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Lácteas más complicadas buscan poner al día pagos

Están recibiendo mayor remisión y redireccionan ventas.

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Tambo. Foto: archivo El Paìs.

Pablo Antúnez

Las dos empresas lácteas que están más complicadas financieramente están recibiendo mayor volumen de leche y hacen esfuerzos por ponerse al día con los pagos atrasados a sus tamberos, según remarcó el presidente del Instituto Nacional de la Leche (Inale), Ricardo De Izaguirre.

En diálogo con El País, De Izaguirre, explicó que los propietarios de la sanducera PILI, que debe dos meses de remisiones, brindaron mucha información a productores, transportistas, gobierno y sindicato de trabajadores, en el marco de una reunión mantenida la semana pasada en Paysandú.

Si bien prefirió no brindar detalles de ese encuentro y tras asegurar que se sigue trabajando para buscar una solución para remitentes e industrias, el jerarca adelantó que PILI está haciendo negocios de mayor valor en este momento y está recibiendo mayor remisión.

Hay que recordar que algunos tamberos salteños que antes remitían a Indulacsa, pasaron a enviar su remisión a PILI, incrementando el volumen y evitando el desestímulo que provoca la baja de precios de la gigante francesa Láctalis que es la propietaria de Indulacsa en Uruguay.

“Hay señales de que, por lo menos, hay más movimiento y de que se están tomando acciones para capitalizar la empresa. No hay una inmovilidad, sino que se están haciendo cosas”, destacó el presidente del Inale con relación a la sanducera PILI. Esa industria está recibiendo unos 130.000 litros diarios, cuando hasta hace muy poco estaba recibiendo apenas 105.000 litros al día; hoy está focalizando su producción de quesos en el mercado interno.

El principal problema de esta empresa es que no tiene acceso al crédito para poder asegurarle a los remitentes una fecha de pago de sus adeudos. “Va cobrando y va pagando. Los tamberos piden a Inale que busque una solución, si es posible, ante el sistema financiero, para que los productores tengan garantizado el cobro de una parte de su remisión”, dijo De Izaguirre. Eso les permitiría mantener su empresa produciendo y hacer las mínimas inversiones, al menos en pasturas para solventar la producción en los próximos meses.

La otra complicada es la Cooperativa Lecheros de Melo (Coleme) que está recibiendo 14.000 litros al día, pero sólo está vendiendo leche fresca y envía parte de la producción a otras plantas para que sea procesada.

Es una cuenca muy particular la de Melo y la industria generaba muchos puestos de trabajo que aún no se pudieron recuperar en su totalidad.

El presidente del Inale recordó que el invierno pasado Coleme estaba recibiendo 12.000 litros al día y posteriormente, 10.000 litros en verano. “Tenía una remisión muy baja y eso la complicaba más”, destacó De Izaguirre. Más allá del aumento en la leche que recibe, la empresa mantiene una parte de sus operarios en el seguro de desempleo.

“Parecería que Coleme se va encaminando, por lo menos dentro de la debilidad que tiene la empresa”, reflexionó el presidente del Inale. “Están buscando la posibilidad de conseguir dinero poniendo a disposición del sistema bienes de la cooperativa y están viendo cómo solucionar el problema. Son cuatro meses de remisión que se deben”, remarcó De Izaguirre.

El mercado internacional de lácteos aún no terminó de reaccionar y los productores siguen generando endeudamiento para poder continuar produciendo y esperar un nuevo viento de cola que premie esa perseverancia. Las industrias, a su vez, también están con endeudamiento y buscan hacer negocios en otros mercados para apuntalar y defender la remisión de sus tamberos, pero los precios no repuntan y los costos también complican los negocios.

Guillermo Crampet

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