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Cómo asoma el 2024

Ingresando al último mes de 2023, las expectativas para el año que viene son de un mercado relativamente estable en los primeros meses, con la posibilidad de que tienda a mejorar hacia el segundo semestre en base a la recuperación de la economía de China y a la menor oferta brasileña

Ing. Agr. Rafael Tardáguila | rafael@tardaguila.com.uy

El Ing. Agr. Carlos Molina, técnico del Instituto Plan Agropecuario, al dar a conocer esta semana los resultados productivos y económicos de los predios que forman parte de las denominadas Carpetas Verdes, dijo que el ejercicio 2022/23, con caídas drásticas en el ingreso de capital -a menos de la mitad que el anterior, que había sido récord-no debería ser “para olvidar”, sino del que se deben sacar enseñanzas.

Además, trascurridos ya cinco meses del ejercicio 2023/24, Molina lo tildó de “desafiante”, dado que hay varios factores que siguen jugando en contra, notoriamente los precios, pero también la producción, dado que el nacimiento de terneros en esta primavera sin dudas fue mucho menor que los años anteriores. Eso se confirmará en unos 10 meses, cuando el Ministerio de Ganadería dé a conocer los datos de existencias ganaderas al 30 de junio del año próximo.

El técnico del Plan Agropecuario dijo que el valor medio de exportación de la carne vacuna -principal determinante de los precios del ganado a faena- bajó 20% en los primeros cuatro meses del ejercicio (julio a octubre) respecto al mismo período del año pasado, con una caída de 24% en el precio del novillo a faena y de 14% en el caso de los terneros, que han demostrado un mejor comportamiento a lo largo de todo el año, en buena medida como consecuencia de la intensa demanda desde la exportación en pie.

En un país netamente exportador como Uruguay, lo que suceda en los siete meses que quedan del ejercicio dependerá en buena medida de cómo evolucione el mercado internacional. ¿Qué se prevé tanto desde el lado de la demanda como de la oferta? Hay un dato que a esta altura parece bastante claro: los dos principales exportadores mundiales de carne vacuna (Brasil y Australia) volverán a tener una abultada producción en 2024. En el caso del vecino del norte, la fase de liquidación del rodeo vacuno por la que está atravesando alcanzará el pico promediando el año próximo, por lo que la producción de carne y la exportación seguirán siendo elevadas. Por su parte, Meat & Livestock Australia pronostica que en 2024 la faena de vacunos en su país aumentará en 650 mil cabezas (9-10%), con el consecuente aumento del saldo exportable.

Desde los siguientes principales proveedores del mercado internacional llegan mejores noticias para la oferta. Los precios en Estados Unidos (el tercer exportador mundial) volverán a aumentar debido a un descenso adicional de la producción. A su vez, en el caso de Argentina todo indica que la producción sufrirá una notoria caída por dos causas: la primera, la sequía que determinó un significativo aumento en el envío de vientres a faena quedó atrás, por lo que la oferta de estas categorías se contraerá. Además, el cambio del gobierno, con una postura ultraliberal del presidente Milei, tenderá a mejorar las expectativas en el rubro, promoviendo un aumento de la inversión que seguramente determine una retención adicional de existencias. Claro que, con seguridad, el mercado interno argentino pasará por un año duro y la exportación mejorará su competitividad, por lo que el descenso de la producción no implicará una caída en proporciones similares en los volúmenes colocados en el mercado internacional.

Al pasarle raya al Mercosur, la expectativa de exportaciones para el año próximo es de un volumen similar al actual, dado que los aumentos en los volúmenes exportados por Brasil y Paraguay serán compensados por una disminución de Uruguay y, fundamentalmente, de Argentina. El Mercosur seguirá siendo por amplio margen el principal proveedor de carne vacuna en el mercado internacional, con unos 4,62 millones de toneladas carcasa.

Por lo tanto, desde el lado de la oferta la expectativa es que siga habiendo buena disponibilidad de carne vacuna en el mercado internacional.

La evolución de los precios dependerá de qué suceda con la demanda, y desde este punto de vista hay que mirar con atención fundamentalmente a China. La expectativa es que el principal importador mundial mantenga niveles de compra voluminosos el año próximo, aunque quizás algo inferiores a los del corriente. Su demanda dependerá de que se vayan solucionando los problemas por los que atraviesa la economía tras dejar atrás la pandemia. El punto más flojo sigue siendo la crisis inmobiliaria, pero hay indicadores como la demanda minorista y la producción industrial que están mejorando.

Oferta abultada de los principales proveedores, con una demanda que no se espera que mejore, estaría determinando un mercado sin mayores expectativas de recuperación significativa, al menos durante los primeros meses del año. La expectativa para lo que queda del ejercicio 2023/24 es que siga siendo “desafiante”, como lo calificó Molina. Luego, cuando la oferta de Brasil comience a contraerse, los precios internacionales deberían afirmarse.

Desde el punto de vista del mercado interno, la expectativa es que la faena sea algo inferior a la del año en curso que, con la arremetida en estas últimas semanas del año, seguramente va a superar los 2,3 millones de cabezas. Dependerá qué será lo que suceda con la oferta de vientres a faena, si se avanza hacia una eventual liquidación o si los precios de los terneros se sostienen lo suficientemente atractivos como para evitarla. La demanda desde la exportación en la zafra de terneros 2024 será trascendente.

Teniendo en cuenta la expectativa de cotizaciones moderadas en el mercado internacional, tampoco habría mayores condiciones como para que la demanda de la industria frigorífica jale toda la cadena mediante el incentivo de mejores precios por los animales a faena.

En definitiva, ingresando al último mes de 2023, las expectativas para el año que viene son de un mercado relativamente estable en los primeros meses, con la posibilidad de que tienda a mejorar hacia el segundo semestre en base a la recuperación de la economía de China y a la menor oferta brasileña.

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