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Fratti: “Políticas de shock para cría y la garrapata; me preocupo por el dólar”

El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca enfrenta los desafíos del agro con una mirada pragmática y decisiones políticas firmes. En una conferencia organizada por Rurales El País, Radio Carve y la Sociedad Rural de Durazno, Alfredo Fratti abordó los principales desafíos de su gestión

El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca enfrenta los desafíos del agro con una mirada pragmática y decisiones políticas firmes. En una conferencia organizada por Rurales El País, Radio Carve y la Sociedad Rural de Durazno, Alfredo Fratti abordó los principales desafíos de su gestión
El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca enfrenta los desafíos del agro con una mirada pragmática y decisiones políticas firmes. En una conferencia organizada por Rurales El País, Radio Carve y la Sociedad Rural de Durazno, Alfredo Fratti abordó los principales desafíos de su gestión

Los primeros 100 días de un gobierno marcan el rumbo de su gestión, y en el caso del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), el desafío “es inmenso” según el nuevo ministro Alfredo Fratti. En una conferencia organizada por Rurales El País, Radio Carve y la Sociedad Rural de Durazno, Fratti abordó los principales desafíos de su gestión al frente del MGAP. Desde la crisis en la industria frigorífica y la lucha contra la garrapata hasta la modernización del sistema de trazabilidad y el impacto del atraso cambiario, el ministro dejó en claro su postura sobre los temas más sensibles del agro uruguayo.

-Los primeros 100 días del gobierno son claves para la toma de algunas decisiones. ¿Cuáles van a ser las prioridades para los primeros 100 días al frente del MGAP?

-Coincido. No quiero ser tremendista, pero el país está en una situación complicada. Hay ocho frigoríficos cerrados, fondos de inversión presionando al Ministerio, pero sin la estructura para responder. Debemos coordinar con los privados y definir quién paga. Hablamos con Mattos en la transición, pero estamos lejos de concretar soluciones. Además, hay dos industrias lácteas tambaleando, incluyendo Coleme, la cooperativa de leche más antigua del país, y Calcar, que a pesar del respiro que le dio el Fril, sigue en una situación delicada. La historia nos demuestra que estos problemas estructurales no se solucionan con parches temporales, sino con un plan de acción de largo plazo.

-¿Esto responde a una crisis sectorial?

-No, esto fue una inversión financiera, no del sector agropecuario. La situación del sector es sólida, pero por ejemplo ese tipo de inversiones especulativas han generado inestabilidad y problemas que ahora debemos resolver.

-¿Entonces, los primeros 100 días serán para apagar incendios?

-En parte sí. La fiscalía y la justicia ya están pidiendo explicaciones al Ministerio. Esto nos saca tiempo y energía, justo cuando debemos definir el presupuesto para los próximos cinco años. Pero también queremos implementar políticas de shock que sean transformadoras. Sabemos que el país necesita un impulso fuerte y no podemos perder tiempo en disputas burocráticas.

-¿Cuáles van a ser esas políticas de shock que menciona?

-Nos enfocaremos en el norte del Río Negro, incluyendo Cerro Largo. La zona tiene un 55% de procreo en promedio, cuando debería ser mayor. Queremos implementar una extensión masiva con grupos de 10 productores y un técnico, con visitas mensuales para asesoramiento y seguimiento. La tecnología está disponible, pero muchos productores necesitan apoyo para adoptarla. No se trata solo de brindar información, sino de generar un cambio de mentalidad en la forma de producir y tomar decisiones. Si no logramos que el productor vea el beneficio directo, será difícil lograr cambios estructurales.

-¿Y si requieren inversión económica?

-Algunas cosas dependen de organización más que de dinero, pero hay problemas que sí requieren recursos, como garantizar agua potable. Vamos a reactivar los planes de captación de agua suspendidos en este período y trabajar en un plan nacional de riego con Industria, Economía e INIA. Sin embargo, la política de shock inmediata será también la lucha contra la garrapata, un problema histórico que nos cuesta millones y compromete la sanidad del rodeo.

