Desde hace más de dos décadas, a principios de año, es un clásico hablar con Gerardo Zambrano Antón de diversos temas: política y los políticos, economía y obviamente de agro. Este año particular, cuando asumirá un nuevo gobierno obviamente el tema central fue sobre las expectativas para lo que pasará desde el primero de marzo. El empresario agropecuario, mostró su sorpresa por el resultado electoral, elogió a Lacalle Pou y le tendió un puente a quienes asumirán para ejercer el cuarto gobierno del Frente Amplio. Fiel a su estilo, el Presidente de Zambrano & Cía. dio su punto de vista sobre Yamandú Orsi, "una persona sensible, humilde, práctico. Tengo el deseo que lleve adelante sus propias ideas y convicciones con firmeza. Le deseo lo mejor, hay que darle un crédito, una confianza, el apoyo necesario para ver que el país pueda lograr las cosas que se están buscando”. Sobre Gabriel Oddone, “en lo previo aparece como una muy buena opción, por su conocimiento, por su experiencia y por su sensatez en la mirada de las cosas. Lo conozco relativamente poco, pero si uno sigue su trayectoria, su pensamiento es similar al que yo tengo. Inclusive el equipo que está armando en su entorno también es muy bueno y sensato”. Y sobre Alfredo Fratti, “alguien que estuvo en la Federación Rural, presidió INAC y que estuvo también en las sensibilidades de una Comisión de Ganadería en el Parlamento, falta de conocimiento no tiene. Confío un buen relacionamiento con el sector”. También se refirió a Álvaro Delgado, "no tengo ninguna duda, ni la tuve, que era el candidato adecuado para continuar el gobierno y para ganar estas elecciones". E hizo una comparación entre su amigo Jorge Batlle y Luis Lacalle Pou, "sin dudas dos presidentes que pasarán a la mejor historia del país".
Lo que sigue es un resumen de una larga conversación, en una fresca mañana de enero.
-Usted manifestó públicamente el apoyo al gobierno de Lacalle Pou. ¿Qué sintió tras el resultado electoral?
-No lo podía creer. La primera vuelta de octubre con la coalición con 90.000 votos a favor, hacía prever que podía tener un desenlace de acuerdo con lo que uno deseaba, que era continuar en el gobierno para seguir avanzando en los proyectos planteados. Porque fue bueno, más si uno mira la realidad del país en su economía, superando la pandemia, la seca, la guerra internacional, que afectaron al comercio y sobre todo a nuestro país, netamente exportador, de bajo consumo y de buenas producciones.
-O sea que no se imaginaba perder…
-Claro. Un gobierno que tiene un reconocimiento internacional en su economía, a la ministra Arbeleche, al equipo, por su estabilidad, por su gran inversión en infraestructura. Más la popularidad del presidente que termina con una aprobación del 54%, realmente no me lo esperaba de ninguna forma.
-¿Qué lectura hizo?
-Es difícil. Porque si bien hubo errores, si se hace un balance de las cosas a favor y sumado a la popularidad del presidente, no había chance, a mi entender que se pudiera perder y mucho menos por la diferencia que se perdió. No vale la pena hacer ahora una enumeración de las cosas buenas que se hicieron, incluso algunas que todos los gobiernos, incluyendo el del Frente Amplio, intentaron y no pudieron. La reforma de la Seguridad Social, la reforma de la educación, la LUC, con todos los peros que puso el Frente. No solo no era esperable, sino que para nada estaba en mis opciones personales que el gobierno perdiera las elecciones.
-¿Por qué perdió el Gobierno?
-Creo que para la elección de octubre hubo un trabajo importante de parte de todos los integrantes de la coalición, tanto económico, como de dedicación. Se jugaban los puestos de diputados y senadores y ahí había una competencia interna que enfocaba a ver quiénes entraban o no al Parlamento. Ese trabajo llevó a que la coalición tuviera 90.000 votos más que el Frente Amplio. Eso ya de por sí hacía prever que era valedero pensar en continuar con el gobierno. Lamentablemente en noviembre no sucedió lo que pensábamos, se perdió por casi la misma cantidad, 90.000 votos.
-¿Qué cambió según su punto de vista?
