
Las condiciones del mercado ganadero son excepcionales y las perspectivas del mercado internacional y doméstico muy favorables. Por si le faltaba algo a este combo positivo, las lluvias de la última semana —más allá de estragos que pueda haber causado el temporal, y demoras en las cargas y movimiento del ganado—, justo en las puertas de la primavera, aseguran un muy buen perfil de agua en el suelo en el momento que más se precisa para la producción de forraje.
En este contexto, no es de extrañar que los precios de la hacienda a faena y los de todo el complejo ganadero tiendan al alza. Los novillos especiales de exportación terminados en pasturas, que hay que ser Sherlock Holmes para encontrarlos porque su oferta es mínima, se pagan a US$ 5,20 el kilo carcasa. El rango para los buenos novillos gordos va de US$ 5,10 al mencionado US$ 5,20. Para las vacas se pagan US$ 4,95 si sus carcasas son de más de 240 kilos y la base para las gordas es de US$ 4,80. En el caso de las vaquillonas, ya superaron los US$ 5,00 y las mejores llegan a US$ 5,10 el kilo carcasa.
Las expectativas siguen siendo favorables, con Estados Unidos y Europa como motores del mercado internacional, China obligada a acompañar y precios internacionales que siguen al alza a pesar de los volúmenes récord de exportación de los dos principales proveedores del mercado internacional.
A eso se suma un mercado interno con una oferta escasa, fundamentalmente al quedar atrás la ventana de producción para la cuota europea 481, que lleva a la industria a tener que competir férreamente para hacerse de materia prima. Los números industriales se aprietan (eso dice el indicador del Novillo Tipo que confecciona el INAC) y los de los invernadores mejoran.
Como si fuera poco, también es muy favorable para la oferta la situación del mercado ovino, con una demanda más generalizada (retornaron Frigocerro y Somicar) y una oferta escasa.