Uruguay no pudo ser eficiente o directamente no es demasiado interesante el negocio agrícola como para protegerlo o tener en cuenta que para esta parte de la economía, la competitividad es algo que te mueve o te muele.
-¿Para el gobierno dice que no sería interesante?
-El que fija la política económica es el gobierno. Puede que no le interese el sector agropecuario o que considere que las cosas van a funcionar igual. Lo crítico es que la mayoría de lo que se produce va al exterior, entonces , es como si se quiere ir al mundial con un cuadro amateur. Uno va a competir a las ligas mayores, vas a competir en situaciones donde los Estados subsidian a tus competidores, donde los Estados hacen tratados de libre comercio con los compradores. Por eso digo que es como pedirle a un equipo que no tiene las condiciones como para entrenar o las condiciones competitivas, que vaya y juegue un mundial. No quiero decir que al Estado no le interese el agro, pero la idea es que las cosas van a funcionar porque sí y no funcionan naturalmente. En Uruguay llueven 1.200 milímetros, estamos relativamente cerca del puerto, no hay montañas que impidan que transiten los camiones, en general hay relativamente buenas carreteras, pero capaz que con eso no alcanza. Sabemos que tenemos el combustible más caro. Cuando la situación de precio es muy buena esas cosas se minimizan porque el negocio sobra, pero cuando las condiciones son más ajustadas, como ahora, esas cosas pasan a ser muy relevantes.
-¿Cuáles son los desafíos que tiene ADP como productor?
-Entender el país en el que estamos y adaptarse a los cambios que son necesarios. Hay una necesidad permanente de cuestionar los negocios que hacemos, dónde los hacemos, buscar dónde pueden haber oportunidades. Hay que estar innovando permanentemente, buscando dónde puede haber interacciones en los negocios que manejamos. En los últimos años, nuestro cambio más fuerte fue pasar de una agricultura casi pura en el negocio a una agricultura donde hoy el 70% del volumen de producción pasa a alimentar ganado y termina en carne. Es agregar más valor en los establecimientos para resolver estos temas que hablábamos.
- Tecnológicamente, ¿qué se viene luego de la adopción de los drones?
-Los drones para ADP fueron necesarios por la precisión. Uno de los problemas que teníamos es que cuando pasaba el satélite, de pronto la imagen no servía y cuando volvía ya había pasado mucho tiempo y entonces el cultivo había avanzado. Lo otro era la calidad de imagen. Las que podríamos trabajar, por un tema de costos, eran de poca precisión, con lo drones mejoramos mucho eso. Hoy la tecnología ya te pasó por arriba. Pasan más satélites, la calidad de imagen es mayor y el costo es más bajo. Hoy la tecnología aplicada a lo que es ambientación, precisión en el uso de insumo, en la cantidad de plantas que se ponen por hectárea, es fundamental. Si conoces bien dónde estás haciendo tu trabajo, si mañana cambia el cultivo, que seguramente va a cambiar, seguro que vendrán otras cosas.
-¿Cambió el tipo de trabajo en el campo?
-Cada vez estás haciendo cosas en el campo que son menos de agacharte, tomar una pala y hacer un zanja y son mucho más de hacer un muestreo. Es mucho más cerebro dependiente y más intensa en capacitación.
-¿El empleo en el agro va a tender a bajar por la incorporación de tecnología?
-Lo principal es que tampoco hay mucha gente que le guste vivir en el campo. Hoy en el campo no queda nadie. Antes era parte importante que al empleado se le diera casa, comida y hoy nadie quiere quedarse en el campo. En la medida que te vas a zonas alejadas hay más dependencia a permanecer, pero en general no hay mucha gente en el campo. Hay un aumento de la capacidad operativa de la maquinaria, de las cosas que se hacen de manera automática, una simplificación de todos los procesos que busca que te alivianen de conseguir gente y el otro tema es que no hay mucha disponible.
-¿El trabajador de campo cambió hoy respecto a 15 o 20 años atrás?
-En agricultura, un tractorista 20 años atrás estaba muy acostumbrado a hacer turnos, el tractor no paraba y la persona iba rotando. Tener cabina era algo raro. Cuando cambiamos del laboreo a la siembra directa, a la gente le costó adaptarse un año o dos a que podía ir mucho más a la casa, porque la gente no estaba acostumbrada. Hoy si miras un operario en siembra, muchas veces ni conduce el tractor, va tomando mate, está siguiendo la computadora y los sensores que tiene la máquina y en la cabecera da la vuelta. Lo mismo pasa en las cosechadoras. El cambio es lo que da la posibilidad a que haya trabajos mejores, más calificados, que requieren una capacitación mucho mayor, pero que también tienen un confort. Hay una revolución de comodidades que hoy están al alcance de todos.