-Por la militancia del Frente Amplio siempre se daba un vuelco, pero ahora, con tan pocos argumentos a favor, realmente la sorpresa fue total y absoluta. Al votarse solo presidente, como que bajaron los brazos quienes trabajaban dentro de los partidos de la coalición, pues ya no había un interés determinado. Porque después tienen otra, en mayo, con las intendencias que también lleva esfuerzo y dinero. No hubo un trabajo de militancia, como está acostumbrado el Frente Amplio, y eso llevó a que la diferencia no solo se acortara, sino que se superara ampliamente. Ese es uno de los motivos.
-¿Qué otro factor incidió?
-El interior, que es claramente “coalicionista”, si uno mira lo que pasó en el 2019 y en el 2024, el crecimiento del Frente Amplio fue en prácticamente todos los departamentos. Esa es la realidad, hubo una militancia del Frente en el interior, mucho más importante y eso provocó esta diferencia que ahora nosotros estamos lamentando.
-¿Qué opina de Álvaro Delgado?
-No tengo ninguna duda, ni la tuve, que Álvaro Delgado era el candidato adecuado para continuar el gobierno y para ganar estas elecciones. Más allá de las críticas, o de los comentarios de si enamora o no enamora, que también incide en los votantes, mi análisis lógico, es que quien estuvo al lado de Lacalle desde el inicio de Aire Fresco, durante todo el gobierno, quien encaró la comunicación, en los hechos y en el apoyo al presidente, quien de alguna manera mamó todo lo que era bueno y malo, sin ninguna duda, era y es la persona para seguir con un proyecto político y de trabajo en el país. O sea que no se perdió por el candidato, sino que fueron las circunstancias. Pero también afirmo que si hubiera una reelección en Uruguay, no hay ninguna duda que el gobierno se mantenía y que Lacalle Pou era el presidente, basta mirar los números de la popularidad y los reconocimientos.
-¿Qué balance hace de los 5 años del gobierno de Lacalle Pou?
-Muy positivo en términos generales para el país. Hay sectores mejores que otros, por ejemplo los importadores con un tipo de cambio que los ha favorecido, frente a sectores como el agropecuario y los exportadores que son los rubros más importantes de producción del país. Veníamos afectados por el tipo de cambio postergado, por más que en su momento se decía que era libre, lo que quitaba competitividad y que complicaba al sector más importante de la economía del país. El gobierno priorizó un control de la inflación, cosa que hizo dentro del rango meta, y frente a eso postergó otras decisiones como el tipo de cambio. Pero es un balance positivo, sobre todo en las circunstancias que hubo que tomar decisiones y gobernar. El sector agropecuario “bancó” el bienestar de todos los uruguayos, se ve reflejado en los viajes, en la venta de automóviles cero kilómetros, el movimiento, en términos generales de la población. Hubo, también dentro de lo que se había prometido, una recuperación y aumento del salario real, una baja importante del desempleo, todos factores positivos de la economía, que hacía prever que los uruguayos están mejor, pero no fue suficiente para que tuviera el reconocimiento electoral para que el gobierno siguiera. Son varios ítems con saldo positivo.
-¿Por ejemplo?
-Lo que el gobierno invirtió en infraestructura, nosotros que vivimos viajando al interior vemos un cambio total en la mayoría de las rutas, puentes, pueblos, ha sido uno de los cambios realmente importantes de este gobierno. Pero se ve que la infraestructura se usa, pero no vota.
-¿Qué otro ítem a favor?
-La vivienda, si bien en el gobierno del Frente Amplio se hicieron cerca de 27.000 viviendas nuevas, ahora fue una cifra similar, pero con una inversión bastante mayor. Habían prometido 240 millones de dólares y se invirtió el doble porque se aplicó a los lugares más carenciados. Entonces, acumulando cosas positivas del gobierno, no entiendo a dónde fue que no llegó. Creo que hubo mucho más cosas positivas que negativas en este gobierno, pero no fueron reconocidas por los votantes y eso es lo que uno más desconcierta en el momento de ver el resultado final de estas elecciones.
-Usted fue de los primeros en hablar de la necesidad de una coalición entre los partidos Nacional y Colorado. ¿Cree que llegó la hora de ese acuerdo?
