En un país tradicionalmente vinculado a la producción ganadera, el consumo interno de carne sigue siendo un componente clave en la dinámica del sector. Según informó el ingeniero agrónomo Jorge Acosta, gerente de Información del Instituto Nacional de Carnes (INAC), el año 2024 cerró con un consumo total de 99 kilos per cápita, sumando carne vacuna, porcina, aviar y ovina.
“El crecimiento se explica sobre todo por un aumento en la carne bovina, que creció cerca de tres kilos respecto a 2023”, explicó Acosta en entrevista con Valor Agregado. A pesar de no haber alcanzado el récord histórico —que supera los 100 kilos—, el dato confirma una tendencia de recuperación que ya se venía observando desde 2022.
La carne vacuna sigue al frente, pero pierde participación relativa
Con 48,3 kilos per cápita, la carne vacuna continúa siendo la preferida por los uruguayos. Sin embargo, el consumo está por debajo del máximo histórico registrado en 2017, cuando se alcanzaron 54 kilos por persona. En este segmento, Acosta subrayó la creciente participación de carne importada, que hoy representa alrededor del 26% del total consumido en equivalente con hueso.
“Uno de cada cuatro kilos consumidos es de origen importado, y si lo llevamos a carne pura servida en el plato, ese porcentaje supera el 30%”, detalló. Este fenómeno, relativamente reciente, responde a una estrategia que permite liberar más carne nacional para la exportación, mientras se abastece el mercado interno con cortes extranjeros a precios competitivos.
La carne ovina cae por debajo de los tres kilos
Por su parte, el consumo de carne ovina cerró en 2,6 kilos per cápita, una leve baja respecto a los tres kilos de 2023. Acosta advirtió que la tendencia a la baja está relacionada tanto con factores de mercado como con cambios culturales. “Cuando yo era gurí, se comía más carne ovina en la campaña que ahora”, comentó.
Además, el panorama para 2025 no es alentador: “Hay pocos frigoríficos en actividad, baja faena y un mercado internacional con altibajos”, advirtió el especialista. Aunque hubo intentos de promoción del rubro desde INAC, la recuperación del consumo ovino dependerá —según Acosta— de una reorganización de la oferta y una estrategia de precios más agresiva.
Avanzan las carnes porcina y aviar: récords históricos
El mayor dinamismo en el consumo se dio, sin embargo, en las carnes porcina y aviar, que marcaron sus máximos históricos en 2024. La carne aviar alcanzó 25,5 kilos per cápita, creciendo 1,5 kilos en el año, mientras que la carne porcina llegó a 22,9 kilos, con un incremento de 0,9 kilos.
Según el gerente de INAC, estas cifras reflejan no solo precios más accesibles, sino también una transformación en los hábitos alimenticios. “Uruguay ha dejado de ser exclusivamente carnívoro de rumiantes; hoy el consumo está en un 50% carne de vacuno y ovino, y 50% carne aviar y porcina”, destacó.
Mientras la carne porcina es mayoritariamente importada, la aviar proviene en su mayoría de la producción nacional. En ambos casos, Acosta señaló que su competitividad en precios y eficiencia de producción han sido determinantes en su posicionamiento creciente en la dieta local.
Una tendencia que puede seguir dependiendo del precio
Acosta concluyó que la evolución futura del consumo de carne en Uruguay dependerá fuertemente del comportamiento de los precios. “El precio de la carne bovina está muy influido por el valor internacional de exportación, lo que se traslada a la hacienda y finalmente al consumidor”, explicó. En cambio, las carnes más económicas —como la aviar y la porcina— podrían seguir ganando terreno si se mantienen accesibles.
Por ahora, el arranque de 2025 muestra señales positivas, con todas las carnes en crecimiento. Pero, como remarcó el técnico de INAC, “el mercado interno es dinámico y está en constante transformación”.