La Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos concluyó que “no hay ni una prueba” de que los granos transgénicos “tengan un impacto negativo en la salud de las personas”.
La Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina, principal organismo asesor del país en temas científicos, tampoco ha encontrado pruebas “concluyentes” de que este tipo de variantes agrícolas causen problemas medioambientales. Sí reconoce que la resistencia de los transgénicos a ciertos herbicidas está causando “un problema agrícola de primer orden”, ya que otras plantas e insectos están desarrollando inmunidad a los herbicidas que se usan en los campos.
El informe, presentado en Washington, es una exhaustiva revisión de estudios científicos publicados desde hace 30 años, cuando se comenzaron a usar maíz, soja y otros cultivos transgénicos, hasta ahora.
Aunque los transgénicos tienen un enorme potencial para desarrollar vegetales con un sinfín de características, por ahora solo han llegado al mercado unas pocas variantes comerciales de maíz, soja y algodón con dos principales características: ser resistentes a los herbicidas y tóxicas para algunos insectos. El trabajo se ha centrado en el análisis de 900 estudios científicos sobre el impacto ha sido supervisado por expertos independientes.