El presidente de la Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas (Cupra), cuyos asociados producen más del 95% de los pollos que se crían en Uruguay, aseguró a El País que la importación de cerdo brasileño está afectando el consumo de pollo uruguayo. El empresario contó que se espera una baja en la ingesta de carne aviar para 2019 y dijo que el sector, más que proyectarse al exterior, debe mirar mucho más al mercado interno, que es el gran futuro, porque hay posibilidades de crecimiento. Afirmó que Venezuela mantiene deudas impagas con empresas avícolas uruguayas, que ese mercado ya fue y que hay que poner foco en otros destinos.
Pablo Antúnez
-¿Cómo estuvo el consumo de carne aviar en Uruguay en los últimos dos años?
-Bajó. La producción, medida en aves de crianza, cayó 13% entre 2016 y 2018. A nivel consumidor, debemos estar hoy en 20 o 22 kilos de consumo por habitante al año, pero llegamos a tener consumos de 24 o 25 kilos por habitante al año y se venía en expansión.
-¿Por qué cayó el consumo?
-Nos ha pegado mucho la importación de carne de cerdo de Brasil que vino creciendo fuerte en los últimos años. El año pasado se importaron algo así como 40.000 toneladas en el año. Parte de esa importación tiene por destino la industria, pero parte va para el consumo directo, va a la venta al público. Se dio una coyuntura que a Brasil se le cerró Rusia, su principal mercado. La causa del cierre fue el uso de raptopamina (anabólico). Brasil quedó con sobrestock y tuvo que salir a colocarlo en cualquier mercado a precios más bajos. Uno de los mercados que más creció fue Uruguay y aumentó mucho.
-¿Y la devaluación del Real afectó más?
-Brasil devaluó más que nosotros y por consiguiente, quedó mucho más competitivo que Uruguay, encareciéndonos frente a lo importado. Ese fue uno de los temas críticos, tanto que llegamos a cosas ilógicas como que Uruguay sea el cuarto destino en importancia de la carne de cerdo de Brasil. China que también le compra a Brasil, entre enero y abril de 2019, representó el 27% de las importaciones de cerdo brasileño y Uruguay representó el 7%. China con una población que es 400 veces la de Uruguay, importó sólo cuatro veces más que Uruguay. Es un contrasentido eso y cuesta entenderlo. Esa importación de carne de cerdo brasileña está afectando la producción de pollo uruguayo, porque la gente se vuelca más al cerdo que es más barato.
-¿Qué están previendo en cuanto a consumo para 2019?
-Estamos esperando una baja. Las condiciones cambiaron bastante por el brote de fiebre porcina africana en China y otros países asiáticos, que provocaron el sacrificio de millones de cerdos. Eso cambió el panorama mundial de todas las carnes y no solo la de cerdo que aumentó de precio, al igual que la carne bovina y la de pollo, por un incremento de la demanda de China.
-El precio del pollo se mantuvo bastante estable hasta la última suba. ¿Se prevén más ajustes?
-Pueden haber más ajustes de precios en el mercado interno en lo que queda del año. Es posible que haya algún ajuste más. De todos modos estamos hablando de que hoy por hoy la carne aviar cuesta menos que la bovina. Estamos hablando de $ 250 el kilo de asado y de $ 100 por kilo para el pollo. La diferencia es grande.
-Igual el cerdo sigue valiendo menos que el pollo en el mercado local.
-El cerdo sigue con precio bajo, aunque subió de precio por el efecto de la peste porcina africana que afectó algunas regiones productoras del mundo, pero con respecto a lo que es el aporte nutricional, el pollo es superior. Es carne magra, de buen sabor, fácil de cocinar y versátil. En Uruguay se faenan 600.000 pollos por semana, pero llegamos a estar por encima de eso y mucho más cuando se exportaba carne aviar a Venezuela.
-¿Qué le hace falta a las empresas avícolas uruguayas para crecer y proyectarse al mundo?
-Más que proyectarse al mundo, el gran mercado y la posibilidad de crecer está en el mercado interno. El consumo por habitante está en 20 o 22 kilos por persona por año, cuando en los países vecinos con culturas alimentarias similares, están en 40 kilos y por encima de ese volumen. Eso no deja duda que el mercado interno tiene mucho más para crecer. No se descarta exportar, todas las empresas están exportando a través de una firma (la argentina Tres Arroyos), pero hay que mirar más al mercado interno.
-¿Se siente la ausencia de Venezuela como importador?
-Sí, era un gran mercado y pagaba un plus importante. Hoy hay una diferencia en el precio internacional de la tonelada de carne aviar desde que dejamos de exportar a Venezuela hasta hoy. Cuando vendíamos en 2014, contábamos con un precio internacional de US$ 1.900 o US$ 2.000 la tonelada y con el plus de Venezuela quedaba la tonelada en US$ 2.400 o US$ 2.500.
-Hoy los precios de la tonelada de carne aviar maneja precios inferiores a los de 2014.
-Este año comenzamos con un precio internacional de US$ 1.200 la tonelada. Ahora como consecuencia de la fiebre porcina de China el precio quedó en el entorno de US$ 1.600. Todavía estamos lejos de lo que cobrábamos en 2014 que era cuando le vendíamos a Venezuela. Ese mercado fue y no creo que vaya a volver a ser por mucho tiempo. Olvidemos a Venezuela y hay que encarar otras cosas.
-¿Hay deudas impagas con las empresas avícolas uruguayas que exportaban?
-Sí, las hay. Quedan unos cuantos millones de dólares para cobrar todavía. No voy a precisar el monto. Esperemos que se pueda cobrar ese dinero.
-Los consumidores muchas veces no consumen más carne aviar por el miedo a las hormonas. ¿El uso de hormonas en el sector es mito o realidad?
-El pollo no tiene hormonas, ese es realmente un mito. Las hormonas en Uruguay están prohibidas. Ese mito está basado en mitad del siglo pasado, donde en algún lugar se le daban hormonas a los pollos. En esos años criar un pollo llevaba seis meses, hoy en 40 días se llega a un pollo por desarrollo genético y alimentario, por nutrición pura. No se justifica el uso de hormonas y está prohibida la importación de hormonas.