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Un escritorio con sangre de rematadores y pasión por el martillo: 25 años de Federico Rodríguez Dos Santos

Escritorio Federico Rodríguez Dos Santos celebra 25 años de trayectoria, un camino marcado por la pasión por el martillo, la confianza de los productores y la capacidad de innovar sin perder los valores que lo sostienen desde sus inicios

José, Juani y Victoria sorprendieron a Federico con un martillo en reconocimiento a sus 30 años de trayectoria como rematador.
José, Juani y Victoria sorprendieron a Federico con un martillo en reconocimiento a sus 30 años de trayectoria como rematador.<br/>

La historia de Federico Rodríguez Dos Santos con el martillo empezó mucho antes de fundar su escritorio hace 25 años. Comenzó en su niñez, cuando en el campo de su padre, Gary Rodríguez —médico veterinario—, había un local de feria al lado de la casa familiar. Con apenas cinco o seis años, Federico ya se sentía atrapado por el bullicio de esos días de remate: las tropas llegando, los fogones que se encendían dos días antes del evento, la expectación de los vecinos. Ese contacto temprano con el mundo ganadero lo marcó para siempre.

Tras la temprana muerte de su padre, Federico se apoyó en la rama materna, donde el oficio de rematador corría por las venas: su madre, Beatriz "Tata" Dos Santos, era hija y nieta de rematadores. Su abuelo Hugo y su bisabuelo José María también habían empuñado el martillo. “Sangre de rematadores”, resumió Federico, y reconoció que aquellas historias familiares lo fueron envolviendo hasta convertir la pasión en vocación.

A los 16 años se emancipó para poder inscribirse en el curso de rematador, pese a que debía ser mayor de edad. Más tarde se formó en administración rural y regresó a Melo con la determinación de reflotar locales y animar ferias. Su primer remate lo realizó en Las Perezas, con la convicción de que estaba dando el primer golpe de martillo de una larga trayectoria.

Homenaje a funcionarios por su antigüedad, destacando la entrega y el compromiso que acompañaron al escritorio en estos 25 años.
Homenaje a funcionarios por su antigüedad, destacando la entrega y el compromiso que acompañaron al escritorio en estos 25 años.

Los años duros del comienzo

Arrancar no fue sencillo. Federico recordó los madrugones para recorrer caminos y hablar con productores, tratando de ganarse la confianza de quienes debían decidir si entregar su hacienda a un joven que, en ese momento, arrancaba de cero. Poco a poco fue armando su cartera de clientes, primero apoyado en vecinos y vínculos familiares, y después gracias a la perseverancia de un oficio que exige palabra cumplida y cercanía.

En aquellos tiempos, los remates quincenales fueron un paso clave para no quedarse quieto. Sin embargo, también hubo obstáculos: sequías, la aftosa, la crisis financiera. Federico revivió con nitidez el feriado bancario de junio de 2002, cuando los bancos cerraron sus puertas y el país entró en una corrida financiera. Él, con apenas 27 años, decidió jugarse entero: organizó una feria al contado a los 20 días, en un mercado donde las operaciones solían hacerse a seis meses o un año de plazo. Ese salto fue arriesgado, pero marcó un antes y un después. “Ahí empezamos a generar una confianza distinta de la gente hacia nosotros”, recordó.

Innovar sin perder la esencia

El tiempo trajo nuevas herramientas: la incorporación de Internet en las ventas, los videos como soporte para mostrar haciendas. Y, más adelante, los desafíos de la pandemia. En pleno confinamiento, el escritorio llevó adelante ferias virtuales y un remate de Lote 21 desde cada oficina, sin demoras ni cortes, una experiencia inédita que puso a prueba la tecnología y la creatividad.

Pero más allá de los cambios técnicos, Federico subrayó que lo esencial nunca se modificó: “Los valores, la pasión, el trato cercano, la palabra cumplida. Eso es lo que nos sostuvo durante este cuarto de siglo”.

Equipo.