-Hace como 20 años que, viendo las tendencias dentro de la política y también mirando el mundo político global, sostengo que estamos en un país bi partidista, algo no reconocido básicamente por los partidos tradicionales. Es una realidad que salta a los ojos. Mirando los archivos de estas entrevistas de El País, hablaba de una concertación y Jorge Batlle, al cual apreciaba y valoraba por sus condiciones, me llamaba, me relajaba todo y me decía que yo no entendía nada de política, cosa que obviamente tenía razón. Pero más allá de lo que él pensara, para mí existía, y existe, la necesidad de una concertación que reconozca dentro del mundo político el bipartidismo y las dos fuerzas políticas más importantes de éste y de muchos países. Esa es la realidad. Hoy, muchos años después, sin Jorge Batlle, apareció la coalición republicana. Creo que hay una convicción generalizada de la necesidad y la importancia de unir las fuerzas y los criterios comunes de gobierno, que son mucho más que las discrepancias. Estoy convencido que hay mucho más discrepancias dentro del Frente Amplio, en los distintos sectores, que dentro de la coalición. Y hay pruebas y hechos que así lo reconocen. La coalición no solo llegó para quedarse, sino que es una necesidad electoral de futuro para lograr objetivos donde se manejen cosas comunes. Hay resultados que avalan eso.
-¿Cree que ahora lo llevarán adelante?
-Es que no les queda otra. En octubre se ganó por 90.000 votos y por tener el Frente Amplio la posibilidad de los restos, sacaron 16 senadores contra 13 de la coalición, que unida podía haber tenido esta mayoría dentro de la Cámara. Pero además, basta recordar lo que pasó en las elecciones pasadas en el Departamento de Salto, donde ganó el Frente Amplio en función de que blancos y colorados se disputaron también la intendencia. Cinco años son mucho tiempo para el país como para postergar de mejorar las cosas, por caprichos electorales o tradicionales. En este periodo todavía fue mucho más complicado porque había que armarla. Ahí el presidente Sanguinetti, un gran político, dio su punto de vista, y Lacalle Pou la formó.
-¿Qué cree que va a pasar con la coalición, ahora desde la oposición?
-Cuando uno gana a lo que sea, está contento y tolerante. Cuando uno pierde a lo que sea, se pone más caprichoso e intolerante. Así que por mi convicción y que no entiendo nada de política, creo que si blancos, colorados, todos los partidos de la coalición no se alinean en formar ese grupo compacto necesario para lograr los objetivos, sin perder las identidades de los gobiernos tradicionales, se va a complicar. No soy ni blanco, ni colorado, yo voto a la persona. Para mi, tanto el sobretodo de Batlle, como el poncho de Saravia, son historia que está muy linda, pero a mí lo que me interesa saber es qué es lo que podemos hacer de aquí en adelante y para eso hay que usar el sentido común, la inteligencia, la experiencia, cosas que van más allá de la pasión. Creo que llegó el momento de un cambio importante.
-Una prueba será en mayo con las Intendencias.
-Se van a juntar en Salto, Canelones y Montevideo creo que es lo que está armado, en los otros departamentos y más mirando lo que ha pasado en el interior y cómo ha mejorado el Frente Amplio en prácticamente todos, si no hay la posibilidad de que exista la coalición a nivel de las intendencias, se van a perder varias. ¿Vale la pena seguir postergando decisiones comunes con el mismo pensamiento?
El nuevo gobierno.
-¿Qué cosas debería mantener el gobierno que asume el primero de marzo?
-El cambio de gobierno es todo un desafío. Es como cuando uno se muda de casa, tiene como la necesidad de reformar el baño, la cocina, etc., para poner su impronta. Supongo que, en términos generales, no vamos a estar ajenos a esos posibles cambios. Esperaría que sean pocos y sobre todo buenos, porque siempre hay cosas para hacer, mejorar y corregir. Pero sin desviarse de una línea acertada. La política económica se ha mantenido, en términos generales, a pesar de los gobiernos, con algunos cambios menores en cuanto al trayecto. Uruguay tiene un grado inversor, un reconocimiento internacional, que avala el mantener esa política económica estable de seguridad y de buen manejo. Más allá de matices, de sectores que se pueden ver un poco más beneficiados que otros por determinadas decisiones, pero que, en términos generales, el país en su conjunto ha demostrado estar en el trayecto indicado.
-¿Y la reforma del Estado?
