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Gonzalo Invernizzi: “Hay que mirar a la agricultura en el promedio de los años, no en una zafra sola”

El asesor agrícola dijo que para que haya negocio, la soja debería estar arriba de US$ 400 y el maíz sobre los US$ 200

Gonzalo Invernizzi.
Gonzalo Invernizzi.

—¿Cómo ves el momento del negocio agrícola?

— Primero está bueno encarar el negocio agrícola en su conjunto, para analizarlo y obtener conclusiones en un contexto. Si vemos todos los factores como tierra, las labores, los insumos, todas las cuestiones que hacen a la producción y su estructura, es un negocio de US$ 80 por hectárea en los últimos 10 años. Eso significa una rentabilidad del 7% en promedio. Esos US$ 80 hay años en los que han sido US$ 700, pero hay otros en los que han sido US$ 550 en negativo. Por lo tanto vemos que es un negocio de rentabilidad baja y de un riesgo altísimo. La campaña 2024/25 va a ser un poco superior a ese promedio, pero no mucho más alto y todavía no lo tenemos totalmente cerrado. Diría por lo que vemos del avance de cosecha que estaremos un 40% o 50% por encima del promedio, lo que hace que la zafra cierre relativamente bien. Hablamos de rendimientos muy altos, seguramente más de 3.000 kilos en promedio del país, que es lo que ayuda a compensar la baja de precios. El invierno anterior fue medio, un año donde los rindes fueron bien en el promedio, con precios promedio y el margen fue relativamente magro. Lo que va a “salvar la plata” es la soja, y lo va a hacer por rendimientos, no por precios.

—Hablemos de la soja, ¿es un negocio que funciona tal como está?

— Yo creo que la soja va a seguir como principal cultivo porque el maíz tiene un negocio bastanta más flojo y no hay muchas alternativas más. La soja va a seguir siendo el motor del negocio agrícola. Lo que pasa es que es altamente dependiente del año: si las condiciones climáticas son buenas, te puede dar rendimientos excelentes como los de este año, pero si son malas, el negocio es malísimo. Entonces vemos un factor climático tan pero tan grande, que es lo que puede matar a cualquier número.

—¿Cómo se puede mitigar ese riesgo?

— En el tema seguros creo que estamos muy en pañales todavía, falta trabajar mucho. Los que hay hoy no son convenientes, pero no son convenientes porque a nadie le interesa asegurar este negocio, que es de altísimo riesgo. Si ves los resultados y sos una aseguradora, te da miedo. Entonces volvemos a que es altamente dependiente del año, pero para mí hay que mirar el negocio agrícola en el promedio de los años. Dependemos mucho del clima por productividad y por calidad. Podemos tener problemas de rendimientos o problemas con la calidad por el clima. Una buena zafra de trigo puede tener inconvenientes de calidad, al igual que la cebada, al igual que la soja. En esto hay que pensar en “hacer plata” en el promedio de los años.

—¿Y qué podemos hacer con eso?

— Lo interesante de esto es asumir que es un negocio en el cual hay años en los que vas a gastar plata, pero en el promedio de los años es un negocio que funciona, siempre y cuando no te tengas que financiar al 100% tus costos, porque al 7% es complejo. ¿Querés entrar? Dale, pero tenés que asumir que hay años en los que de repente perdés, y es parte de esto.

—¿Cómo ves al maíz?

— Lo agrego a este razonamiento. Para que nuestro presupuesto con los rendimientos promedio generen un negocio que valga la pena, la soja tiene que valer más de US$ 400 y el maíz más de US$ 200. Ahí empieza a haber ganancia. Con el maíz pasa parecido a la soja, es altamente dependiente del clima, sobre todo el maíz de primera. Si la situación acompaña, podemos llegar a rendimientos muy grandes. Los años Niña tenemos medido que el rendimiento de maíz de primera es de 4.000 y 4.500 kilos, pero en los años Niño o neutros está más cerca de los 6.000 a 7.000 kilos.

—¿Qué pasó este año con la chicharrita?

