El actual director de los Servicios Ganaderos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, es médico veterinario, recibido durante la década de los 90. Posteriormente comenzó a trabajar en la Estación Experimental Mario A. Cassinoni de Paysandú. En el año 2006, fue convocado por el Ministerio de Ganadería, en un trabajo destinado a capacitar a los veterinarios que habían ingresado recientemente a la cartera, donde dos veterinarias capacitadas en ese momento, hoy tienen cargos de relevancia en esta cartera. También tuvo un paso por por la Unidad de Planificación, lugar donde se mantuvo hasta la última designación. En la siguiente charla, repasa su visión acerca de la problemática sanitaria que le genera mayor preocupación a la actual administración: la garrapata, parásito con el cual no se pretende ser flexible y se ha encaminado un trabajo para el desarrollo de una vacuna.
—¿Cómo visualiza la situación actual de la garrapata?
—Es compleja, porque así lo manifiestan los reportes, y es lo que nos dice la gente en cada salida al interior, donde el problema está muy presente tanto en el norte, así como también en parte del este. Es una situación que se viene arrastrando desde hace muchos años, y no le hemos podido encontrar la vuelta. No atribuyo responsabilidades únicas en esto, creo que todos los actores de la cadena cárnica hemos cometido algunos errores, como por ejemplo el mal uso o el uso reiterado de algunas drogas, lo cual terminó generando resistencia por parte del parásito. Además tenemos al clima, y el famoso cambio climático, que ha hecho que haya condiciones más proclives para el desarrollo del parásito, por ejemplo ahora estamos cerca del invierno y no hemos tenido heladas. A este tema no lo tiene que encarar solo el Ministerio de Ganadería, hay que interactuar con otros sectores.
—En la política de este Ministerio de Ganadería, ¿hay lugar para una flexibilización o convivencia con la garrapata?
—En principio la flexibilización no ha contribuido a un mejor control de la enfermedad, incluso se han generado otros problemas, entonces hay que rever eso. En una primera etapa hay que buscar el control de la enfermedad, lo que sería algo razonable a nivel global, la erradicación no va a ser posible en el corto y en el mediano plazo, si llega a ser posible llegar a una etapa de erradicación sería espléndido, pero tampoco podemos plantear objetivos muy ambiciosos, hay que ser realistas.
—Ya que no se pretende una flexibilización, ¿se van a revertir las medidas que tomó la administración pasada donde por ejemplo se permitió la venta de animales con garrapata viva en ferias ganaderas y el envío de animales con garrapatas a corrales de engorde?
—Estamos estudiando los efectos que eso pudo haber tenido, nos llega mucha información de que alguna de esas medidas no anduvieron, pero no tenemos los datos objetivos como para confirmarlo. De todas formas, algunas de esas medidas pueden ser aplicables y se puede seguir con ella.
—¿Por ejemplo?
—El envío de animales con garrapata a feedlots pueden ser una alternativa que hay estudiar. Hoy estamos en el proceso de analizar el impacto que tuvieron, aunque la sensación es que no fue uno muy grande.

—El pasado sábado ferieros del norte plantearon su preocupación con respecto a la garrapata, ¿cómo se va a trabajar con las ferias ganaderas?
—De esa reunión me enteré el día antes, pero sería interesante poder conversar con ellos, porque aún hay regiones del país donde las ferias tienen una importancia muy grande, sobre todo para los pequeños productores, además mueve la comercialización en determinadas zonas, generando también espacios de intercambio entre productores. Tenemos que ver como podemos atender eso, porque el ganado no debe de llegar a los predios con garrapata. Al equipo que está trabajando, ya le hice el planteo del problema, y hoy no te puedo dar una solución, pero es algo que estamos analizando, para ver que alternativa podemos plantear, para que esa situación de las ferias ganaderas se puede mitigar. Nosotros no estamos cerrado a ninguna propuesta que nos pueda llegar, pero las vamos a analizar en función de la situación epidemiológica de la enfermedad.
—En conjunto al Instituto Pasteur están trabajando en el desarrollo de una vacuna contra la garrapata, ¿cómo se encuentra el desarrollo de la misma?