-Bueno, el gobierno saliente se animó a hacer reformas postergadas, como la Seguridad Social, la educación, poner en práctica la LUC, etc., pero lo que no hizo, imprescindible, es una reforma importante del Estado. Tenemos la misma cantidad de empleados públicos que teníamos. Si uno mira los parámetros económicos, si bien hay un control de la inflación, con un déficit fiscal similar, hay parámetros en los cuales no hemos podido mejorar. Y esos parámetros están enfocados a un Estado grande, ineficiente y complicado en el gasto público. Si este gobierno que asume encara una reforma del Estado profunda para hacer viable al país en cuanto a la competitividad de las exportaciones, y lograr un crecimiento económico postergado, como ha propuesto Yamandú Orsi, sería bueno. No hay ningún gobierno que no haya pensado en apuntar a ver cómo se hace para que haya un crecimiento, pero el país no ha crecido en su economía absolutamente nada en décadas. Hay factores, la población decrece en lugar de crecer por ejemplo, pero el peso del Estado, la ineficiencia y la burocracia, sumado a los costos, hace que la economía no pueda crecer de ninguna manera por más esfuerzo que se haga.
-¿Ve viable que este gobierno que sume haga una reforma del Estado?
-No, pero hay que seguir hablando, machacando, como se hizo con la Seguridad Social y la educación, etc. y después en este periodo de gobierno veremos qué es lo que se pudo hacer, o qué es lo que no, iremos siguiendo de cerca, las propuestas y los resultados.
-¿Conoce al presidente electo Yamandú Orsi? ¿Qué opina de él?
-Sí lo conozco, estuve con él en algunas ocasiones, inclusive en un tema que les fuimos a plantear en diciembre del 23, y realmente me pareció una persona sensible, humilde, práctico, esas personas que uno ve poco, pero compatibiliza en su forma y en su modo. Muy agradable. Inclusive después, tuve algún contacto por un tema familiar, personal, donde ahí mostró también esa sensibilidad que en los seres humanos siempre es muy importante tener y expresar. Tengo el mejor deseo que lleve adelante sus propias ideas y convicciones con firmeza, porque sin dudas va a tener presiones de todo tipo, totalmente normales en un presidente de lo que sea, del país, de las empresas, del cuadro de fútbol, etc. Le deseo lo mejor, pero no va a ser una tarea fácil buscar el equilibrio adecuado para sacar las cosas adelante. Esperemos que tenga la convicción y el apoyo en su entorno, que lo haga tener ese liderazgo que es fundamental. Va a ser un presidente para todos los uruguayos, tiene la experiencia del gobierno de Canelones, con muy buenos resultados. No es lo mismo una intendencia que un país, que un Estado, pero hay que darle un crédito, una confianza, el apoyo necesario para ver que el país pueda lograr las cosas que siempre se están buscando. Así que, más allá de la relación y de mi opinión, va el deseo de lo mejor y el apoyo personal y empresarial para lo que haga falta.
-Usted ha sido muy crítico con los tres gobiernos anteriores del Frente Amplio. ¿Qué espera para este que viene?
-Es verdad, he sido crítico en los gobiernos del Frente Amplio, en algunos más que en otros, pero en todos con argumentos, hechos y razones suficientes para hacer las críticas, como también he hecho críticas en este gobierno en las ocasiones que así lo creía. Mirando el pasado, hubo acciones importantes de despilfarro y de muy mal manejo en la bonanza, fundamentalmente en el gobierno de Mujica, en lo que fue el mejor momento de la bonanza a nivel internacional, de los valores de lo que nosotros exportamos y se despilfarró la plata. Durante el período de 2010 - 2015 se aumentó el costo del Estado que después no se ha podido bajar. Con ese despilfarro y esa forma de manejar al país con dos equipos económicos que pensaban distinto y esas faltas de controles, fui crítico. Es de esperar que haya servido de experiencia y que no se repita, porque oportunidades de ese tipo en el tiempo, en la vida comercial de un país, no son comunes ni son normales. Espero que esa actividad del Frente Amplio y el PIT-CNT de lucha de clases, dejen de existir, la diferencia entre el campo y la ciudad, y que mejore la sociedad en su conjunto. Y por supuesto su economía que en definitiva es lo que hace que a la sociedad vaya mejor.
-¿Qué opina del próximo Ministro de Economía, Gabriel Oddone?