-¿Va a promover la cría?

-Exactamente. Hace tiempo que el ternero se mantiene por encima de los US$ 2,80, un valor que siempre debió tener, pero que no se había logrado hasta ahora. Este proceso no es espontáneo, tiene un punto de partida. En 2007-2008, con el aumento del precio del ternero y el impulso de la exportación en pie, se consolidó la relación de referencia: el kilo de ternero no debería valer menos de un 20% por encima del kilo de novillo gordo. Esa tendencia no solo se ha mantenido, sino que incluso ha superado ese porcentaje en algunos momentos. En su momento, planteé la posibilidad de garantizar un precio mínimo para el ternero, pero eso aún no está definido. Lo que sí es clave es que los técnicos ingresen con suficiente antelación, al menos dos o tres meses antes del inicio de la época de entore, para que el proceso se lleve a cabo de manera óptima.

-En cuanto a la exportación de ganado en pie: ¿libre o regulada?

-Por ahora, libre. No veo razones para intervenir. Se ha demostrado que la exportación en pie le da dinamismo al mercado y permite que los criadores tengan un mejor piso de precio para el ternero. Es un instrumento que genera estabilidad en la economía del productor y debe mantenerse.

-¿Y si Uruguay baja 400.000 terneros?

-No cambia nada. No quiero un Estado interventor, pero tampoco distraído. La exportación seguirá abierta y cualquier regulación debería ser analizada con sumo cuidado para no distorsionar el mercado.

-Pero las señales son fundamentales.

-Las señales están, la exportación está abierta. Lo que me pregunto es, ¿por qué todo el mundo viene a preguntar si vamos a controlar? El Frente tuvo 15 años en el gobierno y nunca la cortó. Hay un miedo de que el Frente la quitara.

-El Frente no la cortó, pero Aguerre cajoneó permisos.

-Pregúntele a Aguerre qué paso. Yo no puedo plantearme situaciones hipotéticas. Las cosas que tienen sentido común duran. Las que no tienen sentido común caen.

-En el tema sanidad, ¿qué plan tiene respecto a algunas campañas?

-Tenemos que elegir la batalla; la batalla que vamos a dar es con la garrapata. No nos va a dar el cuerpo para hacer todo, por lo tanto, lo central va a ser esto. Lo más grave es que nos puede perjudicar la exportación. La brucelosis es un problema, pero no tranca la exportación; la tuberculosis es un problema, pero no tranca la exportación; la bichera para el ovino y para el ternero chico, es un problema, pero no tranca la exportación. Uruguay tiene que volver a ser ese país súper confiable y creíble.

-¿Qué va a hacer para cambiar la realidad con respecto a la garrapata?

-Estamos trabajando en un proyecto, una política de shock. Primero tenemos que premunizar todos los terneros con hemovacuna. Es probable que lo concentremos en aquellas zonas más complicadas, de mayor riesgo. Después tendremos que tener un plan, el Ministerio lo tiene, no se aplica, pero hay que ir con mucha fuerza con los baños. Creo que tienen que volver los baños. En qué forma todavía no está claro.

-Sobre el programa de erradicación de la mosca de la bichera. ¿Sigue o no?

-Lo estamos revisando. El programa inicial cayó. Hay opciones en estudio, pero no avanzaremos sin pruebas de campo confiables. Se necesitan 70 millones de dólares, y el fondo de prevalencia solo tiene 20. Si gastamos todo en la bichera, no queda para brucelosis o tuberculosis. Tenemos que barajar y dar de nuevo, evaluando la mejor estrategia posible.

-El tema Sistema Nacional de Información Ganadera, trazabilidad. ¿Cómo lo va a encarar?

-Vamos a modernizarlo. Se evaluará agregar georreferenciación a las caravanas. La trazabilidad fue un éxito, pero tiene fallas humanas. Queremos informatizar el Ministerio para que los sistemas se comuniquen mejor.

