Ricardo Echezarreta destacó que el beneficio de usar el riego “fue muy bueno, porque levantamos el potencial de rendimiento por hectárea en la parte que se hace cultivo bajo riego”, aunque no termina teniendo un diferencial en el promedio general de producción de la empresa, porque una área muy importante se hace en secano.
En un año de seca, en los cultivos que se hacen con riego, “levanta mucho la productividad, se levanta unos 3.000 kilogramos más, y en un año que no hay seca se levanta entre 5.000 y 6.000 kilogramos, eso, entre otras cosas varía según la cantidad de luz solar que logremos tener. Nos beneficia más cuando es un año normal que en un año seco, porque ahí los rendimientos bajan y los costos suben” dijo el productor agrícola .
“Después hay otros factores que inciden en el rendimiento del maíz, que con mucha temperatura hay mucho estrés térmico, entonces el maíz no nos termina dando el potencial que debería de dar, por más que le tiremos 600 milímetros, porque por más que tenga agua está bajo estrés el cultivo”.
Tranquilidad. “El riego es un gran complemento, es muy importante, pero no es la solución mágica, porque si estamos en un desierto no vamos a tener 12.000 kilogramos por hectárea”, afirmó.
Una tranquilidad que ha traído el riego al esquema productivo de Echazarreta, que también tiene corral, es que se dejó de preocupar por la disponibilidad de maíz para ganado, “más caro o más barato tenemos maíz siempre, en ese sentido nos hace asegurar el negocio”, por lo cual la herramienta se vuelve muy viable.
“Nos dejemos de preocupar de saber si vamos a tener maíz para darle de comer al ganado, como tenemos una presión de salida de ganado, porque nos viene pechando la recría tenemos que ir sacando obligados, y necesitamos del maíz, que lo tenemos”, afirmó.
En referencia a los requerimientos necesarios, el productor del litoral del país indicó que “en la zona nuestra lo fundamental es agua, porque los arroyos ya están todos tomados por toma para riego, son muy pocas las que se pueden poner, y después para hacer un embalse o represa de uno solo, es muy difícil hacerlo”.
Burocracia. En el aspecto energético, lamentó que a veces “tenemos mucha burocracia en poner o llevar una línea hasta un lugar cerca de un tajamar o arroyo, eso es algo lento, muy lento, entonces no es venir y poner el equipo de riego, los caños y salir a regar, porque primero tenemos que salir a regar con motores a combustible, y eso hoy es inviable, no dan los números para hacerlo, por lo menos acá en esta zona, y con los números deprimidos menos”.
El productor agrícola del litoral inició con el riego en el año 1997, y allí sí fue con un sistema de pivote, “ahí se gastaba mucho gasoil, después pasamos a motor eléctrico, posteriormente a bomba semisurgente, y hoy estamos pasando a otro tipo de bombas, que son más eficientes, para tener agua más barata”.
Otro punto que destacó Echazarreta, es que poder tener un campo con un 100% de riego es muy difícil, porque a veces los campos son “overos o están cerca de campos de inferior calidad, entonces a veces regamos hasta las piedras, y ahí tiramos agua donde no tenemos que tirar. Pero por suerte hay nuevas teconologías con las cuales podemos bajar un poco el costo”.