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José Mesa Cacheiro: “Hoy la carne uruguaya está entre el precio y el permiso”

El mercado internacional de la carne se presenta en un buen momento para Uruguay como país exportador, pero algunas cosas que van más allá de la foto actual, causan alerta

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Cristian Alamón

Es Ingeniero Agrónomo de profesión, asesor de productores y grupos ganaderos con 25 años de experiencia trabajando en el este del país, enfocado en mejorar la eficiencia productiva y económica en sistemas de cría y engorde. Además, integra la Comisión Nacional de Fomento Rural, gremial que representa ante la Junta del Instituto Nacional de Carnes (INAC), desde hace dos períodos. A continuación, responde y analiza sobre lo que sucede con el mercado internacional de la carne, y lo que está más allá que la foto actual, donde aparecen algunas luces amarillas a través de la creciente demanda de exigencias por parte de los países importadores de carne.

—¿Cómo ve al mercado internacional de la carne actualmente?

Veo un situación con mucha estabilidad desde hace varios meses. No veo que podamos descender algunos escalones, me parece que el escenario es bastante diferente a lo que era en 2021 y 2022. Me gusta hablar de la demanda genuina, hay países que están demandando carne por la menor producción interna, el caso más claro es del de Estados Unidos, pero también sucede lo mismo con Europa. En China es un contexto estructural, porque no puede producir más de lo que produce. En estos tres mercados, que están bastante equilibrados, creo que las expectativas son muy positivas. Además, Uruguay produce un tipo de carne que es muy demandada. Para aprovechar esto necesitamos conservar una buena comunicación a través del marketing del INAC, y obviamente con la presencia en los mercados, que es algo que nos va a ayudar mucho.

—¿Podemos esperar que este escenario se extienda por lo que queda de este año y el próximo?

No tengo dudas al respecto, creo que nos encontramos con un escenario más alentador de lo que se percibe a simple vista. Si miramos los movimientos de fondo, tenemos fundamentos positivos que pueden sostener la demanda existente y con precios muy buenos, tanto en este año, así como también en el próximo, porque se han dado situaciones que son estructurales como, por ejemplo, la baja oferta de ganado de Estados Unidos, que junto a otros factores, ayudará a que la demanda por la proteína cárnica se sostenga.

—¿Uruguay está preparado para aprovechar este buen momento?

Este escenario muy favorable y de buenos precios, con las características que tiene Uruguay en su producción, está muy bien posicionado, aunque faltan mejorar algunas condiciones de acceso a mercados, pero sabemos que es algo que lleva tiempo y muchas gestiones desde lo político. Este año aumentamos las exportaciones, algo que está reflejado en los ingresos y en los volúmenes, es un camino que va a continuar Y como siempre vamos a estar en los lugares más exigentes.

—Dentro del camino a seguir, ¿Uruguay debería de apuntar a colocar más carne de alta calidad en China buscando diferenciarse de otros competidores?

Ya hay una presencia de carne de alta calidad terminada a grano, y el crecimiento ha sido exponencial. Pero esto no es solo en el mercado de China, sino que en ningún mercado podemos competir con Brasil en el commoditie, hay que apuntar a diferenciarse con carne con trazabilidad, sin hormonas y sin uso de antibióticos.

—También hay un escenario donde los países aumentan los requerimientos a sus proveedores cárnicos, ¿cómo evalúa esto?

Lo que hablábamos anteriormente es parte de la foto, pero hay otros aspectos que no salen en ella, y esos nos deberían de preocupar, porque cada vez nos va a costar más entrar a los mercados, y no es por precios, sino por las nuevas reglas de juego. Por ejemplo, a partir de diciembre del 2025 la carne para la Unión Europea tiene que ir libre de deforestación, y eso más que algo comercial, es algo técnico, en definitiva es una medida parancelaria escondida, que va a complicar al comercio, de eso no tengo dudas. En este nuevo escenario, ya no alcanza con producir carne de calidad, hay que demostrar cómo se produce, con qué impacto ambiental, bajo qué estándares de bienestar animal, con qué nivel de emisiones, qué trazabilidad social, si desforestamos o no. Todo eso influye, y mucho en la decisión de compra de un importador europeo, en el cupo habilitado por un bloque, o en la aprobación sanitaria de una planta. La carne vacuna uruguaya está entre el precio y el permiso, y aunque tenemos capacidad para enfrentar a estas exigencias, nos enfrentamos a que el verdadero problema es el derecho a poder vender la carne.

—Esta nueva serie de exigencias, ¿lo dejan a Uruguay mejor parado frente a los competidores de la región?

Uruguay apostó fuerte a la trazabilidad hace más de 20 años, y eso fue visionario. Pero hoy ese diferencial ya no alcanza. Las exigencias subieron: certificaciones, carbono neutro, bienestar animal, uso responsable de recursos hídricos, antibióticos restringidos, protocolos de transporte, exigencias en manejo del ambiente. Y todo eso en un entorno donde las reglas no se discuten, sino que se imponen. Volviendo a la trazabilidad actual ya es una gran ventaja, tenemos un rodeo que está 100% trazado, somos el único país ganadero del mundo que tiene esta característica, y si bien solo eso no alcanza, en el mundo nos ha diferenciado y seguramente nos siga diferenciado. Esto es una ventaja comparativa que tiene Uruguay frente a muchos países exportadores. Tenemos que tener en cuenta que cada contenedor que va a salir con carne, va a tener tantos cortes de carne como de documentación, y eso es una posibilidad de mostrar como producimos y esa es una ventaja comparativa a futuro.

—¿Frente a estas nuevas demandas, qué se debería de hacer?

