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Miradas sobre la ganadería

Ante la baja en los precios agrícolas, la ganadería se reafirma como sostén, en especial en los sistemas agrícola-ganaderos

Nicolás Lussich.jpeg

El precio de los ganados frenó la baja que transcurrió en las semanas previas y los negocios se concretan a mejores valores ahora, un escenario alentador para los productores. En buena medida, el cambio de tendencia responde a mejoras en el mercado externo, con aumentos en los precios en China y la UE, que se suman a la firmeza que ya viene mostrando el mercado en EEUU.

De tal manera que el precio promedio de la tonelada equivalente carcasa en las últimas 4 semanas superó los 4.330 dólares, un máximo en más de un año, y con interesantes volúmenes. Y hay indicios de que el mercado se mantendría firme en los próximos meses, a juzgar por las perspectivas de demanda y los mejores precios a los que están accediendo otros países claves del mercado global, como Brasil.

Para los sistemas de producción un mejor escenario ganadero es muy relevante, en especial considerando que los precios de los granos han bajado a niveles mucho más modestos que en años previos, en particular la soja. Los mercados van y vienen, pero para el agro uruguayo -siempre expuesto a esos vaivenes- es relevante contar con un sector ganadero con proyección auspiciosa. En los establecimientos donde conviven granos y carnes (una porción muy importante del total) tiene impacto directo para compensar los menores ingresos agrícolas. Y a mediano y largo plazo, puede motivar cambios en los sistemas, aunque esto no es de un día para el otro y no siempre se justifica.

faena vacunos

La mejora en las perspectivas ganaderas va más allá de la coyuntura de mercados. La productividad del sector ha aumentado notoriamente en los últimos años, tanto en la cría como en el engorde, y se han abierto mercados (aún con restricciones), que suman nuevas oportunidades de dar más valor a los cortes exportados. Si bien Uruguay no ha logrado grandes acuerdos de libre comercio, ha avanzado en algunos casos puntuales que suman al negocio general.

En la reciente actualización del anuario de INAC (ciclo 2023-2024) se exponen las tendencias de fondo que, en el correr de los años, se han expresado en algunos de los parámetros de productividad. Por ejemplo, en el aumento en el peso medio de las cabezas faenadas, que pasó de menos de 270 a casi 288 kg/cabeza en 4ta. balanza para los novillos y de algo más de 220 a casi 244 kg/cabeza en 4ta. balanza para las vacas (gráfica). Y esto se logró faenando ganado cada vez más joven. En las hembras, con el aumento de la proporción de vaquillonas en la faena, en los machos con una caída fuerte en la faena del ganado más adulto. En los últimos 10 años la faena de novillos de 6 y 8 dientes bajó de 52% a 32%. Esto, obviamente, no solo implica una mayor eficiencia del proceso productivo, sino también en la calidad promedio de la carne producida.

Esto refleja mejoras en la genética y en el plano nutricional. El uso de concentrados se ha generalizado, tanto en cría, recría y engorde, y esto más allá del rol de los feedlots, establecidos de manera permanente, que también ha aumentado. De tal manera que hoy por hoy el consumo de granos forrajeros (en especial maíz) tiene en la ganadería su principal actor a nivel del mercado doméstico. En buena medida esta mejora en la dinámica y en la productividad ganadera han sido un estímulo para la propia producción de maíz, junto con la lechería y la avicultura.

precio novillo

Y -como decíamos- el escenario sectorial es auspicioso, con el precio de la haciendo gorda mejorando y superando el promedio histórico (gráfica). Por supuesto, quedan lejos los valores inauditos del 2022, producto de una circunstancia totalmente excepcional. Pero medidos en dólares, los precios son buenos a muy buenos. El problema sigue siendo el costo interno: cuando se hace el cálculo en valor real (deflactado por IPC) el precio del ganado gordo recién ahora se está alejando de los mínimos históricos y se acerca a los valores promedio del período 2010-2015.

Los datos anuales del INAC son particularmente importantes porque en un sector como la ganadería las evaluaciones de fondo se deben hacer considerando plazos largos, más allá del interés y de lo que se juega con variaciones semanales o mensuales. En este sentido, es siempre importante recordar que la liberalización del sector (que se inició en los 90 y fue en etapas) es un fundamento básico para este desempeño. Fueron y son claves la liberalización de la exportación en pie, por ejemplo, así como -hace ya muchos años- la liberalización de medidas de regulación del mercado interno que hoy lucen insólitas.

carne vacuna

Y todo proceso de liberalización genuino tiene que ser de ida y vuelta: hoy, casi 1 de cada 4 kilos de carne vacuna que se consumen en el mercado local, es carne importada, principalmente desde Brasil y Paraguay. Esto tiene el doble efecto de hacer más accesible la carne a la población y de “liberar” más producción local para la exportación; todos ganan.

Por si fuera poco, la ganadería en base a pasturas, como la que se realiza en Uruguay, es de los sistemas más amigables con el ambiente y más biodiversos. Con esfuerzo, el sector -a nivel global y local- va contestando las críticas sin fundamento que se plantearon no hace mucho en este plano; hay que seguir por ese camino.

Hasta el 25 de octubre, fecha de la declaración jurada, los productores agropecuarios deben analizar si están en condiciones de optar por Imeba

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