La pista ovina de la Expo Prado vivió un hecho histórico: tras más de medio siglo de ausencia, la raza Lincoln volvió a presentarse en competencia. La responsable fue la cabaña La Matera, de Treinta y Tres, que llevó tres ejemplares Puro de Origen y celebró así el regreso de una genética ovina con larga tradición en el país.
“Fue una experiencia llena de emoción para toda la familia. Atrás hay un trabajo enorme, hecho a pulmón, y difundir la raza para nosotros es lo principal”, aseguró Ximena Machado, integrante de la familia propietaria de la cabaña, quien subrayó que llegar al Prado fue “un sueño cumplido”.
El retorno de la Lincoln fue posible gracias a la incorporación de nuevas líneas de sangre desde Argentina, ante la falta de alternativas en Uruguay. “Nuestro establecimiento es ganadero, pero desde hace generaciones siempre tuvimos ovejas y no queríamos dejarlas. Con la rusticidad que tiene la Lincoln y su buena adaptación, era lo que buscábamos”, explicó Machado.
Entre las características más valoradas, destacó la rusticidad, la capacidad materna y la calidad de la carne, hoy el principal destino de la raza. “En Argentina le dieron una orientación carnicera más marcada, con mayor tamaño, y eso buscamos. Además, la lana es gruesa, larga y de vellón pesado”, añadió.
Con esta participación, La Matera recupera la tradición de la Lincoln en Uruguay y devuelve al Prado una raza que ha servido de base para el desarrollo de otras genéticas ovinas, reafirmando su vigencia y potencial productivo.