El consultor argentino y director de Tonelli & Asociados, analizó la situación del mercado internacional de la carne, en el marco de un contexto en el que Estados Unidos a través de su presidente Donald Trump ha emitido una serie de anuncios con aumento arancelario general, y un recrudecimiento en la guerra comercial con China, lo cual le abre oportunidades a los países del Mercosur por efecto cruzado. A su vez, las posibles medidas que podría tomar China en materia arancelaria, pasaron de ser uno de los temas que más preocupación causaba al cierre del año pasado, a un tema de menor importancia, opacado por lo que sucede con Estados Unidos.
—¿Cómo visualiza todo lo sucedido con los anuncios de aumento de aranceles por parte de Estados Unidos?
—Estados Unidos puso en la misma línea a sus principales proveedores de carne, tanto a los países del Mercosur, con Brasil a la cabezas, así como también a los países de Oceanía, que son los principales proveedores de su carne. Los aranceles para Canadá y México, que son los socios de Estados Unidos en la región, quedan por resolver aún. En principio, no se han visto grandes alteraciones de valores, pero sí hay una enorme incertidumbre, y la gran pregunta es quién va a terminar pagando este incremento del 10% en lo que va por dentro de cuota y por fuera.
—¿Qué posibilidades hay?
—Las alternativas son tres: lo paga el consumidor americano, lo paga el exportador deduciéndolo del valor del precio de venta, o se reparte un poquito entre los dos, lo cual es probable que termine sucediendo. Por lo tanto, esta suba arancelaria del 10%, no modifique las muy buenas expectativas de negocio que hay con Estados Unidos, que en el 2024, en lo que se prevé para lo que resta del 2025 y en el 2026, es el mercado estrella a quien exportar volumen y valor. De todas formas, todos nos hacemos la misma pregunta, si el consumidor americano podrá resistir estos aumentos, no solo por la carne, sino por todo lo que puede implicar esta guerra comercial en su poder adquisitivo y en la confianza para salir a comprar. Pero respondiendo a tu consulta, te diría que los aranceles que se han aplicado en la carne, no veo que sean una limitantes para seguir exportando a buenos valores.
—Entonces no sería un cisne negro en el mercado…
—No parecería, al menos con Estados Unidos, pero también tenes impactos muy fuertes en otros mercados que son altamente sensibles para nosotros, como por ejemplo China, aunque allí, contrario a lo que se esperaba, en estos días hubo algunos aumentos en los precios, y aumentos importantes, se habla de que el delantero seis cortes de Brasil se habría cerrado en US$ 6.000 por tonelada, siendo que estaba en US$ 5.500, lo cual ya era un excelente precio, US$ 1.000 por arriba de lo que se vendía hace un año atrás. Esto generó una conmoción importante entre importadores y exportadores, quienes no sabían si seguir vendiendo o parar. Este es un momento muy difícil para decir qué va a pasar y tomar decisiones, pero la primera reacción fue de suba, y eso es positivo, hay que ver si se sostiene.
—¿Esta situación cómo puede impactar en el mercado de la carne de alta calidad?
—Todo indica que con la ausencia de Estados Unidos en el mercado de nicho de valor de China, nuestra carne que aún pueden agregar más valor, pueden tener una oportunidad que no estaba en años anteriores, sobre todo y sin denostar la calidad de la carne de Brasil, pero por tipo de razas y genética, Argentina y Uruguay están en condiciones de alcanzar esos mercados de nicho, de carne con marmoreo, con terminaciones de feedlot que alcancen la calidad y precios que conseguía Estados Unidos, no digo que esto lo logremos de un día para el otro, pero se abre un nicho de mercado que va a quedar con una ventana importante.
—Otra incertidumbre del mercado es la posibilidad de que China adopte medidas para proteger a su producción ganadera local, ¿cómo ve al tema?
—Por ahora estamos todos en las etapas en que se presentan las pruebas, el fiscal las lee y el tribunal espera recomendaciones. Este es un tema que recién se va a definir en agosto, de modo tal que todo lo que ha sucedido es preliminar, y frente al despelote que hay en el mundo, esto me parece algo mínimo. El año pasado era él tema, y ahora es algo de menor importancia.
