Publicidad

Hernán Masoller: “El riego le da estabilidad a la producción y le permitiría a Uruguay crecer como país”

El directivo de Regadores Unidos se refirió a las bondades de esta tecnología y la necesidad de "pisar el acelerador"

Hernán Masoller.
Hernán Masoller.

—¿Cómo empieza tu vínculo con el sector agropecuario?

—Nace a partir de mi padre, que es ingeniero agrónomo. Vino a trabajar a la zona de Soriano y pasé parte de mi infancia en el campo, a 12 kilómetros de Palmitas. Después nos trasladamos a Mercedes y luego me fui a Montevideo a estudiar agronomía.

—¿A qué te dedicás hoy en día?

—Soy asesor y administrador de empresas agropecuarias, en el núcleo cerca de Mercedes. Son empresas con las que tengo vínculo hace muchos años, son parte de mi historia. La producción en ellas es agrícola pero también ganadera, ya que nunca se abandonó esta parte.

—Pertenecés a regadores Unidos. ¿Ves un crecimiento en el riego en el país?

—El crecimiento en área de riego por aspersión se está dando cada año, cada vez tenemos más superficie en instalación. Los precios de commodities están bajos, no hay mucha rentabilidad y las empresas por ahí no se animan o no lo ven como algo para hacer en este momento, pero de todos modos el área de riego viene creciendo. No a la tasa que nos gustaría en Regadores, pero crece y es importante. Cada vez hay más gente informándose, lo veo como algo súper positivo, antes era un grupo chico intentando pero ahora es algo más que se conversa en las empresas. Se ha ido instalando la idea y es bueno. De todos modos, en algún momento estaría bueno pisar el acelerador.

—¿Cómo ven la creación de esta Comisión Interministerial encabezada por el ex ministro Tabaré Aguerre?

—Vemos con buenos ojos que se ponga al riego como algo trascendente para el país. Si bien todos los gobiernos lo han puesto, lo que quieren hacer con esta Comisión es intentar unificar criterios, entes y ministerios y hacerlo más amigable. Ahora está todo desparramado en varios ministerios y entes y no están muy claras las políticas que toma cada uno. Poder nuclearlo y tener una forma de verlo y analizarlo desde cerca del Presidente es muy importante para agilizar. No sabemos qué tanto éxito tendrá, pero le deseamos lo mejor.

—Se habla siempre de obstáculos en adopción del riego como pueden ser disponibilidad de agua, tenencia de tierras, costo de la inversión o trabas burocráticas, ¿qué propone Regadores Unidos en este sentido?

—La propuesta la tiene clara Aguerre. Ya hemos tenido algunos intercambios con la directiva de Regadores. El aprendizaje y la parte tecnológica en los sistemas de riego está avanzado: se sabe cómo producir, qué se puede lograr y cómo diseñar sistemas. Ahora falta la parte del Estado. Un problema es la energía, por ejemplo, que en Uruguay es cara y a veces cambian las reglas de juego en el consumo. Tenés un sistema de riego instalado y te cambian las tarifas y pagas un costo de milímetro diferente a lo presupuestado en el diseño de la inversión. Se ve con recelo esto cuando alguien hace una inversión. UTE a veces no puede o no quiere, confiamos en que esto pueda cambiar. Hoy no todos los productores tienen acceso al agua ni posibilidades de hacer una represa. Para eso esta Comisión tiene que pensar en medidas que puedan incentivar a los productores a asociarse, entre vecinos, compartir cuentas del agua, pensar en un reservorio en común. Verlo como algo compartido. Llenar de represas todo el litoral oeste es difícil, por lo que asociados se puede desarrollar más rápido el riego. Ministerio de Ambiente, de Energía, UTE, Economía, Ganadería: hay que unificar criterios y alinearlos.

—La COMAP ha impulsado el riego, ¿cómo sigue esto y cómo lo ven?

—COMAP sigue vigente, es algo que esperemos que no cambie. Estos beneficios son una de las patas fuertes del desarrollo. Si me preguntás, el desarrollo del riego en Uruguay ha sido a base de COMAP, es la herramienta fuerte que tiene el Estado. El resto son más trabas burocráticas. Me parece que es lo que funciona y es lo que menos se tiene que tocar, o sí fortalecer otros caminos, pero no tocar eso. En el caso que se modifique eso se frena el riego, se detienen las inversiones.

