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Vinos uruguayos codiciados en los mercados Premium

Con Tannat como sello y un crecimiento en Marselan y Albariño, los vinos uruguayos son muy valorados

La producción vitivinícola uruguaya, así como ha sucedido con otros rubros agroexportadores, creció de forma sustancial en los últimos años.

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Al cierre de 2021, se exportaron 5.311.324,80 litros de vino, con Brasil como principal destino con más del 50%: lo cual marcó un valor FOB de exportación de más de 10 millones de dólares, seguido por Estados Unidos con una cifra cercana a los 2.700.000. También se exportó a otros mercados, destacando Reino Unido y Suecia entre más de 50 destinos para nuestros vinos.

A marzo de 2022 se ha exportado menos en litros que el mismo período de 2021, pero se realizó a mayor precio promedio. Esto indica un mejor posicionamiento del producto en los mercados internacionales, con una percepción excelente no solo en los consumidores sino también en importadores y toda la cadena distribuidora.

Gracias a la gentileza de Martina Litta, analista en comercio exterior y promoción de exportaciones del Instituto Nacional de Vitivinicultura, se puede asegurar que en precios promedio se viene creciendo considerablemente. En 2020 el valor era de US$ 3,19 por litro, en 2021 fue de US$ 3,59 y para este año ya supera los 4 dólares, ubicándose en US$ 4,29 por litro.

A su vez, en 2021 se exportó un 7,5% más en dólares que en 2020. Los picos del año pasado se encuentran en junio y setiembre, debido a las características de los principales mercados de exportación que son Estados Unidos y Brasil, dependiendo de las fechas de consumo masivo o la planificación de ventas. Por eso, al cierre de abril, deben analizarse parcialmente los números del presente 2022.

La presente vendimia no fue tan buena como las de 2021 y 2020. De todos modos, se esperaban más inconvenientes en madurez o sanidad que no se dieron en el 100% de los casos. Se obtuvo una cosecha mayor a la de 2021 con 104 millones de kilos de uva, con una sanidad sumamente aceptable, y vinos de muy buena calidad.

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“Los vinos blancos fueron molidos y elaborados antes de los problemas de exceso de lluvias y los tintos finos después. La madurez fue pareja en todas las variedades salvo en alguna Moscatel que no llegó a completar el ciclo, por eso el directorio decidió bajar el grado mínimo de 10% a 9%”, comenzó diciendo el enólogo Ricardo Cabrera, presidente de INAVI.

Se elaboraron 78 millones de litros de vino en general, y con el transcurso del período de madurez de los mismos se efectivizará cuándo se declara fino y cuánto es vino común.

“Veo un sector maduro, con ganas de emprender y trabajar, con empresas con iniciativa propia y fondos propios para elaborar las variedades que el mercado pide”, aseguró Cabrera. “La Marselan y la Albariño son ejemplos claros de variedades buscadas acá y afuera, y seguimos con Tannat en el mayor volumen y elaboración”. Las variedades Albariño y Marselan se encuentran entre las más demandadas al momento. Si bien se registra un crecimiendo en todas las variedades, como sucede con el Cabernet Sauvignon o el Chardonnay, estas cepas que son antiguas en el mundo se adaptan bien a nuestro país y registran un considerable crecimiento. “INAVI está trabajando con el BROU para acceder a créditos blandos y realizar una reimplantación de viñedos, por cuestiones de calidad y económicos vinculados al sector”, manifestó Cabrera, poniendo énfasis en que todo este crecimiento registrado en este lapso de tiempo se ha dado sin la posibilidad de asistir a actividades presenciales en el mundo que recién ahora se están retomando, como ferias donde se posiciona el vino uruguayo.

Importaciones.

Otra de las ganancias importantes de este trabajo, ha sido la valorización del producto nacional por parte del consumidor en la góndola del supermercado. “En las importaciones de vino argentino por ejemplo, el tipo de cambio favorece su adquisición”, expresó Cabrera, pero “ahora el consumidor uruguayo conoce más, sabe más, valora más y elige el producto nacional”. Esto se vio reflejado en el vino de mesa, donde podría haber una afectación mayor pero bajó la importación argentina.

“Los vinos nacionales superaron los vinos importados en ventas anuales”, dijo Cabrera, y “el mejor dato es que el uruguayo elige vinos uruguayos”.

Enoturismo.

Finalmente, el presidente de INAVI se mostró muy optimista con el enoturismo, catalogándolo como una industria anexa muy importante. “Un negocio que estaba relacionado al turismo brasileño, en pandemia le dio oportunidades a la gente del país, y hoy se conjugan ambos”, expresó Cabrera. “Estamos muy contentos con ese trabajo, no solo de INAVI sino de las bodegas en sí mismas que están evolucionando y recibiendo más público”.

tecnología. Uruguay está aplicando nuevas tecnologías. En este aspecto, “Inavi también está trabajando con el Banco República en facilitar la adquisición de tecnología tanto para viñedos como para bodegas”, dijo Cabrera, resaltando que en Uruguay “tenemos un debe en cuanto al clima y la cantidad de tratamientos fitosanitarios al cabo del año, que nos diferencia en los costos con Argentina y Chile”.

