
El índice de precios de los alimentos de la FAO registró un promedio de 130,1 puntos en julio de 2025, lo que supone un aumento de 2,1 puntos (un 1,6 %) desde junio. Si bien los índices de precios de los cereales, los productos lácteos y el azúcar disminuyeron, se vieron compensados por la subida de los índices de la carne y los aceites vegetales.
En general, el índice se ubicó 9,2 puntos (un 7,6 %) por encima de su nivel de julio de 2024, aunque se mantuvo 30,1 puntos (un 18,8 %) por debajo del nivel máximo alcanzado en marzo de 2022.
El índice de precios de los cereales de la FAO se situó en un promedio de 106,5 puntos en julio, es decir, 0,8 puntos (un 0,8 %) menos que en junio y 4,2 puntos (un 3,8 %) menos que en julio de 2024. A su vez, subieron los precios mundiales de la cebada y el maíz para la exportación, mientras que bajaron los del sorgo y el trigo.
La abundante oferta estacional derivada de las cosechas de trigo de invierno en curso en el hemisferio norte ejerció una presión a la baja sobre los precios; sin embargo, las condiciones inferiores al promedio del trigo de primavera en algunas partes de América septentrional, sumadas a la reticencia de los agricultores a vender en Europa y en la región del Mar Negro, les prestaron cierto apoyo.
El escaso interés de venta de los agricultores también repercutió en los precios internacionales del maíz, al igual que lo hicieron las condiciones secas en Europa oriental, partes de Ucrania y la reducción de las disponibilidades exportables en la Argentina y el Brasil, como consecuencia de los impuestos a la exportación y el fortalecimiento de la demanda interna, respectivamente.