“Las empresas deben estar sanas para poder competir”
ADP cambió modelo productivo y se volcó más a la ganadería.
“En nuestra facturación hoy es más importante la ganadería que la agricultura”, señaló Guigou respecto a la transformación del grupo ADP. “Casi toda nuestra agricultura de invierno está destinada a producir alimentos para el ganado. La agricultura del verano está destinada a producir maíz y soja que se exporta toda. Nuestro modelo ganadero, que incluye corrales, tiene mucho de aplicar el modelo de los contratistas en la agricultura que fue lo que permitió desarrollarla. Es un modelo que se basa mucho en los contratos de vender la carne, por lo menos intentar buscar cierta previsibilidad, pero más que nada, en la organización no se puede hacer todo, se precisan otras personas, otras empresas, que participen en estos negocios que son complejos. Ahí la relación que aprendimos a hacer con los contratistas de servicios, que de pronto te sembraban, hacían fertilización o cosecha, la tenemos hoy con los que nos proveen servicios de alimentación de parte del ganado en algunos corrales, hacer los servicios de picado o ensilado. Hay mucho de cultura de la empresa que sirve para adaptarse.
- Si ADP no hacía ese cambio, ¿estaría hoy en dificultades como pasó con otros grupos agrícolas?
-Probablemente sí. Igual no estamos en un momento fácil. Es un momento complicado para todos los sectores que somos competitivos en el exterior. La transformación fue un componente muy importante y nos abrió un montón de oportunidades. Las empresas son seres vivos, esa mezcla de desafíos es parte de la vida.
-¿A los empresarios no se les cae una idea como dijo Richard Read?
-Creo que hay muchísimas ideas y lo difícil es que esas ideas terminen en proyectos concretos y que luego funcionen esos proyectos viables. Lo difícil es que vayan pasando los años y uno pueda permanecer. Hay una combinación interesante donde un pie está apoyado en lo más antiguo, pero el otro pie está apoyado en el futuro. Creo que esas cosas, si no se nos cae ninguna idea, no funcionan.
-¿Cómo ve el retiro de las gremiales agropecuarias de los Consejo de Salarios?
-No entiendo una empresa donde los empleados puedan tener intereses distanciados o que se alegren de que a la empresa le vaya mal para ver si puede recuperar salario, porque las empresas son bastante frágiles. Veo todo lo que se hace en la salud para prevenir problemas, para evitar que a la persona la lleven al CTI porque ahí es difícil de recuperar y es más caro. Sin embargo, en el tema empresarial no se usa el mismo criterio y para mí las empresas tienen mucho de parecido. Las empresas precisan estar sanas, tener buenos resultados para tener proyectos, expectativas de crecimiento. Es fundamental que a las empresas les vaya bien y que a las empresas crezcan. Si lo comparo con lo que pasa en la salud, me parece que a las empresas se las deja ir o se las pone en situaciones que no pueden enfrentar porque no es un buen momento de resultados para el sector privado. Antes de que vayan al CTI como vemos algunos casos donde se las asiste (como Pili) y después es muy difícil recuperarlas, hay que acompañarlas, no llegar a esas situaciones de enfermedad.
Me ocupo mucho de tener visión positiva.
El director de Agroneocios del Plata (ADP) aseguró a El País que las empresas y las cámaras han dado señales al gobierno de los problemas que enfrenta el sector agropecuario, del incremento de los costos y de la denunciada pérdida de competitividad. Pero más allá de críticas, consideró que “los momentos que son buenos también hay que decirlos” y admitió que “de pronto eso falta”. Aún así, aclaró que “hoy las condiciones de competitividad son difíciles y eso afecta la salud financiera de las empresas. Creo que se puede ser muy transparente con el resultado de los negocios para que todas las partes entiendan, pero después cada uno tiene su responsabilidad. No hay ninguna prohibición de que un empleado pase a ser empresario si deja la empresa. Hoy hay muchas cosas que escucho que desconectan el resultado de los negocios con lo que le puede pasar a una parte de la empresa, que son los empleados y es muy importante. Eso me llama la atención”.
Para Guigou, “las cosas funcionan cuando podemos enfocarnos en intereses comunes y enfocarnos en que a la empresa le vaya mejor para que al empleado también le vaya mejor. De cualquier manera trabajo mucho y me ocupo mucho por tratar de tener una visión muy positiva y generar negocios para adelante. Hay mucho para hacer y me siento mucho más cómodo pensando en eso que pensando en discusiones que muchas veces te quitan la energía y la pasión o las ganas de hacer”.