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Agromil festeja 30 años de innovación en agricultura

Directores de la empresa repasaron la historia y miran con optimismo el futuro del negocio

Agromil.
Tobías Adolph y Pablo Martínez.
Hernán T. Zorrilla

En agricultura, hablar de un año es mucho tiempo. Son dos zafras que se superponen. Una puede haber sido excelente y la otra puede haberte derrumbado, o viceversa. En un rubro tan dinámico y expuesto a un sinfín de variables, una zafra ya es una cantidad de tiempo considerable.

Imaginemos decir 30 años. Como aporte, quien escribe esta nota todavía no había nacido. Ese es el tiempo que Agromil ha estado junto al productor y por eso, decidió celebrarlo en este 2024.

“Me acuerdo que recién estaba empezando la siembra directa, estaba creciendo la forestación, habían 150.000 hectáreas de trigo, 100.000 hectáreas de cebada y estaba en auge el girasol híbrido, implantando los cultivos de primera con muy buenos rendimientos”, recuerda Pablo Martínez, director y socio fundador de la empresa desde su planta en ruta 1.

“En ese momento el problema era la hormiga en los cultivos, la controlamos y limitamos con el desarrollo del producto Gaucho. Estuvo de 1996 hasta 2004 aproximadamente, ya después de eso empezaron los problemas de girasol con la phomopsis y la venida de la soja”, agrega Martínez, quien recuerda el explosivo crecimiento que tuvo la oleaginosa en el país, de la mano de inversores argentinos que crecieron en superficie de forma muy importante en poco tiempo, con un negocio que “venía muy armado”.

Un poco de historia. El 19 de abril de 1994, Hans Adolph y Pablo Martínez fundaron Agromil. Ambos eran ex empleados de Bayer en Uruguay, con más años de 30 de experiencia en el rubro.

“Nos conocían, asumimos el riesgo, tomamos el negocio y arrancamos por la nuestra” cuenta Martínez, sobre aquel momento en que se crea la empresa para ser distribuidores en contrato de exclusividad de la multinacional Bayer.

En el año 2006, Agromil comenzó también su relacionamiento con Rizobacter, enfocado en el crecimiento de los inoculantes.

“Recuerdo que en aquel momento se estaba empezando a manejar la tecnología del inoculante líquido, siendo que ahora el mercado uruguayo tiene participación casi total del inoculante líquido, con una porción importante de Rizobacter”.

En 2022, Agromil completa su portfolio de productos con la línea de Surcos, refiriendo a herbicidas con nanotecnologia.

“Consideramos importante complementar el negocio del glifosato con compañeros que sean compatibles desde el punto de vista químico, conocíamos la nanotecnología y conversamos con la gente de Surcos en Argentina”, afirmó Tobías Adolph, hijo de Hans Adolph y actual director de la empresa.

De este modo, la composición de negocios de la empresa comprende 4 grandes áreas: la distribución de Bayer, la participación de Rizobacter con productos enfocados a la nutrición, bioestimulantes e inoculantes, Surcos con su paleta de herbicidas con nanotecnologúa y finalmente los granos almacenados.

Metodología. Agromil atiende la cadena de distribución de todo Uruguay, con asesores técnicos regionales que se reparten las diferentes zonas del país, en un trabajo integrado y coordinado con los técnicos de las firmas que representan, sea Bayer, Surcos o Rizobacter).

Nueva planta. En 2015 se comenzó la obra para un depósito con protocolo Croplife. “Argentina tiene depósitos OK para el almacenamiento de agroquímicos y fertilizantes”, dijo Adolph, quien recibió al equipo de Rurales El País en la planta para mostrar el trabajo.

Desde 2018 se trabaja con base en este sitio, utilizando reparto propio para el transporte de mercancías peligrosas. “Lo pide el cliente y al otro día podemos entregarlo”, aseguró Adolph.

Actualmente en Uruguay, es el único depósito con un protocolo de estas características, respetando las normas ambientales y el impacto social.

Dentro de algunas características se destaca que está construido en un área rural, con depósito en forma de batea para contener posibles derrames y paredes que toleren 90 minutos de exposición al fuego.

Negocio. “Lo vemos bien, en la medida que llueva”, dijo Martínez. En la visión de los directores de Agromil, todos los cambios tecnológicos requieren un proceso necesario para que los productores lo terminen de adquirir. “Agromil desarrolla productos cada vez más sostenibles y de bajo impacto ambiental”, agregó Adolph.

En la paleta de productos se destaca, por ejemplo, un fungicida biológico que sustituye un químico.

La participación de la empresa está en todos los cultivos, aunque sin dudas la soja es el principal, por una cuestión de superficie. La porción en trigo y cebada es importante también, así como la presencia en maíz, arroz y otros cultivos.

En agricultura 30 años es mucho tiempo. Sin embargo, es lo que ha logrado sostenerse en el rubro Agromil, una firma que además, no deja de crecer.

Observando los aprendizajes del pasado, persiguiendo los objetivos del futuro y con un presente que se enfoca en la sustentabilidad social, ambiental y económica, la empresa sigue pisando fuerte en el ecosistema agrícola uruguayo.

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