-¿Es necesario revisar y comparar los datos del DICOSE y el SNIG? Hace poco Emilio Mangarelli, de la Federación Rural, dijo que hay un millón doscientas mil caravanas más que animales físicos.

-No sé si la diferencia es exactamente esa, pero puede haber desajustes. Ahora, digamos toda la verdad: ¿cuántos de nosotros notificamos cuando se nos muere un animal? Muy pocos. Y cuando eso sucede, la caravana sigue figurando en el sistema como si el animal estuviera vivo. En términos generales, creo que el sistema es muy bueno y no tiene fallas estructurales. Pero, como en todo, los seres humanos siempre encontramos alguna manera de generar inconsistencias.

-¿Uruguay va a seguir vacunando contra la aftosa?

-No encuentro motivo para dejar de vacunar. Capaz que ahora que entré al MGAP me expliquen otra cosa; hasta ahora nadie me ha dicho cuál es el mercado que vamos a conquistar si dejamos de vacunar. Entonces, si yo tengo una cosa que tiene un costo, obviamente, pero que me da cierta tranquilidad a los productores y también a nuestros compradores me parece que no hay necesidad de dejar.

-¿Cómo ve la nueva reformulación del negocio Marfrig - Minerva?

-No lo veo. Si con un frigorífico hubo seis meses de análisis, con tres debería demorar años. Vender uno primero y luego comprar los otros tres sería más lógico. La concentración no es buena para el productor ni para el país.

-¿La decisión final es estrictamente técnica, o política?

-Todas las decisiones que toma un país son políticas. Sino, tendrían un gerente. Las decisiones terminan siempre siendo políticas. Vos te podes basar en los informes técnicos, pero la decisión es política.

-Si la comisión técnica mañana dice “siga con el negocio”, su visión política claramente es contraria.

-Es contraria. Va a pesar lo político.

-¿Lo habló con Orsi?

-No, no. Y es tan político que el Presidente tiene el derecho de tomar una decisión política en contra de lo que diga el Ministro. Porque cada uno tiene un lugar en la sociedad. Cada uno tiene que asumir el lugar donde está. Yo lo que no acepto es que no me dejen decir lo que pienso.

-¿Y si sale finalmente, usted se va, o sigue en el Ministerio?

-Depende de lo que diga el consejero o de lo que hable con el Presidente.

-¿El Estado regulará la capitalización de ganado?

-No. Capitalización y fondos de inversión son cosas distintas. El negocio ganadero sigue igual. Pero lo ocurrido con los fondos de inversión no puede repetirse.

-¿Buscarán facilitar los trámites para productores en MGAP?

-Mejoraremos los sistemas informáticos para agilizar procesos. La guía electrónica, por ejemplo, debe funcionar correctamente.

-Respecto a los paros en frigoríficos: ¿cómo evitarlos?

-Es importante distinguir que el derecho a huelga está contemplado en la legislación y cualquier trabajador puede ejercerlo sin inconvenientes. Sin embargo, la dificultad surge cuando una planta deja de faenar de un día para otro sin previo aviso, generando trastornos en la operativa. En este caso, la situación se complicó aún más porque hubo que actuar rápidamente, garantizando el bienestar animal. Con la eliminación de los paros sorpresivos, el escenario es más predecible. No es que hayan desaparecido los paros, sino que ahora se realizan con aviso previo, lo que permite una mejor planificación. Mi aspiración es que en el futuro no volvamos a enfrentarnos a paros sorpresivos.

-¿Cómo se llegó a este acuerdo? ¿Fue por diálogo o por la necesidad de una regulación específica? En su momento, incluso se llegó a plantear la declaración de esencialidad.