Más allá del buen momento comercial, este no es un tiempo para conformarse, es un tiempo para blindar el negocio, desde el manejo predial hasta la estrategia nacional. Porque si no nos anticipamos, vamos a descubrir tarde que el negocio no se perdió por falta de precio, sino por falta de permiso, y ahí podemos destacar que Uruguay también ha liderado procesos, ha construido bienes públicos y hoy tenemos resuelto por ejemplo el certificado EUDR a Europa, un trabajo ejemplar del sector donde el INAC y el Ministerio de Ganadería lideraron el proceso.

—¿Qué expectativas hay con el nuevo gobierno en materia de lograr accesos a nuevos mercados?

En estos últimos años, más allá de los cambios de gobierno, el INAC siempre ha tenido una ruta que se ha respetado independientemente del gobierno de turno, en eso Uruguay es un ejemplo de políticas públicas, y no hay cambios fuertes de estrategia cada cinco años, entonces la institucionalidad es una fortaleza, y más con la combinación de participación público privada. Sobre los mercados que queremos acceder, se sigue trabajando con el mismo norte, y ojalá desde la parte diplomática se entienda de que hay que trabajar de forma conjunta para lograr esas mejores condiciones que se necesitan, como por ejemplo entrar en algunos mercados con carne con hueso, y buscar tratados de libre comercio, aunque esto sea algo difícil.

—¿A qué mercados se debería de apuntar en el acceso? ¿Sudeste Asiático y Medio Oriente podrían ser?

A eso se está apuntando, se ha podido entrar a algunos países del Sudeste Asiático, aunque faltan algunas habilitaciones sanitarias, pero se ha trabajado bien con Malasia y también en Vietnam. En Medio Oriente y norte de África ya se está trabajando, incluso INAC ha participado en ferias de Dubai con buen suceso. Después están algunas posibilidades en mercados como el de Europa y Estados Unidos que tienen algunas restricciones que sería bueno solucionarlas para poder mejorar el valor de la tonelada de carne exportada.

Apoyar al criador: un anhelo de la CNFR

—En su caso también es asesor de productores en la zona este del país, ¿cómo vio a la zafra de terneros?

Bien, estuvo tremendamente activa y muy ágil, con muy buenos valores al comienzo de la zafra en marzo, que superaron a los precios de la zafra pasada y se han mantenido a la entrada del invierno. Los terneros estaban con más kilos, por la mejora de la base forrajera, y una oferta de volumen, ya que fue de más de tres millones de cabezas, y me parece que eso se va a repetir para la zafra que viene también, por lo cual se está transformando una situación estructural, y se logra cumplir con un objetivo trazado a lo largo de muchos años.

—¿Los valores cómo se analizan?
Son muy interesantes para la cría, creo que los productores que han tenido buenos índices de destete han mejorado los ingresos, y sumando a los buenos valores del ternero, la rentabilidad mejora mucho, esperemos que esto pueda continuar así, para tener animales para faenar acá y también para mantener la salida a través de la exportación de ganado en pie.

 —¿Cómo ve a la exportación de ganado en pie y a los cuestionamientos que a veces recibe?

Es bueno hacer algunas puntualizaciones: lo primero es que Uruguay cuenta con un stock importante de ganado potencialmente faenable, tenemos un millón de novillos de seis y ocho dientes, que se mantienen todos los años, esto demuestra que hay materia prima disponible, por lo tanto decir que no hay ganado para faenar me parece que es una inconsistencia. La falta de faena no se debe a ausencia de ganados, sino que a otros factores. Los productores planean las ventas en función de la disponibilidad de pasto, y de las condiciones del mercado, entonces ellos se van gestionando en su stock, con el objetivo de maximizar el valor y la eficiencia. También hay un relato instalado, que señala a la exportación en pie como responsable de frenar la faena, y quitar valor agregado, pero no me parece que sea así. Quizás una limitante para aumentar la faena sea la disponibilidad de forraje, así como también hay una limitante en que se producen menos terneros que el potencial existente.

—¿Qué le aporta la exportación en pie a la cría?

 —Me parece que ha sido muy buena la exportación en pie como dinamizadora, pero en esta zafra, los precios de punta no los marcó la exportación, sino que fue el mercado interno, entonces creo que hay un equilibrio muy interesante, donde a veces interactúa uno, y a veces el otro, lo cual le brinda una estabilidad de precios a la cría, lo cual genera un muy buen clima, porque si los números cierran en la cría, en el engorde y la industria puede vender a buenos precios al exterior, estamos frente a una cadena saludable.

—El nuevo Ministerio de Ganadería tiene como objetivo, impulsar un programa que buscará fortalecer a la cría en el norte y este del país, ¿qué opinión le merece?

En primer lugar, quiero recalcar que un proyecto que apoye al negocio de la cría es un largo anhelo de la Comisión Nacional de Fomento Rural, donde además de que se ha tenido un gran esfuerzo exigiendo acciones, también el esfuerzo ha estado presente haciendo trabajos al respecto con distintos organismos públicos y privados. Estamos muy expectantes de saber cuáles van a ser las condiciones y cuándo se va a empezar a trabajar en esto. Acá el objetivo central es generar más preñeces, más terneros y más novillos, es decir más materia prima, para, de esta forma poder, aumentar la faena y las exportaciones del país. Entonces me parece que el proyecto existente está muy bien, porque el Estado no puede estar por fuera de estos temas, es bueno que participe fomentando y apoyando a la cría, generando que la información existente le llegue a los productores, que en definitiva es lo que va a motivar a mejorar los índices productivos que existen actualmente, que es un terreno donde tenemos mucho por mejorar. Esto no va a ser bueno solo para la cría, sino que para todo el negocio ganadero en general.

La actividades se realizó por Artigas, Corrientes y Uruguayana: tres nacionalidades y la pasión de criar la raza

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