Publicidad

Nuevo logro contra la Fasciola hepática

Científicos uruguayos descubren bacteria asociada al parásito y a otras enfermedades

Ganado  vacuno,  ganado  hereford, vacas,  campo , Durazno, nd 20070531, foto Ariel Colmegna, Archivo El País
Ganado vacuno, ganado hereford, vacas, campo , Durazno, nd 20070531, foto Ariel Colmegna, Archivo El País
Archivo El País

Pablo Antúnez

Abriendo a futuro la posibilidad de fabricar nuevas drogas, vacunas o mecanismos de control, un grupo de científicos uruguayos logró completar la secuencia genética de la Fasciola hepática (saguaype). Más allá de este logro, encontraron una bacteria que está asociada al parásito, que es pariente cercana de la causante del churrido equino o enfermedad de potomac, y prima mas lejana de la responsable de la tristeza bovina (enfermedad transmitida por la garrapata).

La investigación que lleva más de cuatro años —encabezada por los Dres. José Tort, Gabriel Rinaldi (uruguayos radicado en Inglaterra), Pablo Smircich, Santiago Fontenla, Fernanda Domínguez, Nicolás Dell Oca y Carlos Carmona— surgió en el marco de un trabajo de colaboración con investigadores de Estados Unidos de la Universidad de George Washingtong, así como con otro grupo de Sant Luis y los datos logrados ya fueron publicados en la revista científica Plos Genetics, demostrando lo que el Departamento de Genética de la Facultad de Medicina y los uruguayos pueden hacer.

En el marco de la colaboración con los científicos estadounidenses, se mandó material biológico “para obtener parte del genoma del parásito, junto con otras muestras que ellos habían obtenido en Estados Unidos y empezamos a participar muy fuerte a partir del análisis de los datos”, explicó a El_País el Dr. José Tort, investigador del Departamento de Genética de la Facultad de Medicina. Una vez lograda la secuencia del genoma del saguaype, trabajo que se hizo en Estados Unidos, el equipo de uruguayos comenzó a colaborar con el análisis de los genes que aparecen en el parásito, en ver las funciones de esos genes y en determinar qué cosas son diferentes en el parásito y sus huéspedes respecto a otros parásitos (entre otros aspectos).

“Al mismo tiempo que nosotros estábamos trabajando en esto había otro grupo de investigadores que estaba trabajando en el Reino Unido y ellos lograron publicar el año pasado y por primera vez, la descripción del genoma de la fasciola hepática, a partir de muestras europeas”, contó Tort. El equipo de uruguayos confirmó luego parte de lo que los investigadores ingleses vieron: “lo que encontramos es que estos parásitos que viven en el hígado, que es un entorno desde el punto de vista nutricional muy rico, tienen algunas diferencias con otros gusanos planos que se habían estudiado anteriormente (ejemplo las tenias), que son todavía más restringidos. Esos parásitos utilizan el entorno rico que tienen en el hígado y tienen márgenes vinculados con captar otros nutrientes que están allí y usarlo”, dijo el experto de Facultad de Medicina.

Bacteria. La gran sorpresa (es lo que se publicó en la revista), es que estudiando el genoma del parásito, “encontramos algunas secuencias que no parecían provenientes del parásito y que parecían más provenientes de una bacteria”. Esa bacteria que está dentro del parásito fue encontrada en algunas muestras de saguaype de Estados Unidos y de Uruguay, no en las de Reino Unido. “La bacteria no sería esencial a la vida del parásito, porque algunos parásitos la tienen y otros no. Lo interesante es que ocurre acá y también en Estados Unidos o que ocurre normalmente en las Américas, porque en los datos de Inglaterra no hay ninguna evidencia de esa bacteria”, admitió Tort. La investigación local confirmó que esa bacteria está asociada a a la enfermedad del potomac, y es prima más lejana de la responsable de la tristeza bovina (enfermedad transmitida por la garrapata). “Esa enfermedad (potomac) existe en Uruguay, es conocida en la zona de Laguna Merín y se conoce como chirrido. Hay un grupo de investigadores de la Dirección de Laboratorio Veterinario “Dilave Miguel C. Rubino”, filial Treinta y Tres que estuvieron trabajando en eso hace años”, contó Tort.

A su vez, explicó que esa bacteria es parienta más lejana de otra bacteria de anaplasma, que está asociada a las garrapatas y a la enfermedad de la tristeza bovina, que se transmite a través de garrapata, otra enfermedad complicada para la ganadería uruguaya.

La Meta. Tort y el equipo de investigadores sostienen que el descubrimiento de esta bacteria abre la puerta para encontrar nuevos mecanismos de control, vacunas o formas de bloqueo del parásito.

“Si la Fasciola hepática precisa distintos aminoácidos porque no los puede fabricar, las proteínas que incorporan esos aminoácidos pueden ser un acto de droga. Si nosotros logramos bloquear el mecanismo que tiene el gusano para absorber esos nutrientes que le son esenciales, estamos bloqueando el gusano”, explicó el científico. Por eso, conocer el genoma del parásito abre la puerta a conocer distintos blancos para generar, en un futuro, posibles drogas o nuevas vacunas.

En Uruguay no hay datos precisos sobre las pérdidas económicas que causa la Fasciola hepática en la ganadería uruguaya, además de ser una zoonosis importante (la enfermedad afecta al hombre).

En el mundo se maneja que causa pérdidas económicas cercanas a US$ 3.000 millones anuales. En Suiza hay estudios que establecen pérdidas de 52 millones de euros y en otros países como Turquía genera pérdidas por US$ 43.000.000 al año. En Uruguay, el estudio técnico realizado en Salto, donde el parásito tiene una presencia importante, mostró una prevalencia superior al 50% del ganado. A su vez, la segunda auditoria de calidad de carne (INAC-INIA/ 2007/08) mostró que el 46% de los hígados obtenidos en la faena eran decomisados, perdiéndose mucho dinero.

Guillermo Crampet

Publicidad

Publicidad