-En lo previo aparece como una muy buena opción, por su conocimiento, por su experiencia y por su sensatez en la mirada de las cosas. Lo conozco relativamente poco, pero si uno sigue su trayectoria, su pensamiento es similar al que yo tengo. En ese aspecto creo que está muy bien, inclusive el equipo que está armando en su entorno también es muy bueno y sensato. Espero que en consecuencia actúe y que pueda hacer lo que él realmente quiere. El Ministerio de Economía es complicado porque es el “Punching Ball” de todo el entorno, ahí hay que tener firmeza, convicción y mucha autoridad en cuanto a las cosas que se emplean. El tema es ver cómo digiere las presiones que van a ser muchas. Cuando el plebiscito de la reforma a la Seguridad Social él, junto con varios economistas del Frente Amplio, fueron críticos, inclusive marcaron una diferencia, asegurando lo malo que era que se aprobara. Pero después, y es una alarma, en alguna entrevista minimizó el problema, como que no era ni el fin del mundo, ni que podía ser comparable a la crisis del gobierno de Batlle en 2002 y era superable. Esas son las cosas que uno no sabe cuando llegue el momento de presión de todo el entorno, el mismo PIT CNT, gremiales, sindicatos, que pueda sostener su convicción y su pensamiento. Él apunta a un crecimiento económico postergado que es verdad y que es necesario, y en eso creo que estamos todos de acuerdo y alineados en la misma forma.
-¿Lo ve posible de lograr?
-Para lograr ese objetivo obviamente hay que tomar medidas que no son muy amigables y que sí son muy rígidas, por el costo del Estado, la superposición que hay de distintas instituciones que hacen lo mismo y con costos innecesarios. Es verdad que recibe una economía, como él mismo lo declaró, con cosas buenas, inflación controlada, etc. y otras no tan buenas, déficit fiscal, endeudamiento, o sea, habría que ver si puede avanzar y solucionar las no tan buenas y lograr ese crecimiento deseado por todos y como su objetivo principal. Al igual que al presidente Orsi, al Ministerio de Economía, brindo una apuesta de confianza y con las posibilidades de ayudar en lo que se pueda para que se logren los objetivos que él se propone y el crecimiento que el país necesita.
-¿Qué rumbo cree tomará la política económica del país?
-No debería, ni va a cambiar de una manera importante. Ya pasó en los otros gobiernos del Frente Amplio donde las reglas se mantienen, lo básico y lo importante, ese es un punto. Lo que sí creo que posiblemente puede cambiar un poco es la rigidez, tanto la Ministra actual (Arbeleche), como el Ministerio han marcado una rigidez que uno no entiende, pero quizás haya sido uno de los factores por los cuales el pueblo era contrario. Sabemos que esa rigidez es necesaria para todos esos logros internacionales, de reconocimiento y el grado de inversor, pero aterrizándola a la realidad de la gente. Sobre todo en determinada clase social, no sé si esa rigidez es favorable. Así que, en términos generales no deberíamos ver grandes cambios, sí quizás una mayor amplitud en lo que son los esquemas sociales y una baja de rigidez frente al actual Ministerio de esta Administración.
-Yamandú Orsi aseguró que no hay margen para más impuestos en el país, ¿cómo ve el tema?
-El tema de aumentar los impuestos es algo que está más que conversado de la imposibilidad de hacerlo a todo nivel, a cualquier sector, así que no debería estar en tela de juicio en cuanto a lo dicho y en realidad a lo hecho por este gobierno que ha sido fiel a ese tipo de cosas. Otra cosa es cuando empiezan las presiones para el presupuesto, por ejemplo, que ya deben estar haciendo cola en el despacho de Oddone para pedir plata. Cuando hablo de la rigidez de esta ministra y este Ministerio, reconozco la necesidad también de que exista. Esa línea débil de equilibrio entre la necesidad y la posibilidad. Esto va a depender de ver cómo reacciona el Ministerio y el ministro y el respaldo que pueda tener del presidente, y la autoridad de éste, que confiamos y creemos que será absoluta. Porque ahí estuvo la falla importante en el gobierno de Mujica, que no tuvieron, o no quisieron, tener la rigidez necesaria para hacer que el país crezca y no que crezca el costo del Estado y el Estado. Confiamos, pero todas estas cosas las sabremos, las veremos, las seguiremos y en algún momento también las comentaremos.
-¿Cómo ve al designado Ministro de Ganadería, Alfredo Fratti?
