A veces, ante la necesidad de resolver problemas urgentes que aquejan el presente, las personas e instituciones postergan proyectos que buscan poner el foco en el mediano y largo plazo.
El sector arrocero atraviesa un ciclo negativo de precios y, sin embargo, una de las medidas en las que ha hecho hincapié específicamente, es en avanzar hacia la certificación del sector, en búsqueda de estar preparados para las exigencias de los mercados del futuro donde o bien pagan un sobreprecio por el mismo, o quizás no se podría acceder sin tener nuestro arroz certificado.
La 5ta edición consecutiva de la conferencia “Arroz: una marca país con desafíos crecientes”, realizada en Treinta y Tres y organizada por Rurales El País, Valor Agrícola, radio Carve y la propia Sociedad Fomento de Treinta y Tres, se refirió a los desafíos y las oportunidades de la certificación. La actividad fue un éxito, con más de 150 personas presentes que disfrutaron también de un cierre de lujo: Enrique Baliño y su exposición sobre “No + Pálidas: cuatro actitudes para el éxito”, reforzando el valor de una actitud positiva, de responsabilidad, de mejora continua y de trabajo en equipo. En definitiva, separar los problemas que se pueden resolver de los que no, pero que sí se pueden manejar, y mantener siempre la esperanza. En el sector agropecuario, produciendo a cielo abierto y capturando precios internacionales, lo anterior parece un mandato que hay que cumplir a rajatablas.
En la apertura de la actividad, Guillermo O´Brien, presidente de la Asociación Cultivadores de Arroz, dijo algunas palabras y expresó que se busca ir llegando a un sello de origen del arroz uruguayo, además de que el título de la jornada con la frase “desafíos crecientes” le calza perfecto todos los años al arroz.
“El concepto central del SRP es la forma de producción sostenible, dentro de un agro que debe cuidar cada día más cómo hace las cosas”, comenzó diciendo el Ing. Agr. Gonzalo Zorrilla, investigador con vasta experiencia y actualmente asesor del proyecto de arroz sostenible de ACA. “Lo queremos como productores, pero además la sociedad nos va marcando el paso”, indicó.
El Sustainable Rice Platform (SRP) surge en 2011, fundado por el IRRI con sede en Filipinas y la rama de ambiente de ONU, según comentó. “Pienso que el avance en estos conceptos es otro hito en la estrategia sectorial”, agregó.
Martín Fernández, asesor en certificación de cadenas agroforestales y quien hace dupla con Zorrilla en este proyecto para ACA, dijo que en el diagnóstico inicial visitaron 17.000 hectáreas de productores del este, centro y norte, donde el promedio marcó que ya se cumplían con el 80% de los puntos de los 41 requisitos agrupados en 8 capítulos del protocolo. Con más del 90% se accede a la certificación, por tanto, Uruguay sin hacer nada específico con este fin, ya está cerca de lograr la certificación. “Analizamos en qué puntos estábamos mejor y en cuáles peor, en salud y seguridad hay que poner más foco”, agregó.
La ACA va a liderar un plan piloto donde los productores podrán certificarse voluntariamente. “Serán 10.000 hectáreas a certificar con aproximadamente 20 productores. El 95% de nuestro arroz se exporta, estamos regidos por la demanda externa y esto es una gran oportunidad”, comentó la Ing. Agr. Cecilia Pattarino, gerente de la ACA. “Además, permite a los productores ordenarse porteras adentro”.
Además del plan de ACA hay otro coordinado por Casarone y Coopar, pero ambos se suman a un avance que lidera Saman desde hace algunos años.
“Saman lleva 15 años evaluando certificaciones de producto, buscando diferenciar nuestro arroz del de otros miembros del Mercosur”, comentó Carolina Zunino, coordinadora de laboratorios y gerente del grupo SRP de Saman. El año pasado la industria participó del congreso SRP en Tailandia como la primera empresa exportadora certificada de las Américas.
