Al analizar el contexto económico internacional, el economista Aldo Lema consideró “que tuvimos un año complejo a nivel global por la desaceleración de la economía del mundo, tanto en China como también fundamentalmente en Europa y otras regiones. Quizás Estados Unidos ha tenido un desempeño mejor al esperado, pero lo que hemos estado observando durante las últimas semanas y meses es cierta estabilización en el crecimiento global en torno a una cifra que no es nada espectacular, 3% de crecimiento del mundo, lo cual no es un escenario de sobre enfriamiento o recesión, tampoco es un escenario muy volátil claramente, pero es suficiente sobre todo desde la perspectiva de China de alguna recuperación de un escenario de comercio mundial o de demanda mundial, algo mejor para los dos trimestres que vienen”.
Entrevistado en Valor Agregado de radio Carve, el economista sostuvo que “hay más dudas respecto al segundo semestre del año 2024. Y por otro lado, el otro factor que incluye en los precios, en los precios de los productos que exporta Uruguay desde el agro, para hacerlo un poco más amplio, es el comportamiento global del dólar. Si el dólar tiende a debilitarse como ha ocurrido en las últimas semanas a nivel mundial, con cierta apreciación, revalorización del yuan, también algo del euro y de otras monedas, los precios de las materias primas tienden a recuperarse. Entonces estamos en un escenario que podríamos llamar quizás de más de lo mismo durante los próximos meses, con cierta recuperación de precios asociada a una economía mundial que crece en torno al promedio histórico y con un comportamiento global del dólar algo más estable o débil y no con una tendencia al fortalecimiento como ocurrió hasta mitad de este año”
Asimismo, señaló que: “Si la Reserva Federal, por ejemplo, confirma una pausa prolongada y eventualmente da pistas de que el próximo movimiento más adelante puede ser incluso a la baja, eso es consistente con ese escenario de crecimiento moderado, del dólar relativamente débil, con precios de materias primas estables, quizás con alguna tendencia al alza. No es un escenario, digamos, extraordinario, pero está lejos de ser un escenario complejo de recesión y de vuelta de los precios de las materias primas a los niveles que tuvimos en la segunda mitad de la década pasada. Nos estamos quedando como síntesis quizás con precios razonablemente buenos, mayores, al periodo complejo 2015-2019, pero al mismo tiempo menores a los del boom que se materializaron sobre todo hacia la salida de la pandemia y el año pasado con la invasión de Rusia a Ucrania”.
En relación con los precios de la carne, señaló. “Uruguay es de los países que tiene más transparencia en términos de precios al consumidor y de precios al productor y eso permite hacer análisis empírico, evaluaciones de cómo se producen los traspasos de precios desde, por ejemplo, los compradores a nivel global a los productores a nivel local. El sector es un sector que ha quedado fuertemente expuesto a la competencia internacional, el sector ganadero, tanto a nivel del consumo final, a nivel de los precios y el comportamiento de la carne procesada, como también en el mercado de venta de animales para la industrialización y la exportación en pie. Esa liberalización, ustedes bien saben, empezó en los 70 y se consolidó en los 90, en donde además, en el caso de la venta de animales, se permitió la exportación de ganado en pie”. Y añadió: “Así que, en algún sentido, la carne procesada, la que compra el público y al mismo tiempo el ganado para faena, están inmersos en esa competencia internacional. O sea, si baja, por ejemplo, si baja o si sube en algunos competidores, por ejemplo, en el caso Brasil, ¿es un factor que termine impactando en Uruguay, por ejemplo? Por supuesto. Ahora, eso no significa que es instantáneo, que es, digamos, en una semana o en un mes, pero al cabo de dos o tres meses, la evidencia muestra que los precios se traspasan, los precios que se den a nivel internacional, de los cuales Uruguay es completamente tomador de precios, porque Uruguay no tiene capacidad de incluir en los precios internacionales de la carne, esos precios que se ven a nivel global se transfieren, se reflejan a nivel local, tanto a nivel del consumidor, a nivel de la carne procesada, como también a nivel del productor”. En este sentido, Lema analizó: “La comparación quizás que habría que hacer, y esa es la que aparece más evidente en este periodo de los últimos meses, es el movimiento, por ejemplo, del precio del ganado gordo en Uruguay respecto a referencias, como bien decías, en Brasil, en la región y demás. Y ahí los traspasos son, digamos, casi perfectos, son uno a uno, y por lo tanto esta diferencia que eventualmente, digamos, estamos viendo en los últimos meses, es una diferencia que también se ve en la región, pero que se va cerrando rápidamente. O sea, me atrevería, me aventuraría, a partir de los modelos estadísticos que yo he usado durante mucho tiempo, a anticipar de que la reciente recuperación que está ocurriendo en el precio del ganado al productor, del novillo gordo, llevamos ya un par de semanas en donde parece haber un cambio de tendencia, eso se va a acentuar, y se va a acentuar básicamente porque, efectivamente, en la competencia hay un mejor escenario que viene reflejado en el precio de exportación de la tonelada de carne, que se va traspasando al productor. Y se va traspasando, como digo, porque además está la opción que opera a veces, en forma efectiva, muy rápidamente de exportar en pie, o porque el propio productor, si tiene hoy un escenario climático, pluviométrico, con mejores capacidades de pasturas, de alimentación, puede retener ese ganado y esperar, digamos, a que se vaya reflejando este mayor precio de exportación en los precios al productor”.
