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“La vuelta de Lula sería un retroceso lamentable para Brasil”

Arnaldo Eckert es un agricultor brasileño que produce arroz, soja y ganado en Río Grande do Sul. En la zafra 2020-21 fue el primer productor de dicha región en cuanto a kilos de soja obtenidos, y el segundo a nivel de todo Brasil. Consideró que el Mercosur es perjudicial para productores gaúchos y se mostró preocupado por el aumento de costos

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Uruguay es un pequeño país productor de alimentos enclavado entre dos competidores de enorme escala: Argentina y Brasil. En muchas provincias del país que se ubica del otro lado del Río de la Plata se produce de forma similar a la de nuestro territorio y, en muchos casos, compitiendo bajo desafíos y mercados similares. No es ajena esta situación a lo que sucede con el país norteño, donde la producción agropecuaria del sur se asemeja mucho a la realizada en Uruguay, ya sea en cultivos como en ganadería.

Arnaldo Eckert es un productor agrícola-ganadero concentrado en el Estado de Río Grande do Sul. Explota un área de 6.500 hectáreas, donde tiene 1.500 para arroz, 2.500 para soja y 2.000 de ganadería. En la campaña 2020-21, Eckert fue el productor que más soja cosechó de dicho Estado, y se ubicó en segundo lugar, nada más ni nada menos, que de todo Brasil, país productor de esta oleaginosa por excelencia. “Tuvimos áreas que dieron 7.400 kilos por hectárea”, afirmó a El País el agricultor gaúcho.

Dentro de las rotaciones, Eckert cultiva arroz en rastrojo de soja desde 1996. “Cuando empezamos cosechábamos 6.000 kilos por hectárea y hoy tenemos una media que se ubica por encima de las 10 toneladas”, expresó. La evolución del rendimiento es notoria, y en este caso se puede ver una sinergia entre la soja y el arroz similar a la que se encuentra en muchos campos de Uruguay.

Uno de los aspectos que ha estado en tela de juicio desde hace varios meses tiene que ver con la inserción internacional, el Mercosur y los desafíos de los países productores de alimentos. Uruguay busca diferenciarse constantemente por seriedad, cumplimiento y calidad, pero en el caso de Brasil, por una cuestión de escala, todo se multiplica y diversifica. En este caso, como se mencionaba al inicio, y al tratarse de un productor cuyo esquema es bastante similar al que realizan muchos productores orientales, su opinión no se aleja del consenso general de nuestro país sobre estos temas.

“Considero al Mercosur muy perjudicial para los productores gaúchos: producimos los mismos productos que dos países competidores, pero con una carga tributaria mayor”, afirmó Eckert y agregó que, de todas formas, Uruguay y Brasil, así como Paraguay y Argentina, tienen “muy buenas perspectivas” en el mundo que se viene: “Tenemos vocación de producir alimentos y el consumo mundial aumenta”.

En su opinión sobre Uruguay, Eckert fue breve, pero contundente: “Es un gran competidor, con mejor logística y algunos suelos más fértiles”. En este aspecto, una sinergia productiva entre ambos países resulta fundamental para los desafíos venideros. Tal es el caso de la Hidrovía sobre la Laguna Merín, la cual tiene muy buenas posibilidades de realizarse y cuenta al día de hoy con la voluntad política firme de los presidentes Lacalle Pou y Bolsonaro, y el invalorable trabajo de muchos actores privados y especialmente del embajador Valles en Brasil.

No obstante, si hay un lado débil en esta voluntad política de realización, podría ser el regreso al poder de Lula da Silva en el país norteño y que las prioridades pasen por otro lado.

Al respecto, Eckert fue contundente: “Sería un retroceso lamentable, porque es la vuelta al poder de un grupo de personas fuertemente ligadas a los mayores grados de corrupción de nuestra historia”.

La situación de aumento de costos no deja a nadie afuera. Para el agricultor gaúcho los costos “están muy altos”, con algunos insumos que aumentaron un 200%. “El glifosato pasó de valer 18 reales a valer 75 reales”, aseguró. Si bien el impacto puede ser distinto por innumerables factores, esta inflación es una situación que atraviesan todos los países productores del mundo.

En los desafíos de futuro, la mirada de Eckert es positiva. “Brasil tiene una enorme trascendencia en el mundo debido a su enorme capacidad de producir alimentos”, y este no es un dato menor, debido a que cada vez tenemos en el mundo más población y con mayor poder adquisitivo, como sucede en China, lo cual les permite acceder a más y mejor alimentación. A esto debemos sumar la crisis alimenticia que se está generando en distintos países del mundo por el faltante de materias primas de la zona de la guerra entre Rusia y Ucrania: cada vez tenemos que alimentar más individuos y las producciones están amenazadas. “Somos un país que preserva mucho el medio ambiente, y aún así, somos uno de los mayores productores de alimentos”, dijo Eckert, sin esquivar la controversia por las producciones amigables con el ambiente o no de dicho territorio.

Arnaldo Eckert es un agricultor de punta en Brasil que seguirá produciendo arroz, soja y carne en un mundo que necesita cada día más de ellos, más allá de coyunturas momentáneas o la fluctuación de los precios. Los desafíos ambientales se comparten y los costos tambiény al final del día las inquietudes son muy cercanas para los productores uruguayos o brasileros. “El mayor desafío es ser competitivo a nivel mundial, preservando el medio ambiente”, cerró.

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