—Eso es bastante auspicioso, es una vacuna que el Pasteur desarrolló tomando algunos experimentos y desarrollos que ya habían en el país, y logró sintetizar una vacuna, que ellos la han probado a nivel de campo en ensayos chicos y ha funcionado. Actualmente la vacuna está en el proceso de lo que se denomina a nivel del Ministerio desafío larvario, el Dilave tiene 12 boxes donde se prueban todos los medicamentos que se vuelcan al mercado, y es en ese proceso que está la vacuna. Para esta prueba, los animales llegaron hace unos días, y previamente habían estado en un campo de la cartera, donde se les había aplicado las tres dosis de vacunación, ahora se les está aplicando el desafío larvario. Esto lleva un proceso porque hay que esperar que la garrapata se desarrolle, y además se va evaluando la viabilidad de cada una de las garrapatas, o sea las teleoginas, que son las que liberan las larvas.
—¿Qué tiempos puede llevar este proceso?
—Suponemos que en un mes, o un poco más, podamos tener los resultados del ensayo, y la idea que manejamos, es que a partir de agosto se pueda desarrollar un desafío grande en un rodeo de unos 6.000 o 7.000 animales, pero para eso tenemos que ver la capacidad del Pasteur para producir esa cantidad de dosis, ellos están trabajando en eso, y una vez que funcione, lo que está planteado es ver cómo escalar la producción de vacuna, a tal punto de que abarque a una buena cantidad de animales.
—¿Qué significa para la profesión veterinaria encarar este trabajo?
—Esto implica un desafío desde el punto de vista profesional para los veterinarios, porque es otro concepto, las garrapatas quedan un tiempo arriba de los animales, cambiar de color y hay que esperar a que caigan, no es que sea un químico y dejes de ver garrapata arriba del animal, porque tiene que subir y chupar la sangre que está con el antígeno, que le afecta el intestino y los lugares sensibles del parásito para que empiece a perder capacidad y termine produciendo larvas infertiles. Todo esto hay que analizarlo bien, nosotros queremos tener un control fuerte en esto de nuestra parte y también de los veterinarios de libre ejercicio.
—¿Los productos químicos qué rol pueden jugar?
—Esto no implica que los químicos queden afuera, entendemos que si logramos avanzar tienen un lugar estratégico para aplicarlos en determinados momentos del saneamiento, esto será en cada predio, en función de lo que el veterinario particular decida.
—Otro gran objetivo que tiene este Ministerio de Ganadería, es la promoción del negocio de la cría, ¿qué papel juega en eso el aspecto sanitario?
—Entendemos que tendrá un rol importante, estaremos en coordinación con el Plan Agropecuario, sobre todo porque muchos de los productores que van a estar en Procría pueden tener problema con la garrapata o con la brucelosis. Ya tenemos algunas reuniones marcadas con el Plan, para poder coordinar el trabajo.
—¿Ve posibilidades de aumentar los porcentajes de preñez sin depender exclusivamente de tener un clima excelente?
—Creo que Uruguay ha trabajado a nivel académico e institucional con alternativas para el manejo de los rodeos de cría, que hace posible el aumento en la producción, por ejemplo en el manejo del pasto; también está la sincronización de celos para que los animales usen de forma racional la producción de pasto; está el destete temporario; en tecnología con más inversión está el destete precoz. Entonces, creo hay tecnología en el país para los distintos tipos de establecimientos, y distintos niveles de desarrollo de capital de los productores, con lo cual el aumento en la producción de terneros es posible, pero hay que tener en cuenta que estamos hablando de procesos biológicos. Por otro lado hay una herramienta que no es cara y se usa poco, que es revisar los toros dos meses antes del entore, lo cual es una medida que se tiene que desarrollar más, todas estas, son medidas que se están contemplando en el plan que se está armando.
—A nivel del status sanitario del Uruguay, que es libre de aftosa con vacunación, ¿hay espacio para revisar esto?
—Nosotros queremos discutir el tema, pero dejar de vacunar o seguir vacunando es el final del proceso de discusión. El primer paso que tenemos que hacer es desarrollar las capacidades de nuestros funcionarios en este tema, por ejemplo manteniendo un contacto fluido con Panaftosa, que tiene capacidad para formar en el tema. Queremos empezar a tener recursos para enviar a los funcionarios a ahí, así podemos nivelar la información de nuestros funcionarios. La segunda etapa que queremos hacer es un simulacro de presentación de un foco de fiebre aftosa, y necesitamos tener el músculo pronto ante una eventualidad que pueda pasar, esta situación es como un bombero, cuando aparece el problema tenes que apagar el incendio, pero previamente tenes que estar capacitado para hacerlo. Lo otro que estamos analizando es la posibilidad de participar en un banco de vacunas regional, donde podamos tener vacunas contra virus que no están presentes en la región. También tenemos que analizar la situación regional, a fin de mes vamos a participar en la OMSA, allí Brasil y Bolivia van a presentarse como libre de aftosa sin vacunación.