—Hablemos de los beneficios del riego en cultivos de invierno, de verano o en las pasturas...

—En cultivos de invierno se da en casos puntuales, para los cereales. Se dio el año pasado buscando mejorar calidad en cebada maltera que quedan cortas con estrés hídrico y con algunos milímetros aplicados se pasa de forrajera a industrial. En invierno no se da la respuesta de verano, pero cuando las cosas vienen medio complicadas ayuda. En pasturas, si bien no es el fuerte, en lechería se ha demostrado producir más materia seca frente al secano. En resumen productivo, pienso que el riego el fuerte que tiene es aumentar la producción y reducir la variabilidad entre años: en secano hay 35% o 40% en rendimiento y con riego ajustado y bien diseñado la variación puede bajar al 8%. Eso para el agricultor ya es un cambio enorme, producir sabiendo que la variabilidad puede ser un 8% es un incentivo para ir por ese camino. Hay que ver con estos precios de commodities cómo cierra la inversión. El agricultor lo que quiere es matar la variabilidad.

—¿El maíz es el que mejor responde?

—Sí, es mucho más eficiente en el uso del agua. Es el que mejor responde. Se logran promedios de 14.000 kilos por hectárea en cualquier sistema bien diseñado, en maíz de primera no es una locura pensar en eso. Ya en varias zonas del país se logran esos rendimientos promedio, de ahí para arriba se exploran otros picos y hay sistemas hacia abajo con fallas en el diseño que se están analizando. Las sequías prolongadas dejaron un aprendizaje para todos y hay sistemas que tienen que adaptarse a lo que hay, no explorar esos rendimientos sino una estabilidad unos escalones más abajo. En soja pensamos en promedios de 5.000 kilos en primera.

Riego.
Riego.
Hernán Masoller.

—El informe de CERES encomendado por Regadores Unidos planteaba la hipótesis de crecer por el riego en un 4,8% del PIB, ¿siguen en esa línea?

—Estamos muy atrás de eso, pero creemos que es por ahí. Estamos convencidos que es una forma de crecer en un país agroexportador, quedó visto en las sequías lo que afectó y se llevó del PBI. Tener sostenidamente un área importante de riego y articularlo con ganadería es clave, lo están haciendo los vecinos, Brasil, Argentina… A nosotros nos cuesta ser competitivos por país chico, si no nos subimos a eso nos van a pasar por arriba. El riego es una forma de dar sustento y crecer como país. No es solo para los agricultores el beneficio, es un bien para todo el Uruguay.

—¿Cómo viste la última campaña de invierno?

—El invierno fue muy bueno desde la parte productiva. En nuestro caso puede estar enmarcado en uno de los mejores que hemos tenido en producción, lo que reafirma que las cosas se están haciendo bien en el campo y en la agricultura en general, que son cosas que muchas veces son cuestionadas. Estos años consolidan que los agricultores uruguayos, cuando se le dan condiciones climáticas, entregan una producción muy buena. Dejan un sabor amargo los precios y un negocio que no es brillante, aunque tampoco es negativo, pero somos conscientes que es a base de producción, netamente a producción.

—¿Cuál es el rol de la agricultura de invierno?

—Es una pata importante. Muchas veces nos queda la duda con estos precios de si hacer o no hacer, pero tienen un rol fuerte en tener suelo cubierto en invierno y darle diversificación a los granos que producimos,. Es parte de la diversificación que hay que hacer si o si, si fueran más brillantes los veranos en rentabilidad estaría más marginado el invierno, pero hoy con la paleta de cultivos que hay tenemos que hacer área para cuidar el suelo, rotar los campos y controlar malezas que cada vez es más complejo. Ayudan a mantener sistemas más saludables en general.

—De las opciones de invierno, ¿la colza es el que representó una mejor rentabilidad en este año?

—Las crucíferas juegan un rol importante y este año tenían mejor precio que los cereales. Fue la que dejó mejor negocio en las opciones de cultivos de invierno. Es un cultivo al que todavía se le está agarrando la mano, se va creciendo en área y se siguen ajustando cosas, pero se va afianzando y cada vez los agricultores se animan a hacerlo con mayor tranquilidad. Este año las crucíferas fueron las que se robaron la rentabilidad en la campaña de invierno.

Publicidad

Publicidad