Las evaluaciones de anteriores crisis climáticas indican que en 10 años se perdieron US$ 1.500 millones
Sequía. Foto: Ricardo Figueredo - Archivo El País
Desde el pasado mes de diciembre, Uruguay atraviesa la segunda emergencia climática en un año -en marzo de 2020 ocurrió la primera y afectó a casi 5,5 millones de hectáreas-, con un efecto importante porque la crisis llegó en plena primavera, y además de los efectos puntuales de falta de pasto dará paso a consecuencias secundarias como, entre otros, los problemas en los entores y preñeces.
Las evaluaciones de anteriores crisis climáticas indican que en 10 años se perdieron US$ 1.500 millones. Es decir, en promedio son US$ 150 millones por año.
“Evaluar los impactos de la actual crisis climática tiene efectos directos o en el momento y otros retrasados, estamos en pleno proceso de evaluación de los mismos”, adelantó Ignacio Buffa, subsecretario del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca.
En diálogo con Rurales El País, Buffa comentó que la seca pegó de manera diferente según las zonas y, por lo tanto, en los sectores. En los cultivos de secano, recordó que cerró un año muy bueno, con rendimientos muy interesantes.
“Los cultivos de gramínea, de primera, quizás fueron los más sentidos. Los de soja venimos manteniendo potencial, pero jugados a las lluvias de febrero. En el caso del arroz, tuvimos un año de implantación muy bueno. Quizás no se hizo más área de la pensada y es una macana grande”, dijo.
A la fecha están declaradas bajo emergencia agropecuaria un total de 10,5 millones de hectáreas de 16 departamentos. “Teniendo en cuenta que el país tiene 16 millones de hectáreas es un área importante”, señaló.
Hoy el productor tiene disponible una batería de herramientas, como una línea de crédito con tasas subsidiadas por parte del MGAP, con República Microfinanzas. Para acceder a esta línea de crédito hay que inscribirse en un formulario disponible en la página web del MGAP. La misma se define en función de la carga que tienen los campos, dando un dinero por unidad ganadera, con un tope de dinero para poder acceder.
Desde el MGAP se exhorta a todos los productores que sufrieron la anterior emergencia a que se inscriban a esta línea de crédito porque tiene mejores condiciones y se prorrogan los pagos.
Según informó Buffa, hoy son más de 500 productores que se han inscripto a estas líneas con tasas subsidiadas del MGAP.
También han habido respuestas de otros organismos del Estado, como una línea de crédito del Banco de la República (BROu), que tiene un tope de US$ 25 mil con tasas interesantes y una forma de pago acorde a ciertos ciclos productivos.
Lechería. El MGAP viene trabajando fuertemente en lo que son los diferentes fondos de financiación para el sector lechero. Así, han tenido lugar modificaciones en el Fogale, que recordó es un fondo de garantía del sector lechero que permite acceder a un financiamiento de largo plazo.
A su vez, en la agenda del MGAP se está trabajando sobre modificaciones del Fondo Lechero, un crédito que se le otorgó al sector y que se paga a partir de una retención de la leche remitida a industria.
El problema de este fondo es que se han dado “situaciones injustas”, donde hay productores, por ejemplo, que terminaron de pagar y se les sigue reteniendo, o hay otros que ingresaron al rubro y pagan un crédito que nunca tomaron.
En ese sentido, se está trabajando con el Ministerio de Economía para ajustar y corregir las inequidades y también se está en contacto con los acreedores del Fondo, que son el BROU y el BBVA para respetar las obligaciones que hay respecto al fondo.
“Hoy hay 600 productores que siguen pagando el fondo y cancelaron su deuda. Según el análisis de Inale, corregir esta inequidad significaría casi un 20% de mejora en el margen del rubro. Es mucha plata de la que estamos hablando. En enero tenemos la expectativa de lograr un instrumento que logre resolver esta inequidad. Queremos modificar ese par de leyes que están operando, porque tiene que pasar por el senado”, detalló.
Escuchá la entrevista completa a Ignacio Buffa: