Operadores estiman que crecerá volumen entrado en julio.
Pablo Antúnez.
La carne vacuna sin hueso, madurada y envasada al vacío que llega de Brasil, sigue ganando espacio en el abasto uruguayo.
La diferencia de precios favorece el crecimiento de la importación y julio cerrará con un incremento respecto a meses anteriores, según un sondeo realizado por El País entre algunos importadores.
La mayoría de los cortes provienen de frigoríficos exportadores de Rio Grande do Sul, con una calidad muy similar a la que tiene la carne producida en Uruguay, porque, a diferencia de otros estados brasileños, se manejan razas bovinas británicas iguales a las que cría Uruguay (base Angus y Hereford).
No sólo la industria frigorífica importa carne brasileña -en algunos casos tienen plantas de procesamiento en ambos países-, también lo hacen las grandes cadenas de supermercado y los abastecedores de mayor porte que focalizan sus ventas a nivel de restaurantes y carnicerías.
En el caso del mayor importador, están entrando entre 15 y 20 camiones semanales desde Rio Grande do Sul, pese a que cayó un poco la oferta, porque ese estado brasileño padece una baja en el volumen de ganado gordo preparado para faena. A eso hay que sumarle los que importan directo y los frigoríficos, que vuelcan la carne uruguaya mayoritariamente a la exportación.
“La carne importada viene creciendo en el abasto”, afirmó a El País Jorge López, director de Abasto “Santa Clara”. En el caso de esta empresa el 50% de la carne que vende a nivel de restaurantes y carnicerías son cortes sin hueso, de alta calidad, importados desde Brasil.
La importación de carne sin hueso desde Brasil no es un fenómeno nuevo. Se arrastra de muchos años atrás, pero por un motivo de precios, esos cortes sin hueso fueron ganando consumidores. Hoy la gran mayoría de las ofertas de carne sin hueso que hay en las grandes superficies y carnicerías, son de carne vacuna importada.
Por ahora sólo está permitido el ingreso de carne vacuna sin hueso de Brasil y Paraguay, entran prácticamente todos los cortes del delantero y del trasero, menos asados (que es con hueso) y lomos.
La puerta es de ida y vuelta. Los importadores hoy reclaman poder traer asados desde Brasil, un corte muy arraigado entre los uruguayos y donde hoy una gran diferencia de precios entre el producto local y el brasileño.
Si se pudiera traer ese corte el consumo crecería más, afirmaron algunos importadores a El País.
Visión. En principio había una cierta resistencia de los frigoríficos uruguayos a perder pie en el mercado interno en lo que respecta a la colocación de pulpas sin hueso en cajas.
Las empresas uruguayas hacían el esfuerzo para bajar los precios, pero muchas veces el valor de la hacienda uruguaya -su principal costo es la materia prima- impedía competir frente al valor de los ganados gordos de Brasil. Eso le abrió camino a la carne bovina importada en el mercado interno.
En algunas zonas, la carne sin hueso fue sacándole terreno a la carne con hueso procedente de la media res que descargan los frigoríficos en las carnicerías de barrio.
El director de Abasto “Santa Clara” estimó que no ve más espacio para que haya un mayor crecimiento de la carne vacuna sin hueso que se importa, pero aseguró que “la importación no va a caer a los niveles que tenía en 2016. No caerá la importación ni este año, ni el que viene”.
Midiendo el consumo, el operador explicó que sus clientes, sean cadenas de supermercados o carnicerías, “hablan de una baja en el consumo de 20%” y la Unión de Vendedores de Carne estimo una baja similar a nivel de los mostradores de sus carnicerías.
López aclaró que el único nicho del abasto que la carne importada no pudo conquistar fue la carne con marca y la carne procedente de animales de corral. “El que va por carne con marca siempre prefiere la carne uruguaya”, afirmó López.
Precios. En los seis primeros meses de 2019, el precio de la carne vacuna al público subió 17%, según los datos que releva mensualmente en los puntos de venta el Instituto Nacional de Carnes (INAC). En el mismo período, el precio de la tonelada exportada por Uruguay a China creció 15% y el valor del dólar se incrementó 9%, lo que muestra que parte del aumento de la carne bovina en el abasto fue absorbido por los carniceros.
Según INAC, en un horizonte de cinco años, el precio de la carne bovina quedó por debajo del Indice de Precios del Consumo (IPC), pero en junio, el Indice Promedio de la Carne quedó 2,56% por encima del Indice de Precios del Consumo.
El IPC carne bovina, medido en dólares, subió 6,7%, mientras que para carne aviar -medida en pesos-, subió 0,2% y 5,3% para carne suína en junio respecto a diciembre de 2018.
La presencia de peste porcina africana en China hizo subir la demanda y por consiguiente, Uruguay pudo vender su carne bovina más cara a este mercado que absorbe hoy el 60% del 75% del volumen de carne bovina exportado. El precio del dólar, entre diciembre de 2018 y junio de 2019 subió 9,4%; dólar y precio de hacienda (se paga en esa moneda) subieron 15,4%. Según el INAC, en junio de 2019 el Imex -indicador dólar más hacienda- llegó a un promedio mensual de US$ 4 por kilo, pero el promedio ponderado acumulado de los primeros seis meses del año en curso, se ubica 3,8% por encima del mismo período del año anterior.
La carne vacuna continúa siendo un alimento básico para los uruguayos. El Instituto Nacional de Carnes (INAC) reveló datos del proyecto: “Percepción del consumidor de carne vacuna en Uruguay”, que entre otros aspectos, cuantifica los hábitos y preferencias de los consumidores locales sobre la carne vacuna. A su vez, busca descubrir los distintos perfiles de consumidor y medir las asociaciones para la carne vacuna con la nutrición y la salud.
La encuesta fue realizada por la empresa Factum el mes pasado, abarcando 1.333 casos en todo el Uruguay, estratificados por región (755 en Montevideo y 578 en el interior).
El relevamiento mostró que el 98% de los hogares consume carne al mes; nueve de cada 10 hogares no tienen miembros que no consuman carne vacuna; tres de cada cuatro uruguayos consumen platos de carne vacuna a diario.
A su vez, ocho de cada 10 uruguayos consume carne vacuna al menos dos días a la semana y cuatro de cada 10, lo hace al menos cuatro veces por semana. La carne vacuna estuvo presente en el 53% de los almuerzos diarios de los encuestados y en el 42% de las cenas diarias. El asado de los domingos no falla y la encuesta revelo eso. El mayor consumo de carne vacuna es el domingo, según confirmaron el 86% de los encuestados.
En el otro extremo, la carne picada es el principal producto con mayor penetración mensual en los hogares (el 74% de los encuestados lo confirmó), de la mano de su versatilidad al momento de preparar los platos. La gente se inclina a la carne vacuna magra (uno de cada tres consumidores). El 43% de los uruguayos considera que la carne vacuna es totalmente beneficiosa y 9% que no tiene ningún perjuicio para la salud. La terneza también pesa al momento de comprar.