Para la certificación se puede avanzar en 3 modalidades: balance de masa, segregación o identidad preservada. En 2023/24 se hizo solo por balance de masa, al tiempo que en la última zafra se hizo en las 3 modalidades. En el primero de las 3, el arroz que ingresa como SRP no necesariamente sale como tal, en el segundo se separa entre los arroces certificados de los que no y en la identidad preservada es una trazabilidad total del producto, básicamente.
Saman hoy está trabajando con un grupo de 6 productores que alcanza las 10.500 hectáreas entre variedades Gurí y Merín. El molino tiene hoy 6 plantas certificadas, operando con 3 mercados de destino y con 2 más interesados.
“Podría pasarme media hora hablando de momentos donde el sector ha ido salvando escollos y posicionándose a nivel comercial, esta es otra, es buscar una solución adentro y es otra temática para encontrar razones en la integración del esfuerzo”, comentó Zorrilla.
Pattarino agregó que más allá de la propia mejora económica, el principal objetivo de la ACA es que la producción mejore, contribuir a una buena imagen del sector y acercar con información a quienes están lejos de él. “Cumplimos con los estándares SRP, pero Uruguay tiene mucho más para mostrar, es un desafío grande lograrlo a nivel país y mostrar la gran fortaleza del sector”.
Zunino comentó que ya en la última zafra se premió a los productores con 15 centavos de dólar por bolsa en el arroz certificado, con seguridad del 50% de la producción ya que el resto del premio depende del volumen comercializado. En la certificación se toman en cuenta temas como gestión agrícola, manejo de agua, suelo, nutrientes, plagas, cosecha y post cosecha, salud y seguridad, derechos laborales, entre otros. La forma de producir de nuestro país colabora, por eso Saman llegó rápidamente a las 100.000 toneladas certificadas.
“Hay un capítulo país que dice que aquellos que logren avanzar en la institucionalidad y gobernanza pueden llevar adelante el proyecto como país”, comentó Zorrilla, agregando que hay sobrados argumentos y publicaciones de INIA que documentan la forma de producir en Uruguay. “Quiero valorar que en nuestro país se estén haciendo estos esfuerzos con focos largos, a pesar de los problemas de corto plazo”, añadió.
Dentro del sector forestal, que tiene más de un millón de hectáreas y más del 90% están certificadas, Fernández dijo que tomó varios años salir del estándar internacional. “Hubo una iniciativa nacional de adaptar ese estándar porque hacíamos las cosas incluso mejor que cómo nos miraban” sostuvo, agregando que la batalla principal es el cambio cultural en la interna de las empresas, “pueden haber cosas que se hicieron de un modo desde hace 40 años pero eso tiene que cambiar, en el sector forestal por ejemplo no se entra de ninguna manera sin casco en el monte”, ejemplificó.
Para cerrar, Zunino dijo que Saman busca promover una producción de arroz más eficiente y responsable, donde el SRP colabora en lograr una cadena de arroz sostenible y competitiva.
Este proyecto en el que está embarcado el sector, con participación de la ACA y los molinos, así como la investigación, no solamente servirá para diferenciar aún más nuestro arroz y capturar los mercados con valores más interesantes, sino que será una excusa perfecta para mejorar aún más internamente, y con actitud positiva, responsabilidad y trabajo en equipo seguir buscando el éxito, tal como expuso Baliño.
Apoyaron: Dragur, ACA, Saman, Casarone, Adecoagro, Dambo, Corporación de Maquinaria, Barraca Erro, Interagrovial, Pertilco, Woslen, Lage y Cía, Cibeles, Fadisol, Vitalforce, Timac, Las Achiras, Ruta Ganadera, Surco Seguros, Banco República, BBVA, Santander, El Sauzal, Proquimur, Asinagro, Tranquera, Frigorífico Pando, San Jacinto y Banco de Alimentos.
Organizaron: Rurales El País, Valor Agrícola, Valor Agregado, radio Carve y Sociedad Fomento de Treinta y Tres.