De todos modos, con las nuevas tecnologías se han podido alivianar costos y solventar esto de buena manera. “Ya no es lo mismo la vieja maquinaria con productos más difíciles para hacer las pulverizaciones, y en base a la nueva tecnología es mucho más fácil”, aseguró Ricardo Cabrera, presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura.

En este sentido, Uruguay tiene un costo relativo más alto que los vecinos competidores, si bien en Salto, Tacuarembó o Rivera esto se atenúa.

“Es un costo que tenemos asumido, y si bien debemos trabajar en eso, el costo más importante que debemos enfrentar son los aranceles de ingreso a nuestros mercados de exportación, aunque por ahora se traslada al precio y el vino lo vale y se paga”, cerró el enólogo.

Panorama auspicioso para la producción de vinos nacionales. Tal como sucede con otros productos uruguayos, como la carne, el arroz o el aceite de oliva, entre varios, la apuesta es a destacarse por calidad, seriedad y cumplimiento, ya que por una cuestión de escala es difícil competir en volumen. Aún en un país caro para producir, el precio se traslada al producto y los consumidores mundiales y locales lo eligen, y de esta forma conocen la excelencia del vino uruguayo y al Uruguay entero. Los vinos nacionales están preparados para competir en los mercados más exigentes a nivel mundial, y de esa forma también posicionar la seriedad, calidad y cumplimiento de nuestro país.

“Salto de calidad en los últimos 10 años”

El gran salto de calidad se ha dado en los últimos 10 años. “Mejoramos en elaboraciones y calidad de vinos y eso se ve en el alza de los precios del vino envasado”, dijo Ricardo Cabrera. Además, esto brinda una gran oportunidad al Uruguay de hacerse conocer mediante estos productos.

Ha quedado demostrado que se puede acceder a los mercados más exigentes en cuanto a calidad. “No es lo mismo el Tannat de 2022 que el que producíamos hace 10 años, los enólogos llegaron a un excelente umbral de conocimiento sin perder la identidad”, manifestó el presidente de INAVI.

Para las variedades, hay investigaciones con el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria y la Facultad de Agronomía, además de otras entidades y la experiencia de vitivinicultores, bodegueros y demás actores de la cadena. “Hemos experimentado con Tempranillo, Cabernet Sauvignon nunca se dejó de plantar y hay una predominancia también de la variedad Syrah, que es muy rica, estructurada y con buena ventana aromática”. En el caso del Albariño o Marselan, son variedades viejas pero que se producen de excelente forma en el país.

El Instituto está trabajando con Cancillería y el Ministerio de Ganadería en aspectos de inserción internacional, como la posibilidad de un TLC con China que sería de mucha importancia para el sector. También se está trabajando con los principales destinos, entre los que se destacan reuniones con el embajador de Uruguay en Suecia, Federico Perazza: “Tienen un sistema monopólico y ya han adquirido varias partidas que seguramente se incrementen”, dijo Cabrera al respecto, y mencionó también otros mercados a explorar como Canadá, China, Noruega o México, este último con expectativas de ingresar de forma masiva.

Exportaciones de envasado por casi US$ 19 millones en 2021

Parte del diferencial generado en estos últimos años por los vinos uruguayos ha sido el reconocimiento a nivel mundial como un producto de valor, lo cual se ha visto reflejado en una mejora en el precio y un crecimiento en la cantidad de destinos.

Martina Litta, integrante de INAVI, mencionó que en 2021 Brasil se convirtió en el principal destino de exportación con más de 10 millones de dólares FOB, a través de un número cercano a los 4 millones de litros.

El segundo principal destino para los vinos uruguayos es Estados Unidos, con una cifra que supera los 2.700.000 dólares FOB, y luego Reino Unido, Suecia y Rusia.

Esta lista está ordenada por valor en dólares y no necesariamente en cantidad de litros, porque hacia algunos mercados exportamos nuestros vinos más Premium, al tiempo que a otros puede ir una cantidad mayor, pero con menor costo.

El ranking lo completan Canadá, China, Noruega, Polonia, Bélgica y México, a los cuales debemos sumar luego unos 40 países más aproximadamente que compraron vino uruguayo en 2021 por un monto que supera levemente los 2 millones de dólares FOB.

En total, nuestro país exportó en 2021 unos 5.311.324,50 litros de vino a más de 50 destinos, totalizando unos 18.894.152,62 dólares FOB por concepto de exportación en vino envasado.

A su vez, este año se espera poder superar esta cifra en dólares, al tiempo que en cantidad de litros es una incógnita.

En el primer semestre de 2021 el pico más alto de exportación fue junio y el más bajo fue abril, al tiempo que en el segundo semestre de 2021 el pico máximo fue setiembre y el mínimo noviembre, fundamentado como se explica en la nota por características de mercado fundamentalmente de Brasil y Estados Unidos, países que adquieren vino en determinados momentos de celebraciones, consumo masivo o estrategias de aumento de stock, impulsando de esta forma las exportaciones nacionales en esos momentos del año calendario.

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