Los operadores del mercado de exportación en pie están participando activamente de la demanda, no solamente por terneros, sino también por hembras, y los datos de solicitud de exportación informados por Aduanas para agosto lo confirman. Todo indica que la exportación en pie se mantendrá fluida en los próximos meses, impulsada -como casi siempre- por Turquía. Será una pata fundamental de la demanda para la numerosa generación que está naciendo en estos momentos.
Las cuarentenas de los exportadores están llenas, lo que está indicando que en las próximas semanas la salida de animales seguirá siendo fluida. De acuerdo con los datos de solicitudes de exportación, en agosto figuran 53.287 cabezas, la mayor cantidad mensual desde diciembre de 2018, momento pico para los embarques en pie desde Uruguay, cuando se superaron las 400 mil cabezas anuales.
Actualmente, las exportaciones de vacunos en pie oscilan en las 300 mil cabezas anuales, una cantidad elevada y por encima de lo que se puede considerar una cantidad de equilibrio que no tiene un impacto significativo sobre la oferta futura de animales a faena, que son unas 200 mil cabezas por año.
Lógicamente, este hecho preocupa a la industria frigorífica, ya que los terneros o vientres jóvenes que salgan vivos por la frontera ahora, será oferta a faena futura que no va a estar, reduciendo el potencial de actividad industrial. El sector frigorífico tiene un argumento de peso al momento de manifestar su malestar con la exportación en pie, y es que Turquía tiene aranceles prohibitivos para la importación de carne, por lo que no se les permite competir con la demanda de este mercado.
Sin embargo, la exportación en pie le ha hecho mucho más bien que mal a toda la cadena cárnica, incluyendo a la industria, dado que en el largo plazo -como se deben mirar las tendencias en la ganadería- la producción de terneros ha crecido de forma significativa. Antes de que a mediados de los años de 1990 -bajo la administración de Lacalle Herrera, con Álvaro Ramos de ministro de Ganadería- se liberara la exportación de ganado en pie, en los años buenos apenas se superaban los 2 millones de terneros destetados. Veinte años después en los años buenos se superan los 3 millones, un aumento del 50%. Por supuesto, no es la única variable que permitió la expansión de la cría, pero es una de las más trascendentes, al darle al sector criador -el que no puede trasladar hacia atrás los precios de los años malos- la tranquilidad necesaria de que, si la demanda interna no tracciona, tendrá la posibilidad de colocar su producción en el mercado internacional. No puede caber ninguna duda que esto significa un gran aliciente al momento de decidir la cantidad de vacas a ser entoradas y de definir las inversiones necesarias para que una elevada proporción de estas quede preñada.
Hay un hecho significativo y positivo en las exportaciones en pie a Turquía en los últimos tiempos, que es la diversificación de las categorías que demanda. Cuando se alcanzaron los mencionados picos de 2017/18, la categoría excluyente era la de terneros enteros. Esto repercutió fuertemente en la oferta de novillos a faena. El ejercicio 2019/20 fue el único de los últimos 10 en el que la faena no llegó a los 2 millones de cabezas. Ahora, en cambio, hay una diversificación de la demanda desde Turquía que comenzó a incluir novillos formados desde el año pasado y que ahora también incluye vientres. La exportación estuvo activa en la demanda por vaquillonas preñadas y sigue interesada en terneras de 180 a 250 kilos de la raza Aberdeen Angus. Por supuesto, también está interesada en terneros. “Hay más demanda que oferta por terneros en estos momentos”, comentó un agente vinculado a la exportación en pie.
De las más de 53 mil cabezas que figuran como solicitud de exportación en agosto, 60% son hembras, en tanto que los terneros sumaron 21.300. De hecho, fueron menos terneros que en julio, cuando los registros de Aduanas indican que se embarcaron 31.537 machos a Turquía.
Anteriormente, cuando había diversificación de las categorías exportadas en pie era porque aparecían otros países de destino, caso fundamentalmente China, que ha comprado vientres tanto de razas lecheras como carniceras. Pero el país asiático casi no figura últimamente. Lo último que llevó fueron 4.000 vientres en agosto del año pasado.
Es saludable que la demanda de Turquía no se restrinja a terneros y se incluyan otras categorías, dado que el impacto sobre la oferta futura de novillos a faena va a ser menor.
La expectativa es que la demanda de la exportación en pie se mantenga fluida en los próximos meses. Suele darse un parate, o al menos una disminución del ritmo, entre diciembre y enero, pero luego se supone que volverá a operar con fluidez. Será una pata fundamental de la demanda por terneros de la generación 2024 que, con toda seguridad, será la más numerosa de la historia, oscilando entre 3,1 y 3,2 millones de cabezas. Para mantener a los criadores incentivados a mantener la inversión en la cría será clave que el precio de los terneros no sufra el impacto de una oferta voluminosa.