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Poca lluvia y menos precio del ganado

En el mercado ganadero sigue el ajuste de precios, aunque el aumento del ganado en Brasil y las posibilidad de exportar en pie (tanto a Brasil como en negocios de ultramar) le estarían ya poniendo un piso a los valores, tanto en el mercado de ganado para faena como en la reposición

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Las lluvias del miércoles atenuaron el déficit hídrico en algunos puntos del país, pero no alcanzaron para revertir la situación general de preocupación. Un solo episodio de lluvia difícilmente puede hacerlo. Se espera otro evento de precipitaciones para los primeros días de diciembre, que podría moderar un escenario cada vez más complicado. En el mercado ganadero sigue el ajuste de precios, aunque el aumento del ganado en Brasil y las posibilidad de exportar en pie (tanto a Brasil como en negocios de ultramar) le estarían ya poniendo un piso a los valores, tanto en el mercado de ganado para faena como en la reposición. De todas formas, cerrar negocios de ganado para el campo es difícil, pues se han alejado las “puntas” y muchos vendedores pretenden precios que no se dan en el mercado. En el gordo, el novillo ya opera en el rango entre 2,80 y 2,85 U$S/kg, mientras las vacas se mueven en el eje de 2,55 U$S/kg. En pocas semanas los precios perdieron más de medio dólar por kilo. Las entradas siguen largas y los frigoríficos suman negocios de ganado que llega desde los corrales, muchos para la cuota 481, lo cual también acota la demanda de ganado gordo de campo. 

En cuanto al panorama agrícola, los precios internacionales y locales siguen firmes. Las lluvias pueden viabilizar -en algunos casos puntuales- las siembras de soja, que están muy atrasadas por la falta de agua. Las siembras de primera se “pegan” a las de segunda y hay mucha incertidumbre sobre la concreción efectiva de áreas. El escenario de precios fundamentaría un avance de la superficie agrícola, aunque sea moderado, pero el déficit hídrico puede hacer retroceder esa intención y derivar en áreas iguales o menores a las del año pasado. 

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Algunos productores han decidido -de todas formas- avanzar con las siembras, aun con las chacras secas, a la espera de algún episodio de lluvias que permita viabilizar la emergencia del cultivo Luego, a cruzar los dedo y que llueva en el inicio del ciclo. La soja es un cultivo con flexibilidad para sortear períodos secos, si es que no son muy agudos y caen fuera de las etapas más críticas de definición de rendimientos. 

Las cosechas de cereales de invierno -trigo y cebada- están bien en el sur, con algunas chacras de alta productividad, pero en el litoral centro y norte caen, con casos de rindes muy pobres por la falta de agua. En colza la zafra es buena, aunque hubo algunos daños por heladas y también problemas de falta de agua en las zonas con menos lluvias. Los precios siguen firmes, incluso para los lotes de trigo y cebada que no cumplen calidad y van a uso forrajero. Para soja, los valores están en máximos de casi 6 años; solo falta que llueva para aprovecharlos. La Niña tiene la última palabra.

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