-Es un hombre que conoce muy bien al campo, sus necesidades y su problemática, porque ha participado desde la gremial de productores en la Federación Rural, pasando por la presidencia de INAC y estando últimamente en la Comisión de Ganadería del Parlamento. Alguien que estuvo al lado de los productores, en la Mesa con el equilibrio de la industria y alguien que estuvo también en las sensibilidades de una Comisión de Ganadería en el Parlamento, falta de conocimiento no tiene, eso seguro. Así que, si las cosas no las hace bien, no va a ser por falta de conocimiento. Considero que hay que tener, a nivel del MGAP, mucho cuidado, pues es un Ministerio con mucha gente, con muchas áreas, con mucha burocracia, con muchas dificultades para lograr los objetivos tanto sanitarios como de funcionamiento. Ya lo hemos visto a nivel del movimiento de ganado, en la parte sanitaria de la brucelosis, la garrapata, la mosca; o sea, uno ha desviado los problemas importantes por otros que no lo son tanto. Así que, tarea tiene sin ninguna duda, conocimiento tiene sin ninguna duda, burocracia y presupuesto grande tiene sin ninguna duda. Es toda una experiencia nueva que vamos a tener en un sector que es el más importante del país y que necesita de la comprensión, el apoyo del gobierno que esté. Confiamos sí y lo mismo que al Ministerio de Economía, trataremos de ayudar lo que podamos y seguir de cerca las cosas para ver el desarrollo de algo que para nosotros, porque somos parte del sector agropecuario y no menor, nos interesa mucho.
-¿Espera buen relacionamiento del gobierno con el sector?
-Durante los 15 años del gobierno del Frente Amplio hubo diferencias con las gremiales y con las instituciones que están en el sector agropecuario. Ahí hay una falta de sensibilidad y ese enfrentamiento absurdo del campo y la ciudad, que Fratti y todo el equipo va a tener que tratar de superar. Nos hemos acostumbrado estos últimos cinco años a una sensibilidad de un gobierno afín al sector agropecuario, a los productores, a las gremiales, más allá de las soluciones o no, de ver la problemática. En ese aspecto, Fratti es un hombre que conoce y tiene todas las condiciones para poder llevarlo adelante, en la medida que, como el resto, tenga la autoridad y la libertad de poder realizarlo. Así que confiamos y esperamos.
-¿Qué cosas debería encarar el próximo MGAP y cuáles no se deberían tocar según su punto de vista?
-Son muchas y variadas las cosas que hay que encarar y enfrentar. Desde lo sanitario, que no es menor, pasando por la burocracia de los servicios, siguiendo por las limitaciones presupuestales, y las necesidades de equilibrar el presupuesto, son los factores que va a tener que encarar la cartera. Hay cosas puntuales, que el Ministro designado así lo ha confirmado, por ejemplo, la presión de la industria con respecto a la exportación de ganado en pie. Eso es una cosa que ya está, que no hubo durante el gobierno del Frente Amplio pasado la libertad necesaria porque estuvo mucho más regulado. Este gobierno de Lacalle Pou fue amplio en cuanto a la apertura, cumpliendo los requisitos sanitarios, las exportaciones. Hoy han abierto nuevos mercados para la exportación de ganado en pie, que es imprescindible para que la ganadería del Uruguay crezca. El potencial de la ganadería uruguaya es mucho más grande de la actual, estamos con las mismas cabezas de ganado per cápita, prácticamente casi a cuatro vacas por habitante. Dijera Ale (Zambrano Zerbino), “éste es el país más ganadero del mundo”, y esa relación lo marca. Entonces, para crecer en ese aspecto, necesariamente hay que tener una válvula de escape para producir más terneros y que no dependamos solo del proceso industrial hasta el final. Tiene que haber una mayor cantidad de terneros, mayor extracción y tener esa válvula de escape que es la exportación de ganado en pie. Eso supongo que no estará en tela de juicio.
-Juan Castillo será el Ministro de Trabajo y Seguridad Social, ¿qué espera de su gestión?
