En Argentina, Luciano Colombo, de la firma Colombo y Colombo, comentó que se vive una situación “muy particular”, porque los precios de la hacienda gorda están US$ 1,10 en pie en consumo liviano y el ternero US$ 1,40.
“Esa diferencia hace muy difícil a la ganadería, con números en rojos en el encierro y en el ganado para faena”, dijo.
En Valor Agregado de radio Carve, informó que la diferencia se debe a que el valor del ternero está cargado de expectativas y se lo utiliza como refugio de valor o un elemento para cubrirse de la inflación.
“En la medida que nos acercamos al consumidor vamos a precios de US$1,10 y cuando nos acercamos al pasto nos vamos a US$ 1,40. Esa diferencia es la que explica las expectativas de precio”, sostuvo.
No obstante, aseguró que “no hay una liquidación de stock”, pero en la medida que los campos tienen aptitud agrícola, los productores se pasan a la agricultura.
“A diferencia de hace un tiempo cuando se pagaba un reintegro de la exportación de 5%, hoy hay un 9% de retenciones. Es decir, hoy hacer un novillo pesado es cada vez menos negocio; los negocios de corral se centran en el consumo, en un animal menos pesado. Hay un estancamiento de la exportación, inexplicable desde todo punto de vista”, señaló.
Campos. En Argentina, el precio de la tierra bajó entre 20% y 30% y puede seguir bajando. Dentro de las alternativas de inversión, dijo, un campo para comprarlo y arrendarlo, en una buena zona, sigue siendo “de las pocas cosas que sigue dando rentabilidad en Argentina”. Un campo agrícola bueno costaba US$ 15 mil; hoy US$ 11 mil. O uno de US$10 mil y hoy vale US$ 8 mil o US$ 7 mil. Los campos ganaderos de US$ 4.000 y hoy valen US$ 3.000.