-Cuando se habla de esencialidad, a veces el conflicto se agrava en lugar de resolverse. ¿Se acuerdan del caso en el ámbito educativo durante el gobierno de Tabaré Vázquez? Finalmente, el presidente tuvo que ceder porque ciertas cuestiones no pueden imponerse a la fuerza. El diálogo es clave. Hay que entender que en cualquier negociación ambas partes deben ceder algo. Los gobiernos democráticos existen para administrar las tensiones de la sociedad, buscando soluciones que, aunque no satisfagan completamente a todos, permitan avanzar. El presidente no es un líder absoluto; debe trabajar en conjunto con su equipo y generar consensos dentro del Consejo de Ministros. Lo ideal es que los Ministros aporten diferentes perspectivas que reflejen la diversidad de opiniones en la sociedad.

-¿Confía en que esta situación, esos paros sorpresivos, no se van a repetir?

-Si, creo que debe ser la aspiración de Castillo (Juan), porque cada vez que tenés ese problema tenés un lío, por lo tanto, para cualquier Ministro tener lío en el sector que te toca si trabajar no es bueno y termina perdiendo todo.

-¿Se considera un Ministro con peso político?

-Sí señor, y creo que hay que darle a este gobierno el mérito que tiene, porque se habla mucho del trato con el sector agropecuario. ¿Cuántas veces escuché que el Frente no apoya? Cierro los ojos y pienso la única vez que un Senador de la República ocupó el Ministerio fue con Mujica y ahora. Después nunca, porque Wilson (Ferreira Aldunate), que fue el mejor Ministro por lejos, no era Senador cuando subió la Cartera.

-¿Hay riesgo de que el dólar baje de 40 pesos?

-Esa es una pregunta para Oddone. Pero lo que sí puedo decir es que uno de los problemas más grandes que enfrenta el sector es el atraso cambiario. Hace poco tuvimos una reunión donde justamente planteamos esta preocupación. El Consejo de Ministros está para eso, para que cada sector exponga sus problemas y busque soluciones. Y el atraso cambiario es un tema serio: en pocos años, la deuda del sector pasó de 2.500 millones de dólares a 3.500 millones. El problema no es solo el nivel de deuda en sí, sino el aumento de la morosidad. Si un productor saca un crédito para invertir en agua, alambrado o ganado, es una apuesta razonable. Pero cuando en poco tiempo la deuda del sector crece un 50%, significa que algo se está desmadrando. Hoy la morosidad no es alarmante, pero está en aumento. Y estos procesos tienen inercia: cuando la morosidad empieza a subir, difícilmente se frene por sí sola. Lo que espero es que este gobierno tome un rumbo diferente. Corregir este tipo de problemas no es algo que se haga de un día para el otro. Es como cuando una sequía te hace perder capital y ganado: repoblar el campo lleva tiempo. Del mismo modo, revertir el atraso cambiario y sus consecuencias no es inmediato, pero cuanto antes se empiece, mejor.

-¿El sector tiene capacidad para soportar una mayor carga impositiva?

-No lo sé con certeza, pero creo que no debería haber más carga impositiva. Si el sector puede soportarla o no, eso es algo que quizás un economista pueda responder mejor. Lo que sí tengo claro es que no debería aumentarse.

-¿Colonización va a seguir comprando tierras o no?

-Existe un compromiso de 25.000 hectáreas para colonización. Pero, como les dije a los lecheros, si eso realmente sucede, será casi un milagro. ¿Por qué? Porque el gobierno anterior, al que muchos califican como “campero”, en realidad le quitó a Colonización la posibilidad de comprar tierras de forma directa. Antes, el dinero proveniente de transacciones agropecuarias se destinaba a Colonización, pero ahora esos fondos fueron derivados a un fideicomiso a 20 años para atender asentamientos urbanos. Esto lo planteé con claridad en el Parlamento y sigo sosteniendo lo mismo: cuando Colonización quiera comprar un campo, deberá pedir autorización al Ministerio de Economía.

-¿Cuál es el problema con este mecanismo?

-El problema es que el Ministerio de Economía siempre tiene más demandas que recursos disponibles. Entonces, cada vez que Colonización quiera comprar tierras, dependerá de la decisión del Ministro de turno, que tiene otras prioridades. Nosotros apoyamos que se cumpla con la promesa electoral, pero no será fácil ni sucederá de un día para otro. En la Rendición de Cuentas quedó establecido que el Ministerio de Economía puede autorizar compras de hasta 15 millones de dólares.

