Su papá es apicultor, su mamá maestra. Psicóloga de profesión, pero las raíces pudieron más. Comenzó a estudiar guitarra a los siete años impulsada por su familia y marcada por la veta musical de sus abuelos maternos y el profundo interés de sus padres por transmitirle la cultura y la tradición uruguaya. Desde muy pequeña desarrolló habilidades artísticas a través del estudio de varias disciplinas como ballet, danza árabe, teatro, música y composición literaria.
“Mi madre, como buena maestra, siempre nos estimuló mucho en la cultura nacional, en el folklore, en la música nuestra y en las enseñanzas del campo. Como también veía esto en el día a día de papá y de mi abuelo, esa relación siempre estuvo presente. Yo soy una mezcla de todo eso”, contó Catherine Vergnes.
Catherine Vergnes Elduayen nació el 21 de febrero de 1996 en Paysandú. Es psicóloga de profesión y cantautora de raíz folklórica por vocación. En la región la conocen como “La sonrisa del Folklore” por sus shows que desbordan energía y motivación a través de la diversidad de los ritmos folklóricos.
Catherine es descendiente francesa por su padre Jean Vergnes, de profesión apicultor; y descendencia vasco español por su madre Laura Elduayen, maestra de profesión. Tiene dos hermanos mayores: Dominique y Joaquín, con quienes tiene una gran relación, la apoyan y conforman un pilar fundamental en su vida.
La veta artística aparece por el lado de su madre, dado que su abuela era cantante lírica y su padre cantor de tango y folklore. Su madre tocaba la guitarra desde pequeña y también en su profesión para animar a los niños de la escuela. Sin embargo, ninguno de ellos desarrollaba una carrera profesional; simplemente expresaban su alma a través del arte entre casa. Gracias a ello Catherine respiró desde muy chica el folklore.
Su abuelo, el “vasco” Elduayen, es uno de sus mayores admiradores e impulsores. Fue muy conocido en el ambiente de raid, porque corrió hasta los 74 años. Paró porque le robaron su caballo de cabecera, porque de otra forma no había quien lo bajara del pingo. “Cuando era chica, el abuelo me regaló una vaca y esa vaca tuvo mellizas y esas mellizas tuvieron mellizas. A los ocho o nueve años ya era una productora ganadera”, recordó Catherine entre risas.
La primera canción que aprendió fue “Milagro”, de Larbanois & Carrero. Es una de las preferidas de su abuelo, y a él le gustaba mucho como ella la cantaba.
“Toda la vida me dijo: ‘yo te quiero ver con 24 años cantando’. Él consideraba que a los 24 iba a estar desarrollada como mujer y como artista. Tengo 26 años y algo he recorrido, así que no le erró”, contó.
Su abuelo, de 87 años, pertenece a una generación que creció con un folklore que se escucha “sentado”. “A él le encanta cómo transmito la música. Me dice que soy una loca porque corro, me río. El viene del típico folklore: más serio, ese tipo de escuchar sentado y que casi no se aplauden las canciones. Cuando me ve en un escenario se muere de la risa”, explicó.
Su carisma trascendió fronteras y es escuchada por diversas generaciones del mundo. La artista es reconocida por su canto criollo en los mejores escenarios de América Latina, entre ellos Cosquin, Jesús María, Diamante y El Calden en Argentina, en la Expo Esteio en Río Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná y todos los rincones de Uruguay.

Recorrido. Ha obtenido, además, varios premios a lo largo de su carrera, entre ellos: “Revelación” en Patria Gaucha 2019 y “Musa del Hum” 2020, “Charrúa de Oro” en 2022, “Mejor álbum de folklore” de los Premios Graffitis.
Con 186 mil seguidores en Instagram, tiene una fuerte influencia en las redes sociales con fanáticos de todas partes del mundo que la acompañan por su creatividad musical, energía y por ser fuente de transmisión del folklore para las nuevas generaciones. Ha representado a Uruguay en diferentes Festivales Internacionales de Folklore (CIOFF) como Serbia, Hungría, Italia, Brasil y Argentina.
En 2015 lanzó su primer álbum llamado “Cautivante” con composiciones propias; en diciembre de 2020 lanzó su segundo álbum “Soy Campera” en formato pendrive.
Ocho meses después, en pandemia, fue reconocida con el galardón al Disco de Oro y con tres nominaciones a los premios Graffitis del Uruguay 2021: mejor álbum de folklore; mejor voz femenina del año y mejor diseño de arte.
Recientemente lanzó su tercer álbum, “Refugio”, en formato tarjeta pendrive, grabado en Porto Alegre, Brasil y mezclado y masterizado en Argentina. Durante este año, en junio, julio, agosto y parte de setiembre, realizará la gira “Refugio Tour” que comprende 25 teatros de todo el Uruguay.
“Le canto a las cosas nuestras. Hay muchas canciones que le cantan a los paisajes de Uruguay y uno se identifica con las tierras nuestras. Uno va aprendiendo cómo es tu país a través de las canciones. Hay letras que hablan a personajes gauchescos, de actividades rurales”, comentó.
“Estoy muy orgullosa de poder transmitir el abanico de ritmos folklóricos que tenemos en Uruguay. Somos un país chico, conservador y silencioso por momentos, pero el uruguayo tiene una identidad muy fuerte y me gusta poder transmitirla a través la música a mi manera, pero sin perder las raíces”, cerró.
De está manera, Catherine entiende que puede llegarle a mucha gente, de diferentes generaciones, sexos, países. “Me enorgullece que se canten con ese sentimiento de pertenencia e identidad”, cerró.