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Ojos más benevolentes para la cría

La evolución del primer trimestre de 2021 ha sido positiva, por lo que el rodeo de cría se sostendrá dentro de los niveles históricamente altos alcanzados en los dos últimos años, asegurando una numerosa cantidad de vientres

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Rafael Tardáguila[email protected]

En diciembre escribíamos en esta columna sobre la encrucijada de la cría, atendiendo la baja en los precios del ternero y el riesgo de que eso derivara en una liquidación de vientres que tirara por tierra con los significativos avances que se dieron en la ganadería uruguaya en estos últimos años.

La evolución del primer trimestre de 2021 ha sido por demás positiva, disminuyendo drásticamente la eventualidad de una liquidación, por lo que el rodeo de cría se sostendrá dentro de los niveles históricamente altos alcanzados en los dos últimos años, asegurando una cantidad de vientres numerosa que habrá que preñar en el próximo entore.

A fines de 2020 el ternero promediaba US$ 1,85 el kilo y la faena de vacas comenzaba a mostrar claras señales de aumento; el clima era seco y el precio del gordo se había recostado en los US$ 3,00 el kilo carcasa. Todo ello en un marco de gran incertidumbre determinado por la pandemia.

La situación cambió y lo hizo para bien. La zafra de terneros se está desarrollando a precios muy superiores a lo que podía vislumbrarse en aquellos momentos. En los remates por pantalla de marzo y el de Plazarural de esta semana el ternero macho promedió por encima de US$ 2,40 el kilo.

Por el momento la faena de vacas sigue en alza; en los 12 meses a marzo acumuló 783 mil cabezas, 11% por encima del piso del año a setiembre pasado.

Pero el expresivo aumento del precio del ternero en plena zafra impedirá que la faena de vacas siga en ascenso. Con seguridad a partir de mediados de año la suba se detendrá y no se llegará a las 900 mil vacas anuales. La cría será un competidor de peso por esos vientres de cara al próximo entore, limitando la oferta de vacas de invernada y, por lo tanto, la de vacas para faena.

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El sostenido precio de los terneros guarda relación con los tres factores fundamentales que lo definen: la situación forrajera, el precio del gordo y la cantidad de animales ofertados. Los tres están jugando a favor, cosa que un par de meses atrás era muy difícil de prever. Solo se sabía que la oferta sería menor a la del año pasado, que era la generación de los 3 millones de terneros. Pero tanto en cuanto al precio del gordo (sostenido en US$ 3,50 el kilo) como a la situación forrajera, había que ser muy optimista para pensar que estarían jugando nítidamente a favor del precio del ternero.

En las subastas por pantalla se está confirmando el descenso de la oferta de animales de esta categoría. En las subastas de marzo y lo que va de abril se vendieron 23% menos terneros que en los mismos remates de 2020. Una menor oferta de un bien tiende a aumentar el precio de venta.

Un precio de US$ 2,40 por kilo de ternero le hará pensar dos veces a los criadores al momento de refugar las vacas para el próximo entore.

El fiel de la balanza será otro; se mirarán con ojos más benevolentes algunos de esos vientres que, con precios por debajo de los US$ 2 (que eran los de diciembre pasado), irían para la invernada o a engrosar la oferta en los remates.

Por lo tanto, los invernadores deberán pagar precios más altos para “convencer” al criador a que se desprenda de más vientres y los frigoríficos deberán pagar precios relativamente más altos para compensar ese gasto adicional de los invernadores.

El rodeo de vacas de cría en los últimos dos años se ha sostenido por encima de los 4,3 millones de cabezas, cantidad a la que nunca se había llegado. Es un hito digno de ser celebrado, porque es la base sobre la cual se sostiene la producción de terneros.

La parición de la próxima primavera será, con toda seguridad, relativamente baja porque buena parte del entore transcurrió con condiciones de sequía. Por lo tanto, la tasa de destete caerá, pero lo hará sobre una población de vacas de cría históricamente alta.

Para el próximo entore, si es que se da un descenso en el rodeo de cría, será mínimo. Volverá a ubicarse en el entorno de los 4,3 millones, en buena medida gracias a los precios de la actual zafra de terneros. Esto da la seguridad de que la máquina de producción se mantendrá.

Habrá que darle las condiciones necesarias para que exprese todo su potencial y que en 2023, cuando se contabilicen los terneros del próximo entore, vuelvan a ser más de 3 millones.

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