Cra. Mercedes Gómez Morales Directora EStudio Nopitsch & Asoc. | mercedes.gomez@estudionopitsch.com
En esta ocasión nos pareció interesante repasar para aquellos productores agropecuarios que liquidan el IRAE en forma Real el impacto que tendría la volatilidad que han mostrado los precios del ganado bovino, en la Renta Bruta de semovientes, y como se puede ir evaluando el impacto de cara al 25 de octubre, que es el vencimiento del pago y presentación de la Declaración Jurada de IRAE Agropecuario.
Esta zafra comienza con precios del ganado bastante inferiores a los del año pasado. En el año 2022 se alcanzaron las mayores cotizaciones de la historia, superando los USD 5 el kilo de carcasa de novillo y los USD 3 el kilo de los terneros. Si bien era de esperar que estos precios volvieran a valores más cercanos al promedio, eso no sucedió, llegando a cotizaciones muy bajas, que no se veían desde fines del 2020.
El tipo de cambio tampoco ha ayudado, llegando a valores hasta 4 pesos por debajo del promedio del primer semestre del 2022, haciendo aún más compleja la situación.
IRAE Real: Renta Bruta de Semovientes.
Recordemos que en grandes líneas podemos decir que la liquidación del IRAE real implica la aplicación de la tasa del 25% sobre el resultado fiscal, ingresos menos gastos, aplicando la normativa fiscal, lo que implica analizar la tributación de la contraparte y que los gastos estén debidamente documentados. A su vez, debemos considerar ciertas restricciones en la deducción de ciertos gastos y deducciones incrementales en otros, así como la renta bruta de semovientes, siendo este ajuste en particular el que comentaremos hoy.
La renta bruta de semovientes resulta de deducir a las ventas el costo de las mismas. Dicho costo es igual a la existencia inicial más las compras del ejercicio menos la existencia final. La existencia inicial y la final se valúan a “precios en plaza” de fin de ejercicio para cada categoría de semovientes, atendiendo lo declarado en la Declaración Jurada de Dicose.
Los “precios en plaza” son fijados por la Administración Fiscal cada año con el asesoramiento del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, los valores para este año ya fueron publicados.
Los precios de DGI siguen la misma tendencia que los valores de mercado (en concreto este año experimentaron una baja del entorno del 30% para la mayoría de las categorías, sin considerar los toros de pedigré (ganado carne) que variaron en el entorno del 7% en USD).
Es importante remarcar que por la forma de cálculo de la RBS la empresa no va a tener una pérdida por la baja de valores de ganado de una misma categoría. De forma inversa, el año pasado cuando los valores subieron no se reconoció una ganancia fiscal por este concepto.
La definición que hay detrás de la renta bruta de semovientes es de capital operativo, no financiero, es decir, la empresa va a tener un resultado positivo si tiene un número mayor de cabezas de ganado o si al cierre tiene ganado de una categoría más valiosa. No va a tener un resultado por el aumento de precios del ganado, ni por la baja, dado que la existencia inicial y final se valúan a los mismos valores, con la excepción de las compras y ventas donde los valores a considerar son los de las respectivas transacciones.
Entonces, se debe atender la situación particular de cada explotación para analizar el resultado fiscal derivado de la Renta Bruta de Semovientes dado que el mismo en general va a ser superior al que resulte de la contabilidad.
Ejemplos.
Para bajar a tierra lo dicho anteriormente, manejemos un ejemplo; empresas de ciclo completo, donde hubo cambio de categoría. Contablemente al inicio (julio del 2022) tenía el ganado, supongamos categoría de novillo gordo a USD 5, y al cierre (junio del 2023) a USD 3,5, reconociendo contablemente una pérdida de 1,5 USD por kilogramo; sin embargo, fiscalmente la RBS implica reconocer la existencia inicial y final a los mismos valores, con lo cual no habría resultado, salvo el ocasionado por cambio de categoría que sería una ganancia.
Si la empresa hubiera realizado alguna venta, los precios de venta a considerar son los mismos contables y fiscalmente, con lo cual el efecto sería el costo de venta, donde como comentamos anteriormente contablemente habría quedado a valores históricos la compra (USD 5) y fiscalmente a valores en plazas de DGI del cierre de ejercicio. Vemos que es bien diferente el resultado contable del fiscal, debido a la forma de valuación de la existencia inicial; mientras contablemente se valúa a valores históricos, fiscalmente se valúa a valores de DGI “en plaza de cierre de ejercicio”.
Con esto, lo que queremos dejar claro es que este es un ajuste muy particular, para cada tipo de explotación, con lo cual, es recomendable realizar el cálculo de la renta bruta de semovientes del ejercicio que finalizó en junio del 2023 apenas se cuenta con los valores fiscales.
Reproductores machos de pedigree- activo fijo
Nos interesa comentar que los reproductores machos de pedigree y puros por cruza, utilizados como tales podrán ser avaluados de acuerdo al sistema aplicable para el activo fijo. Pudiéndose valuar de acuerdo a los siguientes métodos:
a) Costo de adquisición o producción;
b) Costo en plaza. El mismo resultará del valor que fijará la Dirección General Impositiva con el asesoramiento del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, atendiendo a los valores en plaza.
Si el contribuyente estimara que los valores fijados no son representativos para sus reproductores, podrá solicitar la revisión de los mismos ante el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, aportando los elementos que avalen su petición.
En caso de considerar a los reproductores como parte del activo fijo se debe revaluar y amortizar, siendo la vida útil estimada de 5 años.