—¿Pero ve razones para que se tomen medidas por parte de China?
—Para mí no hay razones fundadas para que China haya llevado adelante este proceso, salvo, como decimos en la jerga futbolera, que sea “fulbito” para la tribuna, para quedar bien con sus productores y a bajar presiones políticas internas. La verdad es que no hay nada que indique que lo que se haya vendido a China haya sido por debajo del precio del mercado, siendo un gran negocio para los países exportadores, y a las pruebas me remito, en el último año, casi todos le vendimos menos a China que en años anteriores, por lo cual es más una jugada vinculada a su propia interna que a la realidad. Vuelvo a insistir, con el despelote que hay en el mundo hoy con los aranceles, este tema no es algo prioritario.
Inale, Vago, lechería
—Y en este contexto de tantos anuncios y volatilidad, ¿cómo ve al mercado de la carne?
—Con independencia de esto y esperando a ver como queda ordenado el tablero, lo que esperábamos que ocurriera, está ocurriendo, esperábamos una demanda muy firme, una oferta muy débil, y ese desfasaje entre los dos ítems iba a generar una suba de los precios, que es lo que ha ocurrido en los primeros tres meses del año. A partir de ahora, hay que ver como juega el nuevo reordenamiento tarifario, pero desde el punto de vista de oferta y demanda, ha ocurrido lo esperado. Cuando uno mira los precios internacionales desde todo origen a todo destino, en un año habían crecido un 15%, y los precios ganaderos que habían subido cerca del 20% en promedio mundial, entonces el mercado está fantástico, desde el punto de vista de la genuina demanda y la posibilidad de abastecerla, vuelvo a decir que el mercado está bien.
—¿A la demanda del mercado europeo cómo la observa?
—Tiene dos grandes vertientes, por un lado si se logra la paz, o por lo menos un período no bélico con Ucrania, le permitirá recuperar cierta tranquilidad, lo cual le va a generar mejoras en las expectativas del consumidor, de hecho, estamos viendo precios de la cuota Hilton que no esperábamos, ubicándose por encima de los US$ 17.000 la tonelada, y algún cierre puntual en US$ 18.000. Pero ahora también tenemos que ver como queda afectada Europa con esta nueva guerra de aranceles, lo cual se me hace imposible de imaginar, pero sin esto, el viejo continente venía muy firme.
—El mercado israelí ha mostrado una apertura importante, ¿actualmente cómo está demandando?
—Viene fantástico, y lo mismo para Uruguay y Paraguay, yo siempre digo lo mismo, Israel hace décadas que es el cliente más fiel, constante y con menos sorpresas, además presenta muy buenos valores y muy buena demanda, y ahora con la posibilidad de exportar carne con hueso tiene un atractivo adicional. Es de esos clientes que tenes que cuidar entre algodones, porque, vuelvo a insistir en que es el más fiel desde hace décadas.
—¿Cómo ve la oferta de ganado de la región?
—En general, todos los países van a tener una limitante de oferta, que dependerá mucho de que como evolucione la demanda, pero la oferta claramente será menor a la del año pasado, Argentina particularmente, ha tenido una caída de la oferta global no menor a un 6 o 7% de la producción que tuvo el año pasado, además el mercado el mercado interno viene creciendo en su poder adquisitivo, la exportación este año como piso va a caer en 150.000 toneladas, lo cual es un numerazo.
—Acá se están pagando las consecuencias de la sequía...
—Te diría que en más de un 90% el problema es por el clima, también está el tipo de cambio, la competitividad, problemas políticos e intervenciones del Estado, pero la verdad de la milanesa, es que tuvimos tres años durísimos, sobre todo en el Río de la Plata, eso te pasa la cuenta, lo que fue abundancia en los años anteriores, por liquidación y ventas, este año se transforma en retenciones y menor oferta.
—¿Podríamos pensar en que en el año 2026 haya una recuperación de la oferta?
—Sí, y si me pongo más preciso, sería más tirando al 2027 que al 2026, que puede llegar a ser un año intermedio, pero en este 2025 veo una panorama que es muy crítico.