El pasado viernes 6 de diciembre se cerraron, en la sede del Mercosur en Montevideo, las históricas negociaciones entre este bloque y la Unión Europea (UE), luego de más de 20 años de intentos. En la reunión estuvieron presentes la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto a los mandatarios de los países miembros del Mercosur: Luis Lacalle Pou (Uruguay), Javier Milei (Argentina), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil) y Santiago Peña (Paraguay).
El acuerdo promete ser un hito para el comercio entre ambas regiones, particularmente en el sector agroindustrial, y representa una oportunidad significativa para los exportadores de carne bovina. Sin embargo, también plantea desafíos técnicos y políticos para su implementación.
Con una población de 450 millones de personas, la UE es la segunda mayor economía global, aportando el 17% del PIB mundial. En términos de comercio de carnes, representa el 6% de las importaciones mundiales de carne bovina y el 21% de carne ovina. Para Uruguay, el bloque europeo es el tercer mayor mercado de carne bovina, absorbiendo cerca del 15% del valor exportado por el país.
Una de las principales trabas para aumentar las exportaciones uruguayas a la UE han sido los elevados aranceles. El nuevo acuerdo busca derribar esas barreras y ampliar el acceso, haciendo de este tratado un elemento clave para los sectores productivos.
Los términos del acuerdo
El tratado prevé libre comercio para más del 90% de los bienes, mientras que los productos considerados sensibles tendrán acceso regulado mediante cuotas específicas. En el caso de la carne bovina, el acuerdo establece dos medidas principales:
- Eliminación del arancel de la cuota Hilton:
Actualmente, los países del Mercosur pagan un arancel del 20% para exportar carne bajo esta cuota. Con el acuerdo, dicho arancel será eliminado, generando un ahorro estimado en USD 14 millones para Uruguay y USD 100 millones para el Mercosur. Argentina, con una cuota mayor, será el principal beneficiado. - Creación de una nueva cuota:
Se introduce una cuota de 99.000 toneladas peso canal con un arancel intracuota del 7,5%. Esta nueva cuota tiene características específicas: el 55% de la carne debe enviarse enfriada y el 45% congelada, y no hay restricciones sobre el tipo de alimentación del ganado. Este acceso, valorado en más de USD 600 millones para el Mercosur, se implementará de forma escalonada en cinco años.
Desafíos técnicos y políticos
El acuerdo no contempla flexibilizaciones en los requisitos sanitarios, ambientales o de sostenibilidad. Los países del Mercosur deberán cumplir con estándares estrictos en áreas como no deforestación y bienestar animal, aspectos donde los productores uruguayos tienen experiencia, pero que requieren inversión y esfuerzo constante.
En el plano político, Francia ha liderado las críticas al acuerdo, argumentando preocupaciones sobre la competencia desleal y el impacto ambiental. Para bloquear el tratado, necesitaría sumar a otros tres países con al menos el 35% de la población de la UE. Alemania y España han mostrado su apoyo, mientras que Italia, con el 13% de la población, se perfila como un actor clave en la votación.
Próximos pasos
La aprobación del acuerdo requerirá pasar por varias etapas en la UE, incluyendo la revisión legal, la aprobación en el Consejo por mayoría calificada y, finalmente, la ratificación en el Parlamento Europeo. Una vez completados estos pasos, los países del Mercosur deberán cumplir con sus propios procedimientos internos para que el tratado entre en vigor.
Si bien el proceso podría tomar años, este acuerdo marca un avance significativo en las relaciones comerciales entre ambas regiones. Para Uruguay, el desafío será capitalizar las oportunidades que ofrece este tratado mientras se prepara para cumplir con las exigencias que plantea el mercado europeo.