-¿Fue por una causa noble?

-Sí, la intención de atender los asentamientos urbanos es noble. Pero lo que me molestó -y lo dije claramente- es que para ayudar a los pobres de la ciudad se terminó perjudicando a los pobres del campo. Y quien recibe tierras de Colonización suele ser justamente una persona en situación vulnerable del medio rural. Creo que hay que atender ambos problemas, pero sin desvestir un santo para vestir otro. Y lo peor es que los asentamientos siguen ahí. Dicen que han bajado, pero yo veo cada vez más gente buscando en los contenedores.

-Si hay voluntad política, ¿se puede revertir la situación?

-No, esto no se soluciona con voluntad, sino con plata. Así de simple.

-¿Y plata no hay?

-No, no hay. Y además hay otras prioridades. Hoy el 20% de los niños en Uruguay está por debajo de la línea de pobreza. Si yo fuera ministro de Economía y tuviera que decidir, ¿le doy fondos a Colonización para comprar tierras o atiendo la situación de esos niños? Esa es la realidad. Pero lo que me parece lamentable es que algo que funcionaba bien se haya desarmado. Creo que los gobiernos deben agregar soluciones, no desmantelar herramientas que ya estaban funcionando. Antes, Colonización compraba 40.000 o 50.000 hectáreas al año. Y no se le daba la tierra a “oligarcas” ni a dueños de 4x4. Se puede discutir si la administración era buena o mala, pero la herramienta en sí era valiosa. Y hoy, lamentablemente, se la dejó inoperante.

Sinergia Forestación- ganadería y el dilema ovino

-Sinergia entre ganadería y forestación: ¿Se retomará la discusión sobre la ley?

-La ley estableció un límite, pero ya hay 1,1 millones de hectáreas plantadas y la meta era 1,5 millones. Uruguay tiene 4 millones de has aptas para forestar, y el planteo fue claro: hacerlo dentro de esa área. El 10% de limitación no fue un invento, lo aplica Nueva Zelanda. Además, el proyecto se aprobó por unanimidad del Frente Amplio y por Cabildo Abierto, lo que refleja consenso.

-¿Se ajustará la ley o ya es suficiente?

-Quizás deba ser más precisa. El veto generó el efecto contrario al que buscaba la mayoría del Parlamento. Ahora hay que ver cómo seguir.

-¿Cómo promoverá el rubro ovino?

-El MGAP no promueve, su rol es garantizar la sanidad y buscar mercados de exportación, pero no financiar.

-¿Tiene algún plan concreto?

-No tengo ninguna medida en carpeta. Si alguien tiene una idea viable, que la proponga. Lo primero es sincerarnos: el mercado global demanda carne ovina y lana ultrafina. El resto enfrenta dificultades.

-En Sarandí del Yí mencionó la importancia del rubro ovino…

-Sí, pero hay que ser realistas. La lana para fertilizantes o aislantes puede ser una solución parcial, pero no impulsará el sector.

-¿El doble propósito sigue siendo viable?

-No es lo que yo diga, sino lo que dicta el mercado. En Dubái vi supermercados repletos de carne ovina, pero cuando pregunté cómo competir, la respuesta fue clara: logística y calidad. Australia y Nueva Zelanda lideran con corderos premium, mientras que el cordero pesado uruguayo está rezagado. Hace 20 años que el mercado señala esta tendencia, pero en Uruguay no quisimos verlo.

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Es Licenciada en Comunicación, egresada de la Universidad ORT en 2017. Trabaja en Rurales El País, sección a la que ingresó en agosto de 2020. Antes fue periodista agropecuaria en El Observador y productora en el programa radial Valor Agregado, de radio Carve. Escribe artículos para la revista de la Asociación Rural y se desempeña como productora del programada #HablemosdeAgro, que se emite los domingos en Canal 10.
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