El economista, especialista en estadísticas, concluyó: “Así que mi conclusión de haber trabajado los datos, y como digo, reitero, tenemos datos extraordinarios en Uruguay, muy buenos desde finales de los 60 y después también desde los 80 en adelante, en todas las categorías, es que los precios internacionales se traspasan rápidamente a Uruguay, se traspasan en los dos niveles, en algún sentido los frigoríficos tienen sus márgenes bastante definidos a nivel internacional, quiero decir con esto, que si el precio al consumidor se define en el mercado regional y global, porque hay capacidad de importar carne, si los frigoríficos tienden a subir los precios a nivel local, bueno, se puede importar carne, la importación de carne en Uruguay representa el 25% del consumo, por lo tanto, lo que vemos es que hay una oportunidad ahí”.
Finalmente, refrendó que: “si se desvían los precios locales de los internacionales, y al revés, el productor que eventualmente, digamos, observa que no se le está traspasando alzas que pudieran estar ocurriendo en el precio de la carne de exportación, tiene la opción, como en el contexto actual, con mejores condiciones climáticas de retener y esperar que esos precios finalmente se vayan observando, o eventualmente también de exportar en pie”.
Operación Minerva – Marfrig
Consultado sobre la operación Minerva-Marfrig y la incidencia particular en Uruguay, indicó Lema que “partir de ese consultado, por estas operaciones, digamos, he actualizado los modelos estadísticos y el comportamiento justamente de los precios locales en función de los precios internacionales, y primero uno podría concluir, digamos, que hay algunas razones que explican, sobre todo las grandes dificultades que ha tenido la industria frigorífica durante los últimos años en Uruguay, con bajos márgenes y bajas rentabilidades. Como decía antes, el margen de los frigoríficos uruguayos, está determinado en lo esencial por el diferencial entre el precio de exportación y el precio del ganado a nivel local, pero este precio del ganado a nivel local, como te mencionaba, está a su vez determinado a nivel regional e internacional, o sea, en el fondo, el precio de exportación viene dado, somos tomadores de precios por ese lado, y a su vez el precio del productor también es un precio que viene determinado regional o a nivel internacional. Entonces, hay poca capacidad de influir en esos precios internacionales, tampoco los frigoríficos tienen capacidad de influir en la parte macroeconómica, de los costos internos, y por lo tanto les quedan pocos espacios para tratar de mejorar esos márgenes y rentabilidades que son claramente bajos, han sido bajos en los últimos años, y eso se refleja en la baja capacidad, o sea, en alta capacidad ociosa que tienen los frigoríficos, o sea, hoy en promedio la capacidad ociosa de los frigoríficos es 40%, es decir, producen solo el 60% de lo que podrían producir, y eso tiene que ver básicamente con que no es atractivo desde el punto de vista de los márgenes y de las rentabilidades, y para mejorar esos márgenes y esas rentabilidades, una de las opciones es justamente tratar de lograr economías de escala de manera de poder revertir o sostener ese comportamiento que tienen los márgenes. Por lo tanto, una operación de esa naturaleza va en esa dirección, busca básicamente tratar de lograr cierta sinergia, economías de escala, reducir algunos costos, o diluir algunos costos fijos”. Y remarcó: “Sin embargo, como hemos visto, todavía permanece un número grande de frigoríficos, de plantas en Uruguay, y estas en el fondo son tomadoras de precios, no tienen capacidad de incluir en estos precios que mencionábamos previamente. Por lo tanto, yo concluiría que una operación de esta naturaleza probablemente no va a cambiar esta tendencia que hemos mencionado, que es que al final los precios a nivel del consumidor están determinados a nivel internacional, los precios del productor también son los precios que vienen definidos por la región o por el mundo”.