El integrante del Centro Médico Veterinario de Paysandú dijo que “se está gastando mucho dinero en la brucelosis y venimos de atrás” , y que para combatir la garrapata se necesita un “sinceramiento” de la profesión y el MGAP.

Artía: “Por 1ª vez, y por ley, se formará un colegio veterinario que tendrá un comité de ética que juzgará el funcionamiento de la profesión y sus normas éticas”.
Martín Olaverry | olaverry@gmail.com
- ¿Cómo analiza la campaña contra la brucelosis que se realizó en Paysandú?
- Dentro de Paysandú la situación de la brucelosis es bien particular y con normativas especiales de acuerdo con las últimas experiencias que obligó a tomar medidas de exigencias de sangrado y un plan de vacunación obligatoria en el departamento. Eso ha dado buenos resultados: de los 86 focos que teníamos en 2017, con 39 abiertos en ese año, ha venido bajando progresivamente y estamos con 40 focos; de los cuales cuatro se abrieron este año. Si bien hubo dificultades en la implementación de los sangrados y la obligatoriedad de la vacuna, ha sido más difícil, ya que hay categorías, como las preñadas, que tienen una ventana más chica de vacunación para su posterior movilización.
- En base a esa experiencia, ¿considera necesario que se obligue la vacuna a nivel país?
- Desde siempre hemos estado a favor de la vacunación y solicitamos que sea obligatoria en las terneras. Creemos que sería una medida muy beneficiosa porque estamos convencidos y está demostrado que cada vez que se aplica la vacuna de forma rigurosa se han controlado y disminuido los focos. En Paysandú vemos con satisfacción la reducción y la mejora, pero en otros lados se disparó. En Río Negro, que históricamente habían 5 a 6 focos, en noviembre tenían 13 y el último informe de marzo registró 23. Ese tipo de multiplicación rápida demuestra que venimos atrás de la brucelosis. En Artigas hay 17 focos, en Tacuarembó 13 y a nivel país 166. Venimos atrás, y si implementamos una obligatoriedad a las terneras, como se está pidiendo desde el año 2000, hoy no estaríamos hablando de la brucelosis. Estoy convencido de eso, más teniendo en cuenta que puede ser una vacuna perfectamente habilitable por el SNIG y que no se permita mover ninguna ternera que no esté en los registros de vacunación.
- ¿Desarrollar planes puntuales, como sucedió en Paysandú, genera mayor dificultad?
- Implica una complicación y un costo muy grande: todos los movimientos tienen que ser sangrados y vacunados, hay que tocar las preñadas para ver si están o no, vacunar o no dependiendo de eso, hay que certificar la preñez y más. Son todos costos que resultan pesados para el productor, y más cuando éste es chico. Lo mata y complica la instrumentación. Se está gastando mucha plata en la brucelosis y desgraciadamente siempre estamos en un 1% de prevalencia a nivel país. Hace 20 años que hablamos que no podemos dejar de estar en la etapa de erradicación, estamos en un control hacia la erradicación. Y se dice que en la etapa final, en la detección de los últimos casos, siempre implica dedicar más recursos, me parece que el país no está como para otorgar más recursos para de una vez por todas erradicar los focos restantes que se pasan escapando. Siempre de atrás, la única herramienta para estar por delante es tener a las terneras vacunadas, el costo beneficio es enorme, hay que gastar US$ 5 a lo largo de la vida del animal.
- ¿Cómo monitorea el control general de la garrapata?
- Es una situación complicada. La garrapata aparece, no es un descontrol pero permanentemente se está encontrando. Hay dos problemas: uno son las forestales que dificultan el control de la garrapata, a veces quedan animales sin traer porque no se pudieron encontrar en el momento de la juntada para hacer los tratamientos. Es una dificultad y una falla. Con las forestales tenemos problemas de instalaciones. Otro problema son los animales en la calle, es una dificultad histórica a la que no hay una solución definitiva. Eso hace que la garrapata tenga una presencia permanente.
- ¿Cómo es el trabajo de la profesión para lograr ese control?
- Es importante remarcar que en la profesión no terminamos de cumplir con nuestras obligaciones. El Ministerio de Ganadería (MGAP) hizo un control en una zona y detectó que el 60% de los movimientos no tenían despacho de tropa y en un montón de lugares se sellaban las guías sin pedir el despacho. En Paysandú hay 13 focos declarados activos de garrapata y en la profesión no estamos haciendo denuncias.
- ¿A qué responde eso?
- Hay cosas que son costumbres, desde que me recibí algunos colegas mayores me decían que la garrapata no se denuncia. A ese tipo de cosas nos acostumbramos a pesar que está en la Ley. Hoy en día, se viene el Colegio Veterinario y está claro que la garrapata es una enfermedad de denuncia obligatoria, habrá un Tribunal de Ética que podrá recibir denuncias en el caso que la garrapata esté en un establecimiento y no haya sido declarada como se debería. Ese tipo de faltas tenemos que eliminarlas definitivamente para evitar problemas más importantes. Es un tema que preocupa, al igual que los residuos.
- ¿Cómo se trabaja para evitar los residuos en carne?
- Hay bastantes problemas con los tratamientos, muchas veces porque se realizan mal, y otras veces a causa de la resistencia que está detectada en la mayoría de los productos. Al haber presencia de garrapata y resistencia, hace que los tratamientos se multipliquen y se hagan de forma inadecuada. Y menciono un ejemplo: para los envíos a faena en muchos casos utilizamos el certificado con presencia de garrapata como un salvoconducto, porque muchas veces va sin garrapatas pero se quieren evitar sanciones. Es preferible que los animales vayan con garrapata y no con residuos de garrapaticidas. Entonces, para permitir embarcar en zonas complicadas es preferible el uso del certificado con presencia de garrapatas y no enviar animales con residuos por tratamientos. Esa herramienta, que incluso fue un punto de partida del Centro Médico Veterinario de Paysandú, terminó siendo mal usada porque muchos colegas envían el cien por ciento de los ganados con certificados para no correr riesgo de multas, en el caso de no estar seguros de que haya o no garrapata, ya que no siempre se puede revisar bien el ganado debido a los problemas que anteriormente mencioné. Al mismo tiempo, también sucede que si envío un certificado por garrapata el MGAP tampoco realiza el seguimiento en el predio, lo que debería funcionar como denuncia no funciona. Con esto digo que todos tenemos muchos deberes por hacer, entre ellos reconocer que no estamos cumpliendo con las obligaciones. La profesión tiene sus problemas, el MGAP los suyos, y realmente se debería replantear la campaña y determinar el mejor camino para seguir. Se necesita un sinceramiento.
- ¿Cuándo son las elecciones del Colegio Veterinario?
- Por primera vez, por Ley, se va a formar un Colegio Veterinario con elecciones de todos los veterinarios del país que están obligados a votar. Las primeras serán luego de las departamentales, todavía no está definida la fecha. La elección estará regida y monitoreada por la Corte Electoral. Se establecerán mesas regionales y nacionales, como también un Tribunal de Ética a nivel nacional que juzgará el funcionamiento de la profesión y sus normas éticas. Será bien importante para que la profesión tenga un pronunciamiento. Hasta el momento hay solo una lista, que se llama “Compromiso Veterinario” y tengo la oportunidad de encabezar, pero estimo que van a surgir más.