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Amorosi: “La agricultura puede dar a Argentina varios de los dólares que faltan”

Entrevista al co-fundador de AZ Group

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Matías Amorosi, co-fundador de AZ Group dijo que se espera una excelente campaña de verano para la agricultura argentina, que puede colaborar en el ingreso de dólares que “no estuvieron en el país en los últimos años”. Estimó una producción de soja de 48 millones de toneladas y 55 millones de toneladas de maíz, lo cual ubica a Argentina como el tercer país productor en estos cultivos detrás de Estados Unidos y Brasil. Acerca de las posibilidades para el agro con este nuevo gobierno encabezado por Javier Milei, se mostró convencido de que con un país abierto al mundo en importaciones y exportaciones, si el clima y los precios acompañan, “se va a sembrar hasta abajo de la almohada”. Amorosi dijo que “brecha cambiaria, dinámica de inflación y riesgo país” son tres elementos claves a considerar para que Argentina termine de transformar su modelo de negocios del financiero al productivo.

—¿Cuál es la situación actual de la agricultura en Argentina?

—Estamos atravesando un verano muy positivo en precipitaciones, temperaturas y humedad. Es bueno para proyectar una vuelta a los volúmenes altos de producción que tuvimos en campañas anteriores, sobre todo antes de los últimos veranos secos. Hay zonas con exceso de agua, pero en líneas generales esperamos una excelente campaña, tanto en soja como en maíz, y eso es importante no solo para el sector sino para el país. En los últimos años hubo mucho apoyo del sector bancario y financiero para refinanciar o acompañar al productor, y en algún momento esas deudas se tienen que pagar. Este año puede ser para eso. Todavía falta bastante tiempo para la cosecha, pero esperamos esa recuperación para tener un ingreso en dólares que no estuvieron en los últimos años.

- ¿Cómo están las chacras de soja y qué superficie se sembró?

- Se hablaba de que se iban a superar las 17 millones de hectáreas de soja, y los datos que tenemos hasta ahora muestran 16,8, con un recorte por exceso hídrico en zonas. Eso marca una caída que no es significativa. De todas formas, la superficie se recuperó después de dos o tres años que venía en caída, y con este panorama, más allá de alguna merma por clima, con un rendimiento estimado de 2800 o 3000 kilos por hectárea en el promedio nacional estimamos una producción de 48 millones de toneladas de soja, recomponiendo así la situación del año pasado que tuvo apenas 21 o 22 millones.

- ¿Y en maíz?

- Un escenario parecido. No se pudo sembrar todo el maíz que se esperaba, y el maíz de primera tuvo complicaciones para la implantación que fueron todavía consecuencias de la sequía de los meses anteriores. En un primer momento se estimaba 40% de maíz temprano y 60% tardío, pero terminó siendo un 30% temprano a 70% tardío. La estimación de producción lo ubica en 55 millones de toneladas, y esta composición del área permite pensar en algunos faltantes o producciones menores en abril o mayo y algún excedente en julio, después de la cosecha. Además, debemos pensar que buena parte de la producción de maíz temprano no se exportará, porque los productores lo sembraron pensando en el consumo ganadero. Ahí es donde tenemos que ver cuánto juega el consumo interno frente a la exportación. Argentina siempre tiene barcos que llegan en marzo o abril y veremos si hay suficiente producto para abastecerlos. Esa oferta escasa puede hacer que los precios estén un escalón más arriba.

- ¿Cómo estiman que se comportarán los rendimientos de este cultivo? Sobre todo teniendo en cuenta las lluvias abundantes de las últimas semanas...

- El rendimiento de maíz que se estima según varias fuentes es de 8.000 kilos por hectárea, algo que es muy positivo, ya que siempre estamos más cerca de las 7 toneladas. Hay que ver cómo se da el período climático de aquí en adelante, sobre todo en el momento de la cosecha. Recorriendo Argentina ves maíces con excelente potencial y muy lindos, pero un 70% del maíz es tardío y tienen mucho recorrido por delante.

- ¿Cuál es la foto actual de Argentina como país productor en el escenario internacional para trigo, soja y maíz?