— Fue un problema muy puntual del ejercicio 2023/24 donde se alinearon todos los planetas para que esto fuera un problema. Se dio una superpoblación de chicharritas en zonas más tropicales y el vector llegó cuando no es normal que aparezca. Esta zafra prácticamente no se dio nada. Si pensamos en lo que pasó en 2023/24, en Fucrea hicimos un trabajo de investigación relevando el daño de la chicharrita en el rendimiento del maíz de una zafra que fue complicada. Nos dimos cuenta de varias cosas, como que había dos factores importantes que generaron diferencias de rendimiento en el maíz, por efecto de la enfermedad, siendo que formara un cuadro más o menos grave. El primero de ellos fue la fecha de siembra, vimos que todos los afectados estaban sembrados en enero, siendo que para los de diciembre la afección y los problemas de rendimiento no eran tan graves. Y lo otro que vimos era que dependía mucho de la zona: en el litoral sur el efecto era más bajo y más hacia el norte crecía, o sea que si se diera un problema de chicharrita de nuevo otro año, para los que están al sur de Río Negro tendrían menos problemas. Por otro lado, sembrar temprano es clave, del 15 al 25 de diciembre.

—¿Qué pasa con el negocio del trigo?

— Para mí lo que tiene de interesante es que es un cultivo que se siembra hace muchos años en el país y por tanto tiene un paquete tecnológico muy desarrollado, con materiales genéticos de punta, resistencia a enfermedades y demás. Esto nos permite tener rendimientos muy altos y buscar potenciales más altos aún. El productor se siente tranquilo con el cultivo, le da seguridad, por eso es el que más se siembra en invierno. Si aparece un precio bueno de trigo, el área notoriamente se va a ir para arriba, en años donde haya problemas de valores, se irá hacia abajo.

—¿La cebada es el menos atractivo hoy de los cultivos de invierno?

— También tiene subidas y bajadas, como los años donde aparecen problemas de calidad. En Uruguay jugamos al límite. Podemos verlo en otros lugares donde se produce cebada de calidad y el clima es un poco diferente. Nuestro clima es muy “border” para producir cebada de calidad. Normalmente pasa que cuando se da un año bueno pero se da el contexto para tener problemas de calidad, el productor siembra menos al año siguiente. Creo que es un poco lo que pasó el año pasado, donde hubo algunos inconvenientes de calidad. Es un cultivo que no va a dominar el invierno, sino que se hará en esa proporción para diversificar en ingresos. Creo que ese tema de calidad impedirá que crezca de forma exponencial como pasó en su momento con la colza.

—¿Ves nuevos cultivos atractivos?

— No, creo que para eso tiene que aparecer un márgen interesante. Apareció la camelina, pero por su precio y los rendimientos del año pasado tiene un márgen casi negativo. Con el girasol sucede que hay espacio de mejora en el paquete tecnológico, pero todo tiene que ver con el precio. Si hay una zafra que esté un 50% por encima de la soja, podemos ver un verano en Uruguay más amarillo.

Gonzalo Invernizzi.
Gonzalo Invernizzi.

Colza, carinata y el reparto del área de agricultura de invierno

En el caso de la carinata y la colza, Invernizzi también dio su opinión. En un año donde se maneja un crecimiento de superficie en ambas, comenzó diciendo que la secuencia de invierno y verano está entregando el número más interesante, pero en su conjunto. Entonces allí habría que ver qué superficie de invierno va a cada cultivo.

“El año en que se fue a más de 300.000 hectáreas de colza, la tonelada llegó a valer casi US$ 800, el márgen era súper tentador, por eso se “bandearon” todos”, indicó. En esta línea de razonamiento, donde aparezcan precios de algún cultivo de invierno tentadores, puede inclinar la balanza en ese sentido. Para Invernizzi lo normal, de no pasar nada extraño, sería que se mantenga la tendencia en equilibrio, con 30% de colza, 30% o 40% de trigo y cebada en torno al 20%. Luego, dependiendo de los precios cada año, eso va a moverse para un lado o para otro. Puntualmente hablando de las brassicas, este año y con esta situación de precios, es probable que pueda haber un incremento.

En el caso puntual de la carinata, afirmó que en los próximos 10 años veremos una presión comercial importante por tener como destino el combustible de los aviones. “Esa presión va a tener que estar atada al precio para que el cultivo se expanda, se siembre más y sea tentador”, agregó. Invernizzi comentó que en el pasado hubo un intento de hacer carinata pero fallaron estos conceptos que antes se mencionaban, pero además había un desarrollo genético pobre, “con una planta enorme y difícil de cosechar”. Actualmente, se acortaron los ciclos del material genético y entre varios beneficios, permitió sembrar la soja posterior más temprano. La carinata, según dijo el asesor, también tenía un problema de herbicidas, entonces cuando hay malezas es una limitante.

Para cerrar, hizo mención a los problemas en capacidad de adopción, por los requerimientos en el campo de cada productor, con zonas en donde los contratos permiten hacer carinata y otras donde no.

Los rendimientos de la zafra 24/25 son muy buenos, preocupan los precios y la magra dinámica de concreción de negocios

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