El Uruguay ganadero ha logrado un desarrollo significativo de la mano de la terminación a corral, con indicadores relevantes del sector -peso de las carcasas, edad de faena- que han evolucionado de forma positiva, alcanzando niveles que nunca se habían logrado y que hablan de una ganadería en camino hacia el desarrollo. Sin embargo, hay materias pendientes y no son solo en el eslabón de la cría, sino también en la recría. Tienen que producirse más animales jóvenes que lleguen a pesos de más de 350-370 kilos para culminar su terminación en los corrales o en pasturas intensivas. Para eso se necesitan pasturas mejoradas de altos rendimientos y, eventualmente, una mayor superficie. Por más que se ha evolucionado en cuanto a la productividad, hay un estancamiento en el área ocupada por pasturas mejoradas.
En los últimos años la superficie ocupada por pasturas mejoradas no ha crecido, incluso disminuyó. Las praderas permanentes pasaron de un pico de 1,31 millones de hectáreas a mediados de 2020, de acuerdo con los datos informados por el Ministerio de Ganadería en base a las declaraciones juradas al 30 de junio, a 1,08 millones a mediados de este año. Hubo un breve período a comienzos de esta década en el que la suma de praderas permanentes, campos mejorados y verdeos superó los 2,5 millones de hectáreas. En un total destinado a la ganadería de 13,75 millones de hectáreas, la proporción del área mejorada es de 17%.
Desde el punto de vista de un manejo de un predio que se dedique a la ganadería de ciclo completo (o la venta de animales formados a los corrales de engorde), esta proporción de área mejorada no sería suficiente como para permitir una salida fluida de animales jóvenes y pesados. “Entre praderas permanentes y verdeos la proporción no debería bajar de 20%”, dijo José Mesa, ingeniero agrónomo que trabaja como asesor en el este del país, además de integrante de la Junta del INAC en representación de la Comisión Nacional de Fomento Rural. A eso habría que agregarle mejoramientos extensivos (básicamente lotus Rincón) para el rodeo de cría, que Mesa estimó en 0,5 hectáreas por vaca preñada.
Considerando al país como un establecimiento ganadero y teniendo en cuenta lo dicho por Mesa, con 4,2 millones de vacas en el rodeo de cría Uruguay debería tener 2,1 millones de hectáreas de siembras en cobertura, y tiene 700 mil, una tercera parte.
A su vez, el área de praderas permanentes y verdeos es 13% de la superficie ganadera, lejos del 20% que Mesa considera ideal. Para llegar a esta proporción deberían sumar 2,75 millones de hectáreas, 1 millón más que la superficie que ocupan este año.
Sinergia y competencia
Pero, claro está, no se pueden implantar pasturas permanentes o verdeos en todos lados; compiten por las mejores tierras con la agricultura, que ha crecido en los últimos años, más allá de que el actual momento para la soja no es bueno desde el punto de vista de su precio y posiblemente se dé una reducción del área ocupada por la oleaginosa. Buena parte de esa eventual caída seguramente sea ocupada por granos forrajeros, fundamentalmente maíz, teniendo en cuenta el significativo crecimiento de la demanda de la mano de la expansión de los corrales de engorde. Estos granos también son esenciales para acelerar la velocidad de la recría.
Quizás la expansión en el área de pasturas sea algo que se dé a partir de las actuales condiciones de mercado, robusteciendo esta otra pata en el camino del desarrollo ganadero. Para el Ing. Agr. Santiago Raffo, responsable del área de Insumos de Megaagro, es recién ahora que “hay un viento más estructurado” para el aumento en la inversión en pasturas. “En la medida que se mantenga el actual escenario de clima, de precios y pronósticos positivos para los mercados, la expectativa es que haya una expansión productiva de la mano del aumento del área de pasturas, de la fertilización y del uso de granos”. Para el integrante de Megaagro, “este marco positivo de relación Insumo/Producto deberá ser un disparador para generar mayor eficiencia y productividad”. Además, en los campos mixtos, donde se hace ganadería y agricultura, con las actuales relaciones de precios “hay una tendencia a intensificar más el área de pasturas”.
Productividad
Pero no solo se trata de una cuestión de área, sino también de productividad. José García, gerente general de PGG Wrightson Seeds, relativizó la estabilidad en la superficie ocupada por pasturas mejoradas. “No ha habido un aumento en la superficie, pero actualmente la composición de esas pasturas es mucho mejor de lo que era hace 20 años”, aseguró, por lo que la productividad es muy superior. A principios de siglo las praderas permanentes producían 8-9 toneladas de Materia Seca el primer año, 6 el segundo y 5-6 toneladas el tercero. “Actualmente, una buena pradera permanente produce de 12 a 15 toneladas de Materia Seca los tres años”. Por lo tanto, aunque su superficie ha sufrido un descenso en los últimos años, la producción de Materia Seca creció.
García también relativizó la mejora de las siembras en cobertura. Dijo que mediante medidas de manejo como rotaciones y cuidado de la pastura, “los campos naturales están produciendo mucho más que antes”.
Para el gerente de PGG Wrightson Seeds, lo que se debería dar es un mejor aprovechamiento tanto de las pasturas sembradas como del campo natural, sin que se dé un aumento de las primeras en desmedro de la superficie ocupada por el segundo.
Más allá de las visiones particulares que sirven para fomentar el debate, Uruguay va por el camino correcto en casi todos los principales indicadores de la ganadería. Esto deberá ser acompañado por una mayor producción de Materia Seca, sea por un aumento de la productividad o por un crecimiento del área de las pasturas sembradas. A mediados de 2026 se verá de qué manera este año para encuadrar fomenta la inversión en la producción de Materia Seca.