- En trigo Argentina no es de los más grandes, si bien está en el top 10. Lo que tiene de positivo, igual que lo tiene Uruguay, es que producimos a contraestación del hemisferio norte, donde está la mayor parte de la producción de trigo. En maíz, con esta estimación de 55 millones de toneladas, volvemos a estar dentro del top 3 de países productores. Si sacamos a China, que se neutraliza con su propio mercado interno e incluso debe importar, tenemos a Estados Unidos, Brasil y después Argentina. Ucrania queda en cuarto lugar. Vamos a estar ofreciendo al mundo 40 millones de toneladas. Y en soja tenemos el tercer lugar, lejos del segundo y lejos del cuarto. El primer puesto Brasil se lo quitó a Estados Unidos hace algunos años y le sigue Estados Unidos con 110 a 115 millones de toneladas. En Argentina esta campaña hablamos de 48 millones, según el USDA. De todos modos somos el primer exportador de subproductos en el escenario internacional, ya que se procesan entre 40 y 42 millones de las toneladas producidas en harina, aceite o biodiesel.

Soja
Chacras de soja en el sur de Buenos Aires.
Matías Amorosi

- Con algunos cambios de importancia, ¿hay mucho potencial de crecimiento?

- Sí, imagino que esta línea que sostendrá el presidente de un país abierto al mundo por 4 años permitirá seguir creciendo. Y si el clima acompaña, tendremos además mayores producciones. Es lo que necesita el mundo y es lo que necesita un país exportador como Argentina. Argentina supo producir arriba de 50 millones de toneladas en otros años, y probablemente en soja se vuelva a esos niveles. Esto se verá apalancado también por el doble cultivo que se puso interesante en los últimos años, con trigo y soja o trigo y maíz. Con ese escenario, no tengo dudas que si los precios y el clima acompañan, se va a sembrar hasta abajo de la almohada.

- Si tuviera que mencionar los principales factores que permitirían ese crecimiento, ¿cuáles serían?

- En este país necesitamos reglas de juego claras. Poder importar y exportar libremente es un cambio enorme e importantísimo, y eso ya está en camino. Y el tema de la moneda va a ser importante a la hora de marcar las rentabilidades y resultados del productor. Estábamos con brechas en el entorno de 150% a 190%, lo cual es una locura en términos de negocio. Si eso se mantiene como propusieron ahora por debajo del 50%, es otro escenario. Obviamente que la dinámica de la inflación también es crucial, porque permite tener una estructura de costos un poco más estable. Por eso, si tuviera que ponerlos en un ranking, sería brecha cambiaria primero, dinámica de inflación segundo y en tercer lugar el riesgo país. Ahí hablo de la capacidad de gobernabilidad que tenga el presidente y el acompañamiento parlamentario. Argentina está frente a un cambio de modelo de negocio, porque hasta ahora veníamos con un negocio muy financiero, donde lo productivo estaba relegado y los márgenes de las empresas eran finitos. Hay un reacomodamiento de los precios relativos del país, con valores que estaban sobredimensionados y otros subvalorados. Vamos a ver cómo se configura el cuadro de margen de la actividad agrícola, transformándola en un negocio productivo que permitirá sembrar en superficies que en los últimos años habían sido relegadas.

- En Argentina ya hace algunos años que funciona el protocolo de exportación de sorgo a China, ¿cómo analizan el desempeño de este cultivo?

- Vemos un crecimiento del área de sorgo. Hay que seguir trabajando en la comunicación y entender sus bondades, que en estos años quizás se dejaron un poco de lado por el crecimiento y las variedades nuevas de maíz. Pero cuando hablamos con los productores de sorgo, dicen que en estas últimas campañas vienen teniendo rendimientos muy buenos y márgenes atractivos y competitivos. Esto que le pasa a Uruguay de poder abrir mercados con China lo tuvo Argentina en los últimos años, y es muy importante para que el crecimiento sea sostenido. Los valores del sorgo hoy acá están parecidos a los del maíz.

En soja puede llegar a dejar rentas de US$ 1.000 por hectárea

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