-Sobre el Ministro de Trabajo y Seguridad Social, lo único que uno espera es que esté a la altura del actual Ministro Mieres, que ha hecho una excelente gestión. Pero si voy más allá, siento alguna inquietud, porque el origen y la ideología del Ministro, sumado a las presiones del PIT CNT, que ya la estamos viviendo a nivel del paro del FOICA, realmente uno duda que pueda existir la tranquilidad que hubo durante este periodo de gobierno. Más que duda, yo no lo veo viable. Ya se están planteando cosas, como las horas de trabajo, que van contra la realidad de la eficiencia, de las empresas y del país. Creo que va a ser una tarea muy difícil para él, pero va a ser mucho peor y mucho más difícil para los empresarios. Ojalá me equivocara y ojalá hubiera ese equilibrio que todos queremos dentro de lo razonable. Sin prejuzgar, hay cosas que realmente no tengo mucha, ni muy buena expectativa, aunque sí vamos a dar un voto de confianza y esperaremos a ver los resultados. Tarea difícil en un gobierno del Frente Amplio, con una presión de los sindicatos y con alguien que es del palo. En fin, veremos.
-A nivel internacional, ¿qué política espera para el gobierno de Orsi?
-La inserción internacional no solo es imprescindible, sino que es prioridad para cualquier gobierno, incluyendo, por supuesto, al que va a presidir Orsi. Lo que también quedó demostrado es que una cosa es querer y otra cosa es poder. Lacalle, sin duda, y más allá de la defensa y el empuje a la libertad económica, la libertad individual, ha hecho y dicho lo posible, y hasta lo imposible, para obtener resultados que no se han tenido. Debe ser muy frustrante estar convencido de algo y chocar siempre con la misma piedra y con las mismas dificultades del Mercosur, de los grandes que se oponen a las posibilidades de los chicos y la dependencia que tenemos dentro de la región. Todo el mundo tiene claro que Uruguay es un país agropecuario, productor de calidad, no de cantidad, exportable a todos los países posibles, creíble en todos sus aspectos, jurídicos y de cumplimiento contractuales. Uruguay tiene todo lo que el mundo precisa en cuanto a alimentos de acuerdo con las posibilidades y al tamaño que tenemos. El tema de la apertura es imprescindible, hay otros países que nos llevan la delantera y que van a competir en el mismo mercado, con la misma mercadería y con una baja de aranceles que va graduándose año a año. Hay que ver la Cancillería, los movimientos que puede hacer dentro y fuera de la región, pero lo más importante es que este nuevo gobierno y sus actores tengan la convicción que tiene el presidente Lacalle Pou y el gobierno actual de la importancia que tiene para el crecimiento del país la apertura internacional.
“Dos grandes presidentes que pasarán a la historia del país”
-Ud. fue muy amigo del presidente Jorge Batlle. Hágame una comparación de él con el presidente Lacalle Pou. Ambos tuvieron si se quiere “mala suerte” por factores ajenos a su gestión, y la superaron con éxito...
-Conocí a Jorge Batlle bastante antes de que fuera presidente y siempre me llamó la atención su inteligencia, su conocimiento. Tanto, que a raíz que lo conocí, lo empecé a votar, cuando siempre había votado al Partido Nacional. En el acierto, o en el error, me inclino más por las personas, que por el partido político. Cuando fue electo presidente, Jorge demostró todo lo que era capaz. Fue capaz de enfrentar una corrida bancaria, a la aftosa, le puso el pecho a las balas y se sacrificó por lo que entendía que era lo mejor para el país y la gente. Comparar a dos presidentes es difícil, pero si uno mira la actuación de Luis Lacalle Pou, sin ninguna duda ha pasado por situaciones similares en la toma de decisiones. Cuando empieza la pandemia tenía un pedido del Frente Amplio del aislamiento y él toma la decisión de no encerrar a la gente, no parar al país, buscar la mejor manera de enfrentar la pandemia, conseguir la vacuna lo más rápido y eficientemente posible y dejar la economía andando como la dejó. Fue una de las decisiones acertadas en un momento muy crítico ante algo que nadie conocía, ni sabía hasta dónde iba a llegar. Es otro de los presidentes que ha salvado al Uruguay de entrar en un problema importante y serio. Después, tuvo que encarar una sequía que dificultó a la principal producción y exportación que el país tiene. También tuvo que encarar reformas pesadas que todos las pedían y nadie las hacía, como la de la Seguridad Social, como el tema de la educación. Creo que es otro de los presidentes destacados, reconocido a nivel local e internacional, algo nada común para un país como Uruguay por su tamaño y por su relevancia. Estoy feliz de tener la amistad de ambos y mi reconocimiento para dos personas que quedarán en la historia del Uruguay.
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