Los hitos que marcaron el camino

Escritorio Federico Rodríguez Dos Santos fue protagonista de varios momentos clave. Además de aquel remate contado en 2002, Federico destacó la fundación de Lote 21 en 2005, junto a casi 20 firmas. También la concreción de la Central Ganadera, un proyecto largamente soñado que se convirtió en realidad con un moderno centro de ventas que hoy disfrutan clientes y colegas.

Otro de los hitos en la trayectoria del escritorio fue la creación de remates con participación abierta, que generaron espacios de referencia para distintas razas y categorías. Entre ellos se destacan los Criollos de Hierro, la Base Hereford, la Zona Angus, El Fierrazo y el Día del Cordero, instancias que no sólo fortalecieron la comercialización, sino que también se transformaron en puntos de encuentro para productores, cabañeros y clientes de todo el país.

El martillero también destacó la creación de Telepique, un canal de transmisión de remates por Internet. “En ese momento no existía en los escritorios una herramienta propia de este tipo”, recordó, subrayando la apuesta pionera de la firma por incorporar tecnología al servicio de los productores.

A su vez, mencionó la creación del “Prepique”, un espacio generado inicialmente para los remates de caballos y que luego se impuso también en los remates de toros, marcando un diferencial en la dinámica comercial de la firma.

Mirar hacia adelante

Hoy el escritorio cuenta con unas 30 personas, aunque todo comenzó con Federico solo y luego con el apoyo cercano de su esposa Victoria Larregui, contadora de profesión, que se sumó en 2005. “Prácticamente desde el arranque trabajamos juntos”, afirmó.

El futuro lo imagina con la continuidad de nuevas generaciones, tanto familiares como jóvenes martilleros y agentes que se suman a la firma. “Somos más que martilleros. Es más que un oficio: es una forma de vida que trasciende lo comercial”, reflexiona.

Sobre el presente y el futuro, Rodríguez Dos Santos fue categórico: “Hoy miramos hacia adelante con la misma fuerza y determinación con la que empezamos. Nuestro objetivo sigue siendo innovar, brindar las mejores herramientas, ganar eficiencia, y que cada golpe de martillo siga siendo una oportunidad de crecimiento para todo el sector agropecuario”, señaló.

Festejo de los 25 años.

En el marco de los 25 años, también compartió un mensaje que resumió el espíritu de este camino: “Celebrar 25 años no es sólo conmemorar el tiempo transcurrido. Es honrar el camino recorrido, los desafíos superados y las metas alcanzadas. Nuestros éxitos no se miden únicamente en números, sino en la confianza que nuestros clientes nos han brindado. Esa confianza es el motor que nos impulsa a seguir creciendo, innovando y mejorando cada día.

Esta es la pasión del escritorio: la pasión por un sector que es el verdadero motor de nuestra patria. Porque su labor es mucho más que un oficio, es una forma de vida. Atravesaron secas, aftosa, dificultades económicas, momentos prósperos… y en cada etapa la firma siempre buscó ser el mejor aliado de los productores.

“No somos sólo intermediarios: somos parte de la cadena productiva que alimenta a nuestro país y al mundo. Hemos crecido, nos hemos adaptado, pero hay algo que nunca cambió: nuestros valores, nuestra esencia, nuestra pasión por el martillo. Nada de esto hubiera sido posible sin los clientes, el equipo y las familias. ¡Salú por lo vivido y por lo que viene! Que el futuro nos encuentre con la misma fuerza de siempre, conectados por el campo, la gente y la pasión del martillo”, cerró.

Licenciada en Comunicación por la Universidad ORT (2017) y máster en Dirección de Comunicación Corporativa (2024). Desde agosto de 2020 forma parte del equipo de Rurales El País. Actualmente colabora con la revista de la Asociación Rural y produce el programa #HablemosdeAgro, que se emite los domingos por Canal 10. Además, acompaña a empresas del sector agropecuario en el diseño y la implementación de sus estrategias de comunicación. Anteriormente trabajó como periodista agropecuaria en El Observador y fue productora del programa radial Valor